“Detesto a las personas que se subestiman tanto…”
-Jubei
Teniendo en cuenta el volumen de producción anual de anime en Japón, sería muy aventurado (suicida casi) suponer que ‘Ninja Scroll’ (en el original ‘Jûbei ninpûchô’, que vendría a ser como Jubei del viento) es el anime más emocionante que se ha visto en mucho tiempo, pero desde luego es uno de los más emocionantes e inolvidables que he visto yo. Su director, Yoshiaki Kawajiri, es famoso fuera del Japón por su anime ‘Vampire Hunter D’, y en su país es toda una leyenda por multitud de trabajos, como director pero también como diseñador o animador, pero nunca ha hecho algo tan valioso como esto.
Aventura tumultuosa y de violencia salvaje, relato de amor truncado y de amistades tracionadas, ‘Ninja Scroll’ es todo un ejemplo de lo que a menudo no es el anime, y debería ser: una historia creíble (por muy fantásticos que sean sus elementos), unos personajes verosímiles, y un guión muy trabajado. Por supuesto hay más, bastante más, y casi todo es mérito de su director, que sabe imponer a la historia un ritmo asombroso, y gran sensibilidad en una relación fraternal que se impone a los horrores infinitos de un mundo donde el amor no es, precisamente, lo que más abunda. Realmente, es muy difícil hacer una película como ‘Ninja Scroll’.
El guerrero samurai Jubei (intentemos soslayar la confusión entre los términos samurái y ninja que provoca el título en español e inglés…) está basado en varios personajes famosos de la época medieval. Es poco probable que existiera tal cual, pero se le considera una leyenda que mezcla varios samurai o espadachines famosos. Es el protagonista de una compleja historia, basada en hechos reales: la confrontación entre el Shogunato Tokugawa y los diversos clanes que intentaron derrocarles. Se verá involucrado, muy a su pesar, en un intento de golpe de estado por parte del Shogun de las Tinieblas, que han contratado a un peligroso grupo llamado ‘Los demonios de Kimon’, ocho individuos con poderes extraordinarios, como convertir la propia piel en piedra impenetrable, o regenerar los miembros cortados.
Jubei y Kagero
Pero todo eso, en realidad, es lo de menos. Lo más importante de esta bella película es la relación entre sus dos personajes protagonistas, Jubei y Kagero, que es una guerrera probadora de venenos, y cuyo cuerpo ha absorbido tanto veneno que es capaz de envenenar incluso a los que la besan. Un personaje fascinante y trágico, que iniciará una impredecible relación de amor/odio con el cínico y solitario Jubei. Kagero es una bella mujer que ha elegido el camino de la soledad por motivos no explicados pero obvios: inmersa en un mundo de hombres, busca la manera de que nadie pueda tocarla más. No importa, a menudo la agreden sexualmente, pero se venga de sus violadores pues el mero contacto con sus labios les mata.
Es decir, que para ella el amor está prohibido, pero al conocer a un lobo solitario como Jubei, sus esquemas, lo que espera de los hombres, se viene abajo, pues el samurái no tiene miedo de su veneno, y parece tener un sexto sentido con los seres heridos en su interior. No es casualidad que la salve de una violación, aunque eso le traiga funestas consecuencias, o que el abyecto Dakuan le envenene para coaccionarle a que le ayude contra el Shogun de las Tinieblas, con lo que la relación de ambos parece predestinada. Aunque es probable que, precisamente, lo que más le extrañe a ella es el respeto conque él la trata. No era el Japón un lugar de respeto para las guerreras hermosas.
La forma en que la historia va mostrando el cambio entre la inicial desconfianza de ella, la agresividad que le provoca después, y el hermoso sacrificio final, es admirable. No existe la menor sensación de que la historia esté forzada en esa dirección, sino que realmente parece que es un devenir lógico y veraz. Para algunos será una historia lineal y sencilla, pero esa es su mayor virtud, pues bajo esa sencillez, de manera subterránea, existen una serie de ramificaciones emocionales realmente notables. Aunque no sería justo pensar que es lo único notable en esta película.
Un director de gran fuerza narrativa
Kawajiri dirige esta película con mano de hierro, de tal manera que un argumento bastante delirante, con muchos excesos (violencia y sexo bestiales) termina siendo un filme sorprendentemente elegante, muy equilibrado, que salvo por algunas fisuras es un conjunto de gran solidez. Y esto lo logra Kawajiri gracias a tres cosas:
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Una soberbia caracterización de los personajes, que los hace increíblemente humanos y verdaderos a pesar de ser animación.
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Un tratamiento de la acción en verdad formidable, con una planificación y un sonido muy cuidados.
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Un ritmazo magnífico, que no decae siquiera en los “valles” de la historia, sino que es un continuo sin parones, para su arrolladora progresión dramática.
Por supuesto, la animación no es tan espectacular como en otras superproducciones japonesas. El grafismo de ‘Ninja Scroll’ palidece contra una película cinco años anterior (incluso muchas de las actuales palidecen): la irregular ‘Akira’. pero hay en ella mucha más verdad, mucha más vida que en la alucinante animación de Otomo. Hoy, ‘Ninja Scroll’ es película famosa, y muchos aficionados a la buena animación la respetan como lo que es: un importante título.
Yo la he visto muchas veces, y siempre encuentro en ella la confortable sensación de que el director me está hablando con inteligencia y respeto por la mía, con generosidad y alegría por contar esta historia, de asuntos importantes y verdaderos, profundos y dolorosos, pero también liberadores, redentores. Como dije antes, es muy difícil hacer una película como ‘Ninja Scroll’.
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