El animador chino conocido simplemente como Vincent, vuelve a la carga en esta tercera entrega de las aventuras que él mismo, su fiel perro y su también fiel (por desgracia) conejo experto en Kung-Fu. Y es el mejor, con diferencia, de la trilogía de cortometrajes. En el primero había “solamente” animación 2D. En el segundo ya incluía imagen real, aunque el guión era bastante más flojo, pero en esta gozada de cortometraje, con el que podemos reirnos a carcajada limpia, el guión es el mejor, y la animación alcanza una perfección inusitada. Todo al servicio de una aventura llena de puro ingenio.
Vincent quiere echar de su casa a su creación más…independiente, por llamarla de alguna manera. El problema es que esa creación, un dibujo experto en artes marciales, no se deja. Así que tendrá que entrenar a su perro, a ver si él puede hacer algo. El resultado es desternillante. No es un mal regalo navideño audiovisual, ¿verdad?
Vía | The Animation Art