La discusión en torno a Batman en pantalla suele girar en torno a la acción real. En cuál es el actor que mejor personifica la idea del Caballero oscuro o mejor maneja la dualidad con su parte humana en Bruce Wayne, o qué director muestra el enfoque más cercano al ideal del personaje (que todos tienen uno). Sin embargo, esto deja al margen que las mejores versiones que hemos visto sobre este personaje no son en carne y hueso.
Se podría hablar del torbellino referencial de 'Batman: La LEGO película' como un estudio más concienzudo de Batman del que hacen las películas en acción real. Sin embargo, hay algo también especial en cómo la voz del recientemente fallecido Kevin Conroy ha ayudado a formar la imagen del personaje en la cultura pop reciente, haciéndolo a través de 'Batman: La serie animada' y las diferentes películas que han ido saliendo con los años.
La actuación de voz tiene un arte muy especial que no siempre somos capaces de diseccionar exactamente. Es fácil señalarlo cuando no nos cuadra con lo que vemos, pero más complicado detallar qué hace específicamente que logra engrandecer aquello que estamos viendo y que parezca fácil. Conroy tenía esa capacidad, ayudándonos a entrar en la compleja psicología del justiciero en sus diferentes proyectos. Donde más lo consiguió fue, sin duda, con 'Batman: La máscara del fantasma'.
Los fantasmas del pasado
Un detalle que suele marcar las películas de acción real es la fascinación que suelen sentir los cineastas por los villanos que rodean a Batman, y por ello la conversación suele girar en torno a ellos. Batman queda casi como una figura puesta en oposición a ellos, con menos espacio para crecer por sí mismo y más enfocado a establecer un contrapunto ideológico y moral. Matt Reeves ha sido de los que más nos ha acercado a la psique de Wayne, pero 'La máscara del fantasma' consigue tener una exploración concienzuda y ofrecer, también, una aventura perfecta.
El proyecto nació entre medias de las dos temporadas de la serie, inicialmente pensada como directa a video por parte de Warner Bros Animation. Pero siendo su primer gran proyecto en formato largometraje, el estudio decidió darle un estreno en salas de cine, lo que incrementó el presupuesto pero también la presión de tener que cumplir con una fecha concreta que no estaba demasiado alejada. Lo que podía haber sido un episodio alargado de la serie tenía que ser algo más.
Eric Radomski y Bruce W. Timm, sin embargo, estuvieron a la altura del reto. Tomando inspiración de la historia contada en Año Dos, así como detalles estructurales de 'Un cuento de Navidad' de Dickens, la película cuenta con un detenimiento especial la historia de Bruce Wayne, permitiéndose el lujo de entrar en su complejidad emocional, en el trauma producido desde la muerte de sus padres (sin llegar a caer en repetidos clichés que harían películas posteriores) y en la imposibilidad que tiene de aspirar a una vida emocional plena alejado de las noches de vigilante nocturno.
Es por ello que nos introduce la figura del interés romántico de una manera interesante, convirtiendo la película en una especie de romance gótico trágico además de una cinta de acción. El villano también funciona en función de Batman, con una figura espectral enigmática que muchos asumen como el caballero oscuro al perseguir los mismos objetivos en el mundillo criminal de Gotham. Pero este fantasma los ejecuta, marcando una diferencia moral importante que lleva a Wayne a plantearse que le separa de convertirse en lo mismo, lo que le lleva a un camino de recuerdos agridulces.
No muchos de estos proyectos animados derivados de series exitosas se permiten ese detenimiento, esa riqueza emocional que da una particular vida a los personajes que vamos viendo. Batman nunca había tenido tanto desarrollo y había resultado tan fascinante como en los rincones de esta película. Y, además, es una formidable pieza de acción de 76 minutos que funciona como un tiro, aprovechando las posibilidades cinemáticas que dan una textura especial con respecto a la ya notable serie animada.
'Batman: La máscara del fantasma': el caballero expuesto
Sólo la presencia de otras figuras importantes del lore del Batman se sienten como una concesión para darle más viabilidad comercial, porque en la mayor parte de su metraje está dando forma una de las historias más especiales de Batman que hemos visto en una pantalla. Irónicamente, su viabilidad comercial fue nula.
El departamento de marketing no pudo dar la condición de evento necesaria a su estreno, y la decisión precipitada de hacerla película de cines no transmitió confianza, a pesar de que los equipos creativos claramente estuvieron a la altura. Se tuvieron que conformar con la condición de obra de culto que ha ido adquiriendo con el paso de los años.
El increíble mimo puesto en la historia de Wayne convirtiéndose en Batman, la gran manera de introducir el romance en el corazón de la película o el acabado visual deslumbrante son elementos que invitan a pensar en 'La máscara del fantasma' como la película que mejor entiende al caballero oscuro de todas las que hemos visto. Y Conroy es también parte importante de ello, porque la humanidad y la fragilidad que subyace en su solemnidad no impostada es lo que termina de propulsar esta gran obra.
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