Convertida por derecho propio en una de las obras de mayor calado e importancia de la cultura japonesa reciente, 'Jojo's Bizarre Adventure' es un inabarcable compendio que, sin embargo, parece atender tan sólo a cuestiones de referencialidad. No es tanto el caso de la vasta obra que Hirohiko Araki comenzó a publicar en 1987, que se nutre de continuas citas para dialogar continuamente con otras manifestaciones artísticas.
La valía de 'Jojo' es incuestionable, en primer lugar, porque pone toda una esfera de influencia occidental bajo los ojos de la otredad, de manera similar a la valoración del arte hagiográfico de 'Confesiones de una máscara', libro con el que debutó Mishima -cuya vida llevó al cine Paul Schrader-.
En la ópera prima del escritor japonés, el protagonista narraba cómo se excitó al contemplar la representación de San Sebastián que hizo Guido Reni, algo impensable dado el carácter religioso de la obra en sí. Así, al igual que Mishima desacralizó una imagen martirial a través de una visión erotizada que podía escapar de los constructos occidentales, Araki pone constantemente en cuestión formas de expresión de todo tipo.
Lo interesante no es sólo que 'Jojo' tome una nueva vía de representación entre lo enciclopédico y lo paródico, sino también la inestimable capacidad reivindicativa y balanceadora del valor de manifestaciones artísticas de todo tipo: música, moda, cine, fotografía…
Rambo, Schwarzenegger y la hipertrofia de la masculinidad
Una de las primeras esferas de influencia de 'Jojo's Bizarre Adventure', además de una de las más llamativas, es la de la adoración al cuerpo. El físico, fundamental en la obra, adquiere una dimensión que mucho tiene que ver con los intereses del propio Araki, al que le llamaban la atención las “películas de músculos”, como 'Rocky' o 'Terminator', cuyos protagonistas eran hombres fornidos, algo lógico teniendo en cuenta la cultura de la adoración física de la época.
Esta estilización de lo musculoso tiene también mucho que ver con 'El puño de la estrella del norte', el manga dibujado por Tetsuo Hara cuya publicación comenzó en 1983, y cuyos diseños de personajes y su particular consideración de la masculinidad también sirvieron a Araki como inspiración indiscutible.
Esta virilidad hiperbólica se lleva a la enésima potencia con las poses de los personajes de 'Jojo', que, en la narrativa de la historia, pone de relieve, al mismo tiempo, sentido paródico y ejercicio de lucimiento. En palabras de Ruben Ferdinand:
Una pose en 'Jojo' no instrumentaliza la masculinidad como arma, a pesar de la presencia constante de la musculatura. El cuerpo masculino está desarmado, en contraste con las coreografías cinematográficas convencionales. Más que emanar una agresión que causa una onda expansiva, la pose es el resultado de una tensión narrativa que culmina en la (re)acción del personaje.
Esta reivindicación de la hipertrofia masculina en busca de la resignificación de lo hercúleo llega a su máximo nivel con 'Stardust Crusaders', el tercer arco de la obra, donde también conviven otras virilidades posibles. Es el caso del protagonista, Jotaro Kujo, un personaje quieto y callado, al que el propio Araki identifica como una suerte de Clint Eastwood, uno de sus grandes ídolos.
La estilización de la figura: Araki y la androginia
El interesado estudio de Araki sobre el cuerpo masculino se trasladó también a otra de sus pasiones: el mundo de la moda. Bajo el influjo de diseñadores como Antonio López o Tony Viramontes, el mangaka creó también figuras mucho más estilizadas, con musculaturas menos pronunciadas y poses en busca de una pretendida sensualidad.
Frente a los excesos físicos de la masculinidad del culturismo, 'Jojo' también busca su inspiración en la androginia, tal y como pone de relieve la influencia de figuras como Prince o David Bowie en la obra de Araki. Ambos fueron ídolos musicales del autor, pero también figuras que le interesaron especialmente para el diseño de personajes, en la continua exploración del físico.
Ambos artistas parecen la inspiración más directa de Josuke Higashikata, protagonista de 'Diamond is unbreakable', y Yoshikage Kira, otro de los personajes de este arco. Tal y como señala Francesco-Alessio Ursini, Josuke está basado en el Prince de la época de New Power Generation, mientras que Kira se asemeja al humano al que encarna David Bowie en 'El hombre que cayó a la Tierra'.
Ursini también señala otra faceta que une a Araki y a Bowie, la correspondiente a la continua exploración de nuevos temas, cruzando géneros y posibilidades argumentales y narrativas -el primer arco es victoriano y de corte decimonónico, el segundo, una historia de aventuras, el cuarto, una historia costumbrista en un pueblo japonés con tintes fantásticos que bien podría recordar a 'Twin Peaks'...-. Así, 'Jojo' aspira a una exploración artística y a la innovación continuada, el mismo objetivo que motivaba al Duque Blanco.
También Freddie Mercury ha sido objeto de inspiración para la obra, que destaca en muchos casos por las referencias de las numerosas poses de su personajes. La amplitud de citas que Araki maneja es prácticamente inabarcable: muchas de las portadas de los distintos volúmenes del manga están inspiradas, directamente, en icónicas fotografías de algunas primeras planas de revistas de moda, por ejemplo.
La música es un elemento fundamental en 'Jojo', pues son numerosos los personajes y Stands -las proyecciones físicas del poder espiritual de su usuario, clave para la serie- cuyos nombres están inspirados o son directamente iguales a canciones, cantantes o grupos. Es el caso de Dio Brando, uno de los antagonistas principales, en referencia al grupo Dio pero también al actor Marlon Brando, o 'Killer Queen', un stand que cita a la canción de Queen.
Sin embargo, la utilización de la música occidental para nombrar a personajes y stands es, según Araki, un hobby y una forma de mostrar su respeto a los artistas de rock a los que admira. También se encuentra en esta amplia nómina el álbum 'Gold Experience', de Deezer, que da título al quinto arco de la serie, o 'Sticky Fingers', el disco de los Rolling Stones, entre muchos otros.
'Jojo's Bizarre Adventure': hacia la sublimación estilística
La fascinación de Hirohiko Araki por el arte europeo y, en especial, por el italiano, se deja ver con especial incidencia en la que es la quinta temporada del anime, 'Vento Aureo'. Y ahí, aunque no es la único, resuena con gran fuerza el diálogo que el mangaka mantiene con la obra de Miguel Ángel, cuya escultura es fuente de inspiración continua para 'Jojo' por el estudio del escultor de la anatomía masculina.
La piedad, El esclavo o Lorenzo de Médici, el pensador son algunas de las obras del artista renacentista de las que bebe Araki, verdaderamente obsesionado con la proporción clásica y la belleza canónica renacentista y heredada por el neoclasicismo. Esto explica el giro estético del mangaka tras el paso del tiempo, que ha derivado, tal y como señala Álvaro Arbonés, en un estilo preciosista y fluido, apartándose de lo caricaturesco.
A pesar de que la adaptación animada de 'Jojo's Bizarre Adventure' tan sólo tiene cinco entregas, con su última temporada, 'Vento Aureo' a punto de finalizar su emisión, la obra de Araki aún continúa en la actualidad. Hasta la fecha, el anime ha adaptado con bastante rigurosidad el manga, no sólo siendo fiel al estilo del autor, sino, además, aportando imaginativas y coloristas soluciones visuales, aunque con quizá demasiada incidencia en los momentos humorísticos de la serie, disponible al completo en Crunchyroll.
Aunque queda mucho para ver en movimiento al completo un universo que aún sólo es parte de la viñeta, la senda que la adaptación al anime ha marcado hasta la fecha continúa recuperando la importancia de una obra rompedora. Pues esa es la máxima de 'Jojo's Bizarre Adventure': la continua demolición de barreras, códigos y constructos en busca de la innovación y la resignificación. En definitiva, la eliminación de todo prejuicio hacia la hipérbole, el desenfreno y la extravagancia.
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