Seguimos con el repoker de joyas que el año pasado dejaron los estudiantes de la prestigiosa escuela de animación Gobelins, y del que ayer colgamos los dos primeros cortometrajes, para terminar con los tres últimos hoy, que siguen en la línea de extrema autoexigencia, imaginación desbordada y animación cuidada hasta el mínimo detalle, sobre todo tratándose de cortometrajes tan breves y con tan poco presupuesto. Una gozada. Vean, vean:
Pandore
Dirigido por Marion Stinghe, Meryl Franck, Benoît Guillaumot, Nicolas Caffarel, Elen Le Tannou, es posiblemente el más divertido de todos los cortos del año pasado. Una vuelta de tuerca al mito de la Caja de Pandora, con una fenomenal creación del monstruo primigenio que sale de la caja, y con un final tronchante. La animación, en sí misma, perfecta:
Le Phare
Excelente pieza, dirigida por David Francois, Rony Hotin, Jérémie Moreau, Baptiste Rogron, Gaëlle Thierry, Maïlys Vallade, en la que el elemento fantástico (la polilla gigante, hinchada y juguetona) se introduce en la narración como si tal cosa, con un más que notable sentido de la atmósfera, y un final sorprendente y muy grato. Tiene numerosos premios en su haber:
Le Ruban
Violenta y compleja pieza, de Thomas Charra, Michaël Crouzat, Kherveen Dabyllal, Denis Do, Gabriel Jolly-Monge, que entre sus muchas virtudes (como una cuidada ambientación de época, una caracterización de personajes poco común y muy abigarrada) tiene la de buscar la emoción por medio de la contención total, y cuyo salvajismo gráfico contribuye a fortalecer el recuerdo del lazo rojo como un momento precioso. Una maravilla:
Hasta aquí esta cosecha estupenda. Pero seguiremos colgando más cosas de Gobelins, sé que el lector lo agradecerá.
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