Ésta es la segunda parte de un artículo que nos habla de ciertas series infantiles que han ampliado su público objetivo y han llegado hasta el corazoncito de muchos adultos, que encuentran en ellas universos divertidos, surrealistas… e incluso propuestas arriesgadas que rompen con los esquemas narrativos clásicos.
Muchos de los que actualmente podemos llamarnos ya adultos (ay, madre), hemos crecido con una pantalla de televisor a nuestra vera. Y nuestro primer contenido más favorito fue, posiblemente, una serie de dibujos animados. Puede que algunos canales se resistan a perder esa audiencia que, en su momento fue tan fiel y que todavía siente ciertas reminiscencias infantiles. Cada vez más series tratan de cumplir el doble objetivo de gustar a pequeños y mayores.
6. ‘Phineas y Ferb’
Esta serie de Disney Channel es una creación de Dan Povenmire y Jeff “Swampy” Marsh. Se estrenó en 2008 y cuenta con tres temporadas (y una cuarta que está produciéndose). La serie nos trae a dos hermanos a los que su prolífica imaginación les permite vivir una aventura diferente cada día, a la voz de “Ya sé qué vamos a hacer hoy”.
‘Phineas y Ferb‘ es una serie muy adulta en muchos aspectos. En primer lugar, tiene una trama secundaria, protagonizada por Perry el ornitorrinco, que, además, es una parodia del género de espías. Con constantes referencias a la metaficción y a que están viviendo dentro de una serie, potencia la imaginación infantil. Nunca viven momentos “mágicos”, sino que plantean sus historias a través de maquinaria e inventos humanos. El estilo visual juega un papel muy importante. Recuerda a Tex Avery por el uso de formas geométricas integradas, como los triángulos, que tienen un gran protagonismo por la vivacidad que emanan.
7. ‘El asombroso mundo de Gumball’
Nos centraremos ahora en una serie británica creada por Ben Bocquelet y estrenada en España en 2011. Una de sus características más importantes es su estilo visual transgresor, que mezcla animación por ordenador, stop motion, animación tradicional y elementos reales. A esta estética que combina 2D y 3D, hay que sumarle unos guiones plagados de humor irreverente y muy divertido.
‘El asombroso mundo de Gumball’ nos habla de Gumball Watterson y su histriónica familia. Gumball es un gato adolescente que, a pesar de tener buen corazón, comete las torpezas propias de su edad. Su padre es un conejo que puede recordar, por su comportamiento, a Homer Simpson. La madre de la familia es una gata, responsable y muy preocupada por su trabajo. La serie está plagada de secundarios muy jugosos: Penny, un cacahuete que está en el equipo de animadoras, Masami, una nube un poco “pija” o Carrie, un fantasma deprimido porque no puede comer.
8. ‘Los padrinos mágicos’
Fue creada por Butch Hartman en 1998, primero a través de varios cortos y ya en 2001 como una serie de televisión que todavía sigue en antena. ‘Los padrinos mágicos’ pertenecen a ese género que algunos llaman retro new cartoon: son como una caricatura del antiguo cartoon, angulosos y con formas muy definidas. El estilo visual puede resultar muy expresionista: espacios deformes, importancia de la iluminación…
En esta serie nos encontramos con un niño, Timmy, que resulta un completo antihéroe: no es inteligente, valiente o fuerte. Para terminar de romper con los supuestos más lógicos, sus padres no le quieren, de hecho, esperaban una niña y lo compraron todo rosa. Así pues, a Timmy le fueron concedidos dos padrinos mágicos para que cuidaran de él. Algo interesante sobre la serie es que las “cafre-aventuras” del principio, con una peripecia llena de humor autoconclusiva han evolucionado hasta darle cierto toque épico a la serie: Timmy es el “elegido”.
9. ‘Fanboy y Chum Chum’
Estos dos niños superfans de la ciencia-ficción fueron creados por Eric Robles en 2009 para el canal Nickelodeon. A nivel visual supone un referente muy potente en el mundo del 3D, pues resulta muy colorista y alegre. Las formas son agradables aunque también pueden recaer en el feísmo cuando es menester. En las aventuras de estos dos chicos siempre prima la peripecia, por encima de la humanidad de las historias, y tal vez esto sea un punto débil de la serie.
Los temas suelen ser un tanto frívolos, sin trasfondo humano. A pesar de ello, los capítulos están cargados de referencias para atraer al público adulto: parodias de películas, de personajes de la cultura popular… La cosificación de los personajes aporta mucho humor a las historias: se arrancan un brazo, se sacan un objeto de la barriga… ‘Famboy y Chum Chum’ son dos apasionados de la vida, pero también son dos perdedores. Se hace humor desde los mismos protagonistas viéndoles en sus momentos más vergonzantes.
10. ‘Ren y Stimpy’
Para terminar esta selección de dibujos animados, vamos a hablar de una serie a la que, en muchas ocasiones, se le ha criticado por no ser para niños, por su contenido altamente corrosivo. Es un poquito más antigua que el resto, nació en 1990, pero ha sido referente para tantas otras series que han seguido su políticamente incorrecta estela, y, por ello, no podemos dejar de mencionarla.
Ren es un perro neurótico y Stimpy, un gato no muy inteligente, y ambos viven aventuras en las que satirizan constantemente a la sociedad estadounidense. Su creador, John Kricfalusi, reivindica en esta serie el cartoon de los años 40, rechazando los dibujos de los 80 a los que acusa de superficiales. La suciedad y el feísmo son señas de identidad: fluidos corporales a destajo y cuerpos deforme por doquier. Su carga grotesca y satírica fue acusada de violenta, usa un humor negro en muchas ocasiones pero, tal vez, a algunos lo que de verdad les haya molestado es la crítica a ciertas instituciones estadounidenses que representan los valores patrióticos. La serie, cancelada por bajas audiencias, tuvo una versión posterior, “sólo para adultos”.
En ¡Vaya Tele! | Diez series infantiles que también gustan a los adultos (I)
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