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Eran uno, dos y tres los famosos mosqueperros,
el pequeño D’Artacán siempre va con ellos…
Quizá resulta difícil encontrar hoy a alguien nacido entre los años 60 y 70 80 que no reconozca la sintonía de ‘D’Artacán y los tres mosqueperros’, una serie que cautivó a un montón de niños por su forma de acercarles el clásico de la literatura universal Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas sin perder ni acción ni emoción, y es que ‘D’Artacán…’ fue una de tantas series de animación que se atrevieron con la literatura adaptada para niños, como sucedió en su día con las series dedicadas a El Quijote, a la historia del Cid Campeador o a la vuelta que dio Phileas Fogg al mundo en 80 días.
Creada por el rey de la animación española Claudio Biern Boyd a través de su productora BRB Internacional y en coproducción con la japonesa Nippon Animation, responsable de éxitos como ‘Heidi’, ‘D’Artacán..’ consiguió ganarnos el corazón a toda una generación de chavales acostumbrados a ver en la tele espadachines dentro de muchas películas pero no en una serie de animación infantil.
De mosqueteros a… ¿mosqueperros?
[[image: {"alt":"D","src":"82b371\/d_artacan_01","extension":"jpg","layout":"normal","height":440,"width":650}]]
En el inicio de la historia conocemos a un D’Artacán cachorro en su Gascuña natal, de donde parte con destino a París para convertirse en mosqueperro del Rey Luis XIII, el Justo. Allí conoce a los tres mosqueperros Amis, Dogos y Pontos, y de ahí en adelante veremos a los cuatro personajes enfrentándose a los planes del malvado cardenal Richelieu, ejecutados por sus siniestros ayudantes. Un romance con la joven Julieta y la amistad con el ratón Pom nos da el resto de ingredientes.
Una de las características más evidentes de la adaptación de Los tres mosqueteros para convertirse en ‘D’Artacán y los tres mosqueperros’ fue el juego con los nombres de los personajes:
- D’Artacán, como equivalente cánido de D’Artagnan, para dar vida a un perro que recuerda a un Snoopy algo suavizado.
- Amis, el springer spaniel, como equivalente apocopado y evocador de la amistad francesa, de Aramis, el más espiritual de los mosqueteros.
- Dogos, un enorme san bernardo, como obviedad perruna con la que se rebautiza a Porthos, esposo de Milady de Winter.
- Pontos, pastor alemán, es Athos, el más heroico de los amigos de D’Artagnan.
- Julieta, una perrita que recibe un nombre mucho más evocador que el original de la novela, Constance Bonacieux, doncella de confianza de la reina Ana de Austria.
- Milady, una gata de raza sin precisar, como abreviatura de Milady de Winter, ex esposa de Athos y aliada de Richelieu.
- Pom, el ratón, como elemento cómico y adyuvante positivo de libro que es, representa un añadido por cortesía de la casa.
Sea como fuere, toda una generación crecimos en el divertido equívoco de llamar “mosqueperro” y “D’Artacán” a los personajes literarios de Dumas en virtud de un recurso que Claudio Biern Boyd repitió al año siguiente versionando a Julio Verne en ‘La Vuelta al mundo de Willy Fog‘.
Una serie con Honor y Amistad
TVE emitió la serie por su primera cadena (actual La 1) los sábados a la hora de los dibujos animados, esto era en la franja de la sobremesa, entre el ‘Telediario’ y el espacio cinematográfico ‘Primera sesión’, a eso de las 15:30, y nos duró desde el 9 de octubre de 1982 hasta el 9 de abril de 1983. Hacia el verano se repuso la serie en la segunda cadena (actual La 2): del 15 de agosto al 30 de septiembre. Y, como podéis ver en el vídeo de los créditos iniciales, también ha sido repuesto por otras cadenas de nuestro país, en este caso la privada catalana CityTV, hoy 8TV.
Llamaba la atención ya en aquel entonces leer sobreimpresionada en la cabecera de la serie el conocido lema de los mosqueteros sobre la lealtad: “Uno para todos y todos para uno”. Sin embargo, lo bueno venía cuando llegábamos a la parte en que el texto invadía la pantalla con estas palabras:
Esta serie, basada en la novela de Alejandro Dumas “Los tres mosqueteros”, pretende a través de sus divertidos protagonistas resaltar dos virtudes que nunca se deben olvidar: El Honor y La Amistad.
Igualito que lo que aprendemos hoy en día de la tele, vaya.
[[image: {"alt":"D","src":"a37b46\/d_artacan_02","extension":"jpg","layout":"normal","height":480,"width":650}]]
Recuerdo que cuando leía cada semana aquellas frases me llamaba mucho la atención que tanto Honor como Amistad se escribieran en mayúscula, y es que el mensaje educativo estaba presente en ‘D’Artacán y los tres mosqueperros’, al menos en la intro. Luego en cada capítulo las aventuras se sucedían y los mamporros iban que volaban, pero supongo que todos teníamos claro que aquello iba de broma… aunque, reconozcámoslo, después fuéramos muchos los que intentáramos cortar una manzana que volara por los aires. Cosas de la imaginación.
[[image: {"alt":"D","src":"1e9b01\/d_artacan_manzana","extension":"jpg","layout":"normal","height":451,"width":650}]]
La serie tuvo desde un primer momento vocación internacional, fruto de la cual se emitió en Francia, Portugal, Brasil, Reino Unido, México, Perú y Chile. En la versión inglesa, titulada ‘Dogtanian and the Three Muskehounds’, los valores estaban igualmente presentes en la cabecera, pero oír cantar lo del “one for all and all for one” aún es ahora que no lo acabo de ubicar. Os dejo la intro por si tenéis curiosidad. La parte positiva es que las voces de esta grabación, cuyos coros cantan “D’Artacán, D’Artacán”, y no “Dogtanian, Dogtanian”, no resultan tan agudas como las de la versión española, que corría a cargo del dúo Popitos:
Merchansiding y otras curiosidades
[[image: {"alt":"\u00c1lbum de cromos de D","src":"e1e174\/album_dartacan_","extension":"jpg","layout":"small","align":"right","height":340,"width":250}]]Como buena serie de la época, ‘D’Artacán y los tres mosqueperros’ tuvo su propia colección de cromos que conseguíamos inflándonos a yogur, pero también una cuyos cromos se vendían en quioscos. Además, se fabricaron miles de muñecos a las más diversas escalas, se editaron cómics, historietas, juegos de cartas, también hojas con dibujos para colorear... Vamos, un poco de todo.
Hay un sitio web que reúne absolutamente todo lo imaginable sobre la serie en su versión internacional. Se trata de Muskehounds, donde podéis encontrar imágenes poco habituales, un origami de D’Artacán, un juego de avatares con los personajes de la serie que utilizaréis si sois moderadamente fans de ‘D’Artacán…’; si vuestra afición es mayor podéis jugar a cantar en grupo la canción de D’Artacán en un montón de idiomas y si estáis enfermos de D’Artacanismo, en la sección de fans comprobaréis que no estáis solos en el mundo. Quien no se consuela…
[[image: {"alt":"Dogtanian","src":"f25f84\/dogtanian","extension":"jpg","layout":"normal","height":402,"width":650}]]
Segundas partes nunca fueron buenas
Años más tarde, en 1990, BRB Internacional junto con Thames Television y Wang Film Productions produjo una secuela titulada ‘El retorno de D’Artacán’ y basada en la obra El vizconde de Bragelonne. La historia cuenta que ha pasado el tiempo, D’Artacan vive en París con Julieta y sus dos hijos, y sus viejos amigos mosqueperros ya están algo mayores, pero se reúnen de nuevo para ayudar a la reina Ana, que ve cómo el rey Luis XIII ha tomado algunas decisiones extrañas que afectan al trono.
En aquella segunda parte preparada con tanta posterioridad a ‘D’Artacán y los tres mosqueperros’ los dibujos eran más occidentales, más precisos, la imagen mucho más definida, los diálogos más sencillos y directos… pero ‘El retorno de D’Artacán’ ya no tuvo el mismo sabor ni desde luego una acogida comparable cuando se estrenó en las sobremesas de los domingos de 1991. ¿O será que para aquel entonces los niños ya no lo éramos tanto?
Ficha Técnica: D’Artacán y los tres mosqueperros
Eran uno, dos y tres los famosos mosqueperros,
el pequeño D’Artacán siempre va con ellos…
Quizá resulta difícil encontrar hoy a alguien nacido entre los años 60 y 70 80 que no reconozca la sintonía de ‘D’Artacán y los tres mosqueperros’, una serie que cautivó a un montón de niños por su forma de acercarles el clásico de la literatura universal Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas sin perder ni acción ni emoción, y es que ‘D’Artacán…’ fue una de tantas series de animación que se atrevieron con la literatura adaptada para niños, como sucedió en su día con las series dedicadas a El Quijote, a la historia del Cid Campeador o a la vuelta que dio Phileas Fogg al mundo en 80 días.
Creada por el rey de la animación española Claudio Biern Boyd a través de su productora BRB Internacional y en coproducción con la japonesa Nippon Animation, responsable de éxitos como ‘Heidi’, ‘D’Artacán..’ consiguió ganarnos el corazón a toda una generación de chavales acostumbrados a ver en la tele espadachines dentro de muchas películas pero no en una serie de animación infantil.
De mosqueteros a… ¿mosqueperros?
En el inicio de la historia conocemos a un D’Artacán cachorro en su Gascuña natal, de donde parte con destino a París para convertirse en mosqueperro del Rey Luis XIII, el Justo. Allí conoce a los tres mosqueperros Amis, Dogos y Pontos, y de ahí en adelante veremos a los cuatro personajes enfrentándose a los planes del malvado cardenal Richelieu, ejecutados por sus siniestros ayudantes. Un romance con la joven Julieta y la amistad con el ratón Pom nos da el resto de ingredientes.
Una de las características más evidentes de la adaptación de Los tres mosqueteros para convertirse en ‘D’Artacán y los tres mosqueperros’ fue el juego con los nombres de los personajes:
D’Artacán, como equivalente cánido de D’Artagnan, para dar vida a un perro que recuerda a un Snoopy algo suavizado.
Amis, el springer spaniel, como equivalente apocopado y evocador de la amistad francesa, de Aramis, el más espiritual de los mosqueteros.
Dogos, un enorme san bernardo, como obviedad perruna con la que se rebautiza a Porthos, esposo de Milady de Winter.
Pontos, pastor alemán, es Athos, el más heroico de los amigos de D’Artagnan.
Julieta, una perrita que recibe un nombre mucho más evocador que el original de la novela, Constance Bonacieux, doncella de confianza de la reina Ana de Austria.
Milady, una gata de raza sin precisar, como abreviatura de Milady de Winter, ex esposa de Athos y aliada de Richelieu.
Pom, el ratón, como elemento cómico y adyuvante positivo de libro que es, representa un añadido por cortesía de la casa.
Sea como fuere, toda una generación crecimos en el divertido equívoco de llamar “mosqueperro” y “D’Artacán” a los personajes literarios de Dumas en virtud de un recurso que Claudio Biern Boyd repitió al año siguiente versionando a Julio Verne en ‘La Vuelta al mundo de Willy Fog‘.
Una serie con Honor y Amistad
TVE emitió la serie por su primera cadena (actual La 1) los sábados a la hora de los dibujos animados, esto era en la franja de la sobremesa, entre el ‘Telediario’ y el espacio cinematográfico ‘Primera sesión’, a eso de las 15:30, y nos duró desde el 9 de octubre de 1982 hasta el 9 de abril de 1983. Hacia el verano se repuso la serie en la segunda cadena (actual La 2): del 15 de agosto al 30 de septiembre. Y, como podéis ver en el vídeo de los créditos iniciales, también ha sido repuesto por otras cadenas de nuestro país, en este caso la privada catalana CityTV, hoy 8TV.
Llamaba la atención ya en aquel entonces leer sobreimpresionada en la cabecera de la serie el conocido lema de los mosqueteros sobre la lealtad: “Uno para todos y todos para uno”. Sin embargo, lo bueno venía cuando llegábamos a la parte en que el texto invadía la pantalla con estas palabras:
Esta serie, basada en la novela de Alejandro Dumas “Los tres mosqueteros”, pretende a través de sus divertidos protagonistas resaltar dos virtudes que nunca se deben olvidar: El Honor y La Amistad.
Igualito que lo que aprendemos hoy en día de la tele, vaya.
Recuerdo que cuando leía cada semana aquellas frases me llamaba mucho la atención que tanto Honor como Amistad se escribieran en mayúscula, y es que el mensaje educativo estaba presente en ‘D’Artacán y los tres mosqueperros’, al menos en la intro. Luego en cada capítulo las aventuras se sucedían y los mamporros iban que volaban, pero supongo que todos teníamos claro que aquello iba de broma… aunque, reconozcámoslo, después fuéramos muchos los que intentáramos cortar una manzana que volara por los aires. Cosas de la imaginación.
La serie tuvo desde un primer momento vocación internacional, fruto de la cual se emitió en Francia, Portugal, Brasil, Reino Unido, México, Perú y Chile. En la versión inglesa, titulada ‘Dogtanian and the Three Muskehounds’, los valores estaban igualmente presentes en la cabecera, pero oír cantar lo del “one for all and all for one” aún es ahora que no lo acabo de ubicar. Os dejo la intro por si tenéis curiosidad. La parte positiva es que las voces de esta grabación, cuyos coros cantan “D’Artacán, D’Artacán”, y no “Dogtanian, Dogtanian”, no resultan tan agudas como las de la versión española, que corría a cargo del dúo Popitos:
Merchansiding y otras curiosidades
Como buena serie de la época, ‘D’Artacán y los tres mosqueperros’ tuvo su propia colección de cromos que conseguíamos inflándonos a yogur, pero también una cuyos cromos se vendían en quioscos. Además, se fabricaron miles de muñecos a las más diversas escalas, se editaron cómics, historietas, juegos de cartas, también hojas con dibujos para colorear... Vamos, un poco de todo.
Hay un sitio web que reúne absolutamente todo lo imaginable sobre la serie en su versión internacional. Se trata de Muskehounds, donde podéis encontrar imágenes poco habituales, un origami de D’Artacán, un juego de avatares con los personajes de la serie que utilizaréis si sois moderadamente fans de ‘D’Artacán…’; si vuestra afición es mayor podéis jugar a cantar en grupo la canción de D’Artacán en un montón de idiomas y si estáis enfermos de D’Artacanismo, en la sección de fans comprobaréis que no estáis solos en el mundo. Quien no se consuela…
Segundas partes nunca fueron buenas
Años más tarde, en 1990, BRB Internacional junto con Thames Television y Wang Film Productions produjo una secuela titulada ‘El retorno de D’Artacán’ y basada en la obra El vizconde de Bragelonne. La historia cuenta que ha pasado el tiempo, D’Artacan vive en París con Julieta y sus dos hijos, y sus viejos amigos mosqueperros ya están algo mayores, pero se reúnen de nuevo para ayudar a la reina Ana, que ve cómo el rey Luis XIII ha tomado algunas decisiones extrañas que afectan al trono.
En aquella segunda parte preparada con tanta posterioridad a ‘D’Artacán y los tres mosqueperros’ los dibujos eran más occidentales, más precisos, la imagen mucho más definida, los diálogos más sencillos y directos… pero ‘El retorno de D’Artacán’ ya no tuvo el mismo sabor ni desde luego una acogida comparable cuando se estrenó en las sobremesas de los domingos de 1991. ¿O será que para aquel entonces los niños ya no lo éramos tanto?
De mosqueteros a… ¿mosqueperros?
- D’Artacán, como equivalente cánido de D’Artagnan, para dar vida a un perro que recuerda a un Snoopy algo suavizado.
- Amis, el springer spaniel, como equivalente apocopado y evocador de la amistad francesa, de Aramis, el más espiritual de los mosqueteros.
- Dogos, un enorme san bernardo, como obviedad perruna con la que se rebautiza a Porthos, esposo de Milady de Winter.
- Pontos, pastor alemán, es Athos, el más heroico de los amigos de D’Artagnan.
- Julieta, una perrita que recibe un nombre mucho más evocador que el original de la novela, Constance Bonacieux, doncella de confianza de la reina Ana de Austria.
- Milady, una gata de raza sin precisar, como abreviatura de Milady de Winter, ex esposa de Athos y aliada de Richelieu.
[[image: {"alt":"D","src":"085892\/ntv_dartacan","extension":"jpg","layout":"normal","height":400,"width":650}]]
Título Original: D’Artacán y los tres mosqueperros
Género: Animación infantil
Cadena: TVE (1982-1983)
Emitida en España: La 1
Disponibilidad DVD: Completa
Disponibilidad online: Sí (BRB Internacional)
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