Últimos días para ver en Prime Video a Michael Caine en uno de los mejores thrillers de los 80 y obra definitoria de uno de los mejores directores

De toda la generación de “movie brats” que definió el Nuevo Hollywood de los setenta, hubieron dos que fueron los menos marcados por el cine durante su juventud y los que más han hecho por desafiar sus límites morales: Paul Schrader y Brian De Palma. Desprovistos un poco de ese romanticismo nostálgico y poseedores de una capacidad analítica y académica, vieron menos problemas a desafiar al espectador un poco más. Desde luego, este último lo hizo bastante con ‘Vestida para matar’.

El último grito

Una de las películas que ha terminado siendo de las más definitorias de De Palma como artista, aunque los títulos más populares y aclamados hayan sido otros. Un genial ejercicio de thriller voyeur y psicológico con Michael Caine, Angie Dickinson y Nancy Allen que se puede ver en streaming a través de Amazon Prime Video hasta el 31 de octubre. Después todavía se podrá ver en Filmin.

Cansada de estar siempre frustrada sexualmente, Kate Miller decide atender a terapia para resolver sus problemas íntimos. Cuando intenta seducir al psiquiatra Robert Elliott, este trata de rechazarla para no poner en peligro su matrimonio. Tras este fallido encuentro, Kate se topa de manera fortuita con un desconocido con el que decide dejarse llevar, sin tener en cuenta las terribles consecuencias.

De Palma estuvo durante largo tiempo recibiendo el sambenito de ser un imitador de Alfred Hitchcock, ya que él también sentía pasión por los thrillers morbosos y sexuales con protagonistas rubias, asesinatos intensos y misterios intrigantes que llevan al espectador a rincones impensables. Probablemente sentía una devoción clara por el cine del director, pero su estilo obedece no tanto a a la devoción como una pasión por desentrañar la técnica de su cine, siguiendo su pasión juvenil por desmontar y volver a montar todos los aparatos a su alcance para poder entenderlos.

Que el resultado de películas como ‘Vestida para matar’ o la posterior ‘Doble cuerpo’ redoblen esfuerzos en la mirada voyeurística y en la explotación a la hora de rearmar las piezas muestra que estas películas le sirven para desmontar sus propias pasiones. Pasiones que no son precisamente políticamente correctas, pero sí que desafían tu confort como espectador sin dejar de ser rabiosamente entretenidas.

El estilo deslumbrante de ‘Vestida para matar’ es el más puro intento de De Palma por ser un autor, aunque él posiblemente se vea más como un técnico atendiendo a que no ha hecho ascos a hacer varios trabajos de índole más comercial. Pero incluso esos trabajos se entienden a otro nivel una vez se aprecia el entusiasmo e ideas que vuelca en thrillers provocadores como este, capaces tanto de ser aplaudidos por la crítica neoyorquina como de ser nominados a Razzies.

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