A pesar de las diferentes críticas enfurecidas de ciertos sectores, pocas cosas pueden venirle bien a una disciplina artística que la diversidad de voces. Precisamente el género de terror es uno de los que más se está viendo beneficiando de incluir diferentes perspectivas, al ser un género que suele salir adelante más fácilmente con menos recursos. Allí, mujeres cineastas pueden plasmar sus inquietudes sin tener que pasar por tantos filtros y tener que pedir tantos permisos.
No hay mejor muestra de ello que una de las mejores cintas de género de los últimos diez años, salida de un lugar tan recóndito como Australia y con una voz femenina al frente. No, no se trata de 'Relic', que también es un ejemplo magnífico de cómo usar el terror con astucia para contar problemáticas que conciernen especialmente a las mujeres. Se trata de 'Babadook', de Jennifer Kent, recientemente incorporada al catálogo de Prime Video (y también accesible a través de Filmin).
Terror cerca de casa
La historia de 'Babadook' sigue a una madre que tiene que cuidar sola a su joven hijo. Se ve en esta situación por la inesperada y violenta muerte de su marido hace seis años, y el peso de tener que cargar con la responsabilidad de educar al vástago ella sola empieza a hacerse excesivo. Especialmente cuando el niño empieza a estar aterrado por la amenaza de un monstruo que se le aparece y que relaciona con el protagonista de un relato de terror infantil que aparece de repente en casa.
Este monstruo, el "Sr. Babadook", empieza a hacerse más presente en el seno familiar a través de unas alucinaciones que se sienten muy reales. La amenaza se va volviendo desasosegante, pero todo se mantiene en un relativo plano realista gracias a cómo plantea Kent la puesta en escena. Durante largo tiempo mantiene la ambigüedad sobre la realidad o la ficción de esta amenaza.
Al final, este monstruo resulta una excusa para hablar de un conflicto que resulta muy real para madres como la protagonista. El lado menos bonito y menos comentado de la maternidad resulta protagonista en la historia de 'Babadook', al tener que intentar sacar adelante un desquiciado hijo que no sabes si es así, si es producto del trauma, o eres tú quien se ha vuelto loco del todo.
'Babadook': historias para no dormir
Kent saca mucho provecho de referentes de terror sobrenatural que mantienen una relación íntima y dramática con los traumas de sus protagonistas. Plantea ideas frescas sobre esta clase de películas, aunque su base resulta bastante clásica.
Lo cuál contrasta con el empeño que ha habido de incluirla en el (repelente) saco del "terror elevado", donde encaja sólo por tener mensaje y ser poco convencional, a pesar de que son elementos poco extraños en el cine de género incluso en su versión de andar por casa.
'Babadook' no necesita consideraciones elevadas para ser una gran cinta. Sus sustos, más sugerentes que impactantes, funcionan enormemente por su buen trabajo dramático. Su monstruo, además, se ha vuelto uno de los más icónicos de la última década, siendo abrazado además por la comunidad LGTBIQ+. Una película que ha trascendido muchas fronteras, cuyo reconocimiento es más que merecido por lo fresco de su aportación a la escena del terror.
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