Cuando llegas a cierto punto de madurez emocional, llegas a una conclusión muy clara: tu yo de adolescente era un idiota bastante integral. Los habituales errores de juventud se miran con cierto pesar, considerándolos las causas de las insatisfacciones o inseguridades del presente, y pensamos en qué no daríamos por volver atrás y corregirlos.
Aunque son los errores y las dificultades los que nos ayudan a ser como somos, a desarrollarnos a través del aprendizaje y a corregir con la experiencia aquello que no supimos ver. Todas las etapas vitales pasan por un motivo, la vida es compleja en ese aspecto, y es algo que explora con gusto una película como ‘Mi yo adulta’.
Culos viejos, consejos pertinentes
Maisy Stella protagoniza con Aubrey Plaza esta comedia de fantasía con ciertas peripecias temporales (aunque sin caer en la ciencia ficción) que tuvo buena acogida en el festival de Sundance. Escrita y dirigida por Megan Park, la película acumula un 90% de críticas positivas en el portal Rotten Tomatoes, y ahora podemos verla en streaming a través de Amazon Prime Video.
Elliott Labrant está deseando irse de su pueblo para vivir en la ciudad y empezar de verdad su vida. Antes de ello se va de acampada con sus amigas, para compartir risas y drogas alucinógenas. Quien sabe si por efecto de estas o no, Elliott recibe la visita de una mujer de 39 años que afirma ser ella de mayor y le aconseja realizar una serie de cambios en su actitud antes de mudarse, además de evitar a ciertas personas.
La película ofrece un planteamiento muy de película de viajes temporales clásica, donde se fantasea sobre lo que puedes hacer y cambiar de poder viajar al pasado, pero esta vez desde la perspectiva de quien vive en el pasado. También cuenta con una serie de peculiaridades que pueden suponer una barrera, como su tono juvenil pero ante todo una disonancia derivada del casting: hay que comprar muy fuerte que una interprete tan particular como Aubrey Plaza y la chica protagonista puedan ser la misma persona.
‘Mi yo adulta’: las decisiones vitales
Cabe decir que Plaza pone de su parte, haciendo una interpretación sosegada y cálida, y la película no abusa de ella como recurso. Su presencia está mayormente como voz, y a quien seguimos es a la versión joven que intenta dejar las cosas en buenos términos, intentando evitar caer en errores propios de quien quiere tomar un camino diferente.
Pero también hay una madura reivindicación de los errores de juventud, de escoger direcciones que puedan llevar amargura y dolor en el largo plazo porque hay cosas positivas que ganar del proceso. Es una aproximación interesante, libre de cinismo, y también muy cálida sobre las decisiones vitales que tiene todo el sello indie de Sundance, y se queda cerca de ser una película extraordinaria en el género a lo ‘Palm Springs’. No llega ahí, pero tiene las ideas correctas.
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