Una visionaria y celebrada bailarina jubilada se encuentra en fase terminal de un severo linfoma que se le ha diagnosticado. Para acompañarla se le asigna una enfermera de paliativos, una devota cristiana que se dio a la religión con fervor tras un traumático evento con un paciente. Sus intenciones, eso sí, son más complejas de lo que parece, y la relación entre cuidadora y paciente va a tener intensas tiranteces cargadas de matices.
La convaleciente liberal y atea se convierte en toda una obsesión para la mojigata enfermera, que guarda una extraña y ambigua relación con Dios al que siente cerca de una manera especial. O eso parece. Las apariencias son algo con que Rose Glass subvierte y retuerce todo lo posible en su deslumbrante debut con el largometraje de terror psicológico 'Saint Maud'.
Ardiendo en cuerpo y alma
La película ha sido incorporada recientemente al catálogo de Amazon Prime Video, y es una oportunidad ideal para dejarse impresionar por una de las cintas de terror más desafiantes y especiales de los últimos años. También una ocasión para desmontar prejuicios para todos aquellos que sólo conozcan a Morfydd Clark como la Galadriel de 'El señor de los anillos: Los anillos de poder' y la toman por una actriz sin talento.
Glass emplea cada elemento a su disposición para desarrollar una película donde los cuidados y la religión mantienen una relación truculenta llevada al extremo. No es que cuente con infinidad de recursos a su disposición, es una película pequeña, pero en menos de hora y media consigue contar más que lo que muchos que creen necesitar grandes cantidades de metraje para desarrollar una historia. Lo hace no dejando espacios muertos y sin recurrir a exposición burdamente obvia.
Que la historia de la enfermería y los cuidados hayan estado ligados de manera tan fuerte con lo religioso es algo que la directora y guionista emplea con mucha astucia de manera subversiva para denunciar la represión de esto último. La relación entre estas dos mujeres de creencias opuestas es contada desde la obsesión de la cuidadora, que se extralimita pensando que debe cuidar también el alma descarriada sin ver que no va sobre la paciente. La conexión entre ellas resulta perversa, pero también lo es la del personaje de Clark con la figura divina que venera.
'Saint Maud': terror católico y de posesiones
‘Saint Maud’, quizá forzada por los recursos, se ancla en el terror psicológico y se mantiene ambigua sobre un posible elemento sobrenatural. Sin embargo, toma mucho del cine de posesiones para dar un giro más a las relaciones anteriormente mencionadas. El desarrollo a través de guion e imágenes sugerentes muestran una gran sofisticación y claridad de ideas que no resultan muy propias de alguien en su primer largometraje.
Como guinda, cuenta con un final que incluso aquellos que entran menos en el relato no pueden sino tildar de asombroso e impactante. No solo por imágenes chocantes, sino por cómo termina de cerrar ideas realmente poderosas sobre el autofustigamiento y la represión de los impulsos naturales. Clark deja una de esas interpretaciones para el recuerdo, defendiendo todas las aristas de un personaje difícil y haciendo que su historia te deje petrificado del asombro.
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