Jason Statham es una franquicia en sí mismo, como buena estrella de acción que es, pero los tiempos actuales le piden tener una o dos entre manos mientras va probando cosas (como películas originales con Guy Ritchie). ‘Los mercenarios’ se ha quemado como posibilidad, ‘Megalodón’ es medio consistente pero a él no le necesita tanto (al igual que en ‘Fast & Furious’), y ahora estrena ‘Beekeeper: El protector’ con bastante potencial para ser su saga de acción violenta.
Carisma tiene a raudales, y entrega de sobra para realizar secuencias de pelea dinámicas y contundentes. Eso sí, no todas sus películas han sido capaces de llevarle al límite físico y también en términos de diversión, con humor desatado que pueda vender. Aunque una de sus primeras franquicias sí supo explotarlo en todas las facetas posibles y dar uno de sus trabajos imprescindibles. Todo empezó con ‘Crank: Veneno en la sangre’.
Ni un minuto de descanso
Primera película de una saga de dos creada, escrita y dirigida por la pareja de cineastas Mark Neveldine y Brian Taylor, este salvaje thriller de acción explota los límites del humor de Statham con una locura de propuesta y de tono. Uno de los mejores vehículos que ha tenido la estrella de cine, convertida en clásico de culto en sus formatos domésticos como el streaming en Amazon Prime Video y en FlixOlé.
Aquí encontramos a Chev Chelios, un asesino a sueldo que opera en la ciudad de Los Ángeles. Mientras dormía ha sido envenenado, y se le informa que tiene poco tiempo de vida. Puede prolongarla si impide que el veneno llegue a su corazón, pero para ello tiene que tener un bombeo de adrenalina constante realizando actividades y movimientos continuos hasta que consiga el antídoto.
Para poder conseguir ese chute adrenalítico continúo, el personaje tiene que cometer locuras de todo tipo que incluyen peleas con gente, conducción temeraria, consumir drogas ilegales o incluso tener sexo aunque sea en lugares públicos y de lo más inapropiados. La película abraza el absurdo y la incorrección hasta sus últimas consecuencias.
‘Crank: Veneno en la sangre’: Statham imparable
Y resulta muy exitosa en ello. El ritmo es endiablado, propio de dibujo animado de la factoría Tex Avery, pero en acción real. Una decisión que romperá la sensación de incredulidad de muchos, aunque algunos encontrarán irresistible su vertiginoso trabajo con acción embrutecida y humor cafre a más no poder.
Statham es el que termina de vender esta enloquecida propuesta, entregándose hasta extremos que igual no probaría ahora que juega más sobre seguro. Su fisicidad, que le hace tan apto para las escenas de lucha y tollinas, le hace también estupendo en lo cómico, no teniendo miedo al ridículo y permitiendo aterrizar el tono de los directores. Un festival de la diversión.
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