Se puede pensar que muchas películas de los albores del cine de Hollywood son algo que hemos dejado atrás y que el público actual ya no puede procesar de la misma manera. Craso error, porque realmente estamos todavía digiriendo muestras que explotan de manera directa el cine de aquella época. En algunos casos de manera literal, con obras del pasado siendo la propiedad intelectual del presente.
Quizá la mayor representación sea todo un objeto de fascinación para muchos cineastas y una fuente de potenciales ingresos para muchos ejecutivos de estudio. Una película de 1933 cuyo personaje central sigue siendo explotado y explorado, aunque manteniendo mucho de lo que le caracterizaba ya en aquella época. Se trata de la entonces denominada como octava maravilla del mundo: 'King Kong'.
Un espectáculo nunca visto
La película se ha incorporado recientemente al catálogo de Amazon Prime Video para ser contemplada y admirada por espectadores curioso (también se puede ver en FlixOlé). Una oportunidad dorada, no sólo para ver una gran joya del cine clásico, sino también una de las primeras grandes películas de monstruos que se han realizado. En muchos aspectos, sigue siendo imbatible en ese terreno.
La historia es tan elemental como efectiva: un equipo de rodaje se dirige a una misteriosa isla remota en la que esperan filmar a una civilización prehistórica y terminan encontrando algo mucho mayor. Un gigantesco gorila que rápidamente se ve como una atracción mucho más espectacular que cualquier película que se pueda filmar, por lo que hacen lo posible para llevárselo a Nueva York y poder exhibirlo en Broadway.
Dirigida por Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, que ya contaban con experiencia previa de trabajo con primates, la película muestra una increíble artesanía para dar forma al gorila y otros monstruos escogidos para aparecer, haciendo uno de los usos más antiguos y prominentes de la animación en stop-motion. Su uso es inteligente y creativo, dando una escala especial a la criatura que da nombre a la cinta y causando impacto en cineastas como Peter Jackson, que acabaría haciendo un remake muy personal.
'King Kong': una película inmensa
Pero lo que ayuda a trascender no es sólo la proeza técnica realizada, es su visión realmente humana de esta criatura. En lugar de dibujarlo como monstruo aterrador, King Kong es presentado como un animal afectivo, capaz de proteger a la actriz a la que interpreta Fay Wray y sólo ataca cuando es amenazado. Sus verdaderos arrebatos de furia llegan cuando es alejado de su hogar y plantado en un lugar hostil.
Aunque el tiempo y la revisión ha tratado de engrandecerla con lecturas sociológicas y políticas, como puede ser una analogía de los hombres africanos secuestrados de su hogar para convertirse en esclavo, realmente el aspecto más significativo de 'King Kong' tras todos estos años es su relato de la modernidad aplastando lo natural y los rasgos de civilizaciones antiguas.
La propia película parece haber sido pisoteada por los avances y el progreso tecnológico, pero su exquisita artesanía y su influencia seminal en otras monster movies como 'Parque jurásico' la siguen haciendo imprescindible.
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