El actor fue galardonado como mejor actor en una comedia muy noventera, para lo bueno y para lo malo
A veces se va forjando una buena relación entre un actor y un director que no resulta esperada, pero sí realmente fructífera. Y esta termina necesitando un momento que se sienta culminante, la consecuencia natural y celebrada de este buen entendimiento que se ha ido cultivando a través de proyectos. Fue el caso de ‘Mejor... imposible’.
Cuando menos te lo esperas llega la vida
La sensacional comedia que dio a Jack Nicholson uno de sus premios Oscars más icónicos, siendo el momento cumbre junto a uno de sus directores favoritos, James L. Brooks. Antes de protagonizar esta película, Nicholson había aparecido en un rol secundario en las dos primeras películas del cineasta, siendo nominada por ambas. Su compañera de reparto Helen Hunt también fue premiada como intérprete, y ahora tienes sólo unos días para verla en streaming de manera gratuita en RTVE Play (está disponible hasta el 14 de abril), además de en la suscripción de Netflix.
En ella Nicholson es un maniático y antipático escritor de Nueva York, que trata mal a sus vecinos y padece de manías compulsivas que le fijan en una marcada rutina. Una que quedará trastocada por una simpática camarera y madre soltera, un vecino artista gay que es asaltado violentamente, y un nervioso perro que queda a su cuidado.
La película tiene las exquisitas cualidades de la dramedia característica de James L. Brooks, que Nicholson conoce bien como ya hemos mencionado. También está afinada de cara a las tendencias de la comedia romántica noventera. Para lo bueno y también para lo malo, siendo en ocasiones extremadamente naïve en sus buenas intenciones al tocar la concordia y perdonar los incorregibles comportamientos de su protagonista.
Son aspectos que la anclan mucho a su época, igual que el romance entre los protagonistas con tan marcada diferencia de edad. Pero Brooks tiene una estupenda cualidad en su cine para meterte de lleno en historias así de inusuales, con ese corazón que porta en su solapa y le permite hacer respirar a los personajes hasta aproximarse a una humanidad muy auténtica, sin dejar por ello de ser fantásticamente divertidos.
Jack Nicholson finalmente protagonizó una película para James L. Brooks tras ser secundario habitual, aunque el proceso no fue precisamente fácil por los choques de opinión durante el rodaje.
Pero esas diferencias pulieron un personaje que va como un traje hecho a medida al actor, ya completamente validado para liderar otras comedias románticas que intentan indagar en su extraño magnetismo, como ‘Cuando menos te lo esperas’. Esta película fue todo un punto de inflexión, además de todo un fenómeno de taquilla (314 millones de dólares recaudados) y de premios.
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