Antes de que se enfundase el traje del Hombre Hormiga y diese inicio a un idilio con Marvel Studios que se extiende durante ocho años y que encuentra en 'Ant-Man y la Avispa: Quantumania' su último fruto, estábamos acostumbrados a que Paul Rudd, simple y llanamente, nos hiciese reír —como si fuese sencillo—. Lo que desconocíamos hasta ahora era qué llevó al de Nueva Jersey a entregarse en cuerpo y alma al mundo de la interpretación.
Jo, ¡qué referente!
Durante una entrevista con Men's Health, Rudd ha desvelado que uno de sus mayores referentes fue la magnífica 'Jo, ¡qué noche!' de Martin Scorsese. Concretamente, fue el papel de Griffin Dune como Paul Hackett el que le inspiró para tomarse las cosas mucho más en serio y dar el paso de estudiar interpretación. Así explica los motivos de la revelación.
"Griffin Dunne ha pasado por mucho. Y, finalmente, encuentra un lugar seguro en el ático de un tío porque hay un mafioso buscándole en las calles. Y llama a los policías y le dicen, 'Vete a dormir'. Y le cuelgan. Pero no se enfada. Sólo está estupefacto. Y dice, 'Oh, guau. Oh, guau'. La única emoción es sorpresa. Va más allá de la frustración. Y es sublime".
Tras salir del cine con una nueva perspectiva sobre su oficio y su futuro profesional, Rudd se volcó en su formación y decidió trabajar en el mundo del teatro durante un año, viéndose obligado a rechazar algunos papeles en grandes producciones; hecho que no hizo demasiada gracia a sus representantes.
"Mi agente dijo, '¿Qué estás haciendo?'. Mi carrera sólo estaba empezando. Pero tenía una imagen muy clara de lo que quería y cómo quería hacerlo. No quería que se me considerase un chiste entre actores a los que realmente admiro. Quería aprender cómo hacerlo bien. Tenía un objetivo real".
Pero la decisión fue correcta, y el actor actor agradece las posibilidades que le ofreció cada rol que aceptó a partir de aquél momento; todos determinantes a la hora de alcanzar el estatus de estrella de las grandes ligas que ostenta actualmente.
"Desde luego, algunas de las películas no fueron tan buenas como había imaginado, pero fueron beneficiosas, cada una de un modo. Sin 'Wet Hot American Summer' no hubiese hecho 'El reportero: La leyenda de Ron Burgundy', que fue fundamental. Y he llegado a trabajar con Judd Apatow durante años".
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