Es quizás mi comediante favorito, no tanto porque no valore los estilos personales (e incluso a su manera autorales: sus productos no tienen un sello, una serie de convenciones, sino que desarrollan un discurso creativo a partir de un arquetipo, como ocurría con los viejos comediantes de Hollywood y también con sus estrellas), pero Steve Carell tiene algo de Cary Grant, puede parecer realmente patoso sin que nunca llegue a parecer desmedidamente idiota, y también de Tony Curtis, puede parecer realmente idiota sin que nunca deje de parecer increíblemente encantador y sin que lo segundo nos haga estar algo desnortados sobre lo primero, que no tienen, pongamos, Adam Sandler o Will Ferrell, los otros dos titanes comedia activos en Hollywood.
¡Lo sé, lo sé! Steve Carell debería haber hecho cosas mejores teniendo esos papeles. Su remake de ‘La cena de los idiotas’ (Dinner for Schmucks, 2010) fue bastante decepcionante y no digamos ya ese ‘Superagente 86’ (Get Smart, 2008) que debería haber consagrado dos tradiciones increíbles, la del humor absurdo y tremendo de Mel Brooks con la entonación blockbuster que toda estrella de la comedia necesita desde la aparición titánica de Jim Carrey, y terminó siendo una versión un tanto descafeinada de sus talentos.
¿Cómo descubrimos a Carell? Yo le descubrí en ‘El reportero: la leyenda de Ron Burgundy’ (Anchorman, 2003) haciendo un secundario memorable que se preguntaba que era el amor. Yo le descubrí a carcajadas, sorprendido por su medida cómico, por su acertado temperamento, por todo lo que yo le pedía a un comediante. Además Carell llegaba a tiempo, para contrastar con el histrionismo maravilloso de Ferrell, con hacer de la microgestualidad una fuente eterna de carcajada. Un año después repetiría como comparsa de Ferrell en un papel breve en ‘Melinda y Melinda’ (id, 2004) y sería ‘Virgen a los 40’ (The 40-year old virgin, 2004), haciendo de Appatow una de las voces centrales de la nueva comedia norteamericana.
Carell, sin embargo, pronto encontró los problemas sencillos de todo estrellato rutilante en un Hollywood que atiende muy poco a grandes matices actorales, sí a obligaciones convencionales y mucho a condiciones preestablecidas. Imitando con descaro la impavidez marca Wes Anderson (en concreto, cierto personaje de Luke Wilson en cierta película sobre hermanos), se marcó un gran secundario mimético en ‘Pequeña Miss Sunshine’ (Little Miss Sunshine, 2006) y tuvo que afrontar el reto de sustituir a Jim Carrey en ‘Sigo Como Dios’ (Evan Almighty, 2007), secuela de una película en la que él ya había tenido un pequeño papel.
Alarmado, descubrí que Carell había tomado una decisión incluso más suicida: sustituir al inmenso Ricky Gervais en la versión americana de ‘The Office’ (2005-), interpretando el papel de Michael Scott durante seis años. El resultado fue sorprendente, al menos desde un punto de vista más o menos heterodoxo: aunque la película convertía en sentimentalismo lo que en la serie de Gervais era observación árida y desnortada, en gran medida gracias al amable personaje de Jim (John Krasinski), el Michael Scott de Carell era junto al Dwight de Rainn Wilson todo lo que valía la pena de la serie. Scott era un Carell en su máximo repertorio de fracasos vitales, poniendo su arquetipo al fondo del abismo, pero sin que perdiera un ápice encantador. Todo el amor de Gervais, cierto, se evapora en gran medida, pero la comicidad sutil y brillante de Carell se consagró.
Su carrera cinematográfica encontró un gran alivio animado con ‘Gru, mi villano favorito’ (Despicable Me, 2010) y un registro de dramedia, en la irregular ‘Como la vida misma’ (Dan in the real life, 2007) que encontró, al fin, una promesa satisfactoria en ‘Crazy, Stupid Love’ (id, 2011), seguramente la mejor comedia romántica-a-gran-escala que ha planeado Hollywood en los últimos años. Demostrando su viveza y sus registros junto a Julianne Moore y Ryan Gosling, con ambos tiene una comicidad escénica admirable, Carell había limado y engrandecido un registro que dominaba pero cuyas películas le dejaban a él en una posición menor al resultado global. Si contamos con que ‘Date Night’ (id, 2010) logró que el blockbuster y él lograran un resultado aceptable y que demostrara lo sencillo que es que Tina Fey y su carisma puedan levantar una propuesta más bien mediocre hasta hacerla muy agradable, tenemos lo que nos temíamos: Carell es un torpe maravilloso y su arquetipo empieza a dar frutos cada vez mejores.
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500518
A mi me cae muy bien desde The Office. A pesar de que algunas peliculas no son muy graciosas, el tiene carisma.
pablollero
De acuerdo palabra por palabra, cada vez actúa mejor, ampliando registros, variando papeles. El capítulo de su despedida de The Office es maravilloso y Carell lo clava a la perfección, la verdad es que tengo muchas ganas de verle en un papel más dramático, creo que lo haría bastante bien.
benkenobi
Si señor, alfin coincidimos en algo :)
womak87
Pufff lo siento tengo que disentir!
Carrel como Michael Scott es increíble, es sin duda el papel de su vida sin embargo en cualquier otro papel cómico fracasa estrepitosamente (que no en el drama)
Carrel tiene un carisma nulo en comedia. Comparar a Carrey con Scott es injusto porque carrey tiene a sus espaldas grandes títulos cómicos mientras que Carrel solo fracasos. Virgen a los 40?en serio te parece una buena comedia?porque me pareció otra comedia de la fabrica de montaje yanki que no tenía ni puñetera gracia, por no hablar de noche loca o esa cosa asquerosa llamada la cena de los idiotas que para cualquier amante de la original supuso una patada en las pelotas.
Carrel no tiene ni puta gracia, y en the office es así, Michael no nos hace gracia sino más bien la verguenza ajena que nos hace sentir nos provoca esa simpatía que finalmente deriva en carcajada. Por no hablar de Will Ferrel por dios!!! Lo que pude disfrutar viendo como Stewie Griffin se cruzaba medio país para llamar a la puerta para sacudirle en la cara a otro actor que tan solo ha hecho un buen papel en Zoolander
Un saludo de la palomita mecanica.
and the Ugly
Me encanta este tio. Su Michael Scott es inmenso.
hubertino
No me cae mal pero la verdad me parece un comediante muy soso y limitado. Casi siempre actúa igual en sus películas como si no pudiera salirse del papel de The Office (hablo de V.O. no se si cambie con el doblaje)
Hace años que no me salia de una película a media función como me paso con ‘La cena de los idiotas’. Carell esta sobre actuadisimo ( de las pocas veces que se sale del papel de The Office) y parece que esta haciendo burla de los retrasados mentales.
Ricky Gervais, Jim Carrey y otros se lo comen con patatas.
multifilm
Se está abriendo un espacio entre los grandes de la comedia ! Si que me he reido con sus apariciones !!
stereolat
Soy flans de Carell, y me alegro de que se le preste un artículo en el blog.