Quizá no lo hayas notado, pero Jack Nicholson utilizó un recurso muy inusual en el cine que nos hizo parte de una de las mejores películas de terror de la historia

Una decisión del actor que nos envuelve en la sensación de locura del protagonista en cada segundo

"Podrán cuestionar mis métodos, pero no mis resultados" es una frase que se ha vuelto muy popular en los videos y memes de hoy en día, sin embargo, en el cine, los métodos de actuación de grandes actores en la gran pantalla que, al principio, pudieron sonar disparados, se convirtieron en la base para una actuación sólida en cintas de culto, tal como lo logró Jack Nicholson en una de sus más icónicas películas en las que rompió una regla importante de la actuación para hacernos sentir parte de ella.

La icónica película de terror 'El Resplandor', dirigida por Stanley Kubrick y estrenada en 1980, sigue siendo motivo de estudio por sus innovaciones cinematográficas y las elecciones audaces que marcaron su producción. Una de las decisiones más memorables, que se convirtió en símbolo del horror psicológico de la cinta, fue la elección de Jack Nicholson de mirar a la cámara en momentos cruciales, pero sin que la audiencia apenas lo perciba, apostando por el recurso de romper la "cuarta pared" creando un vínculo perturbador entre el personaje y el espectador.

Jack Nicholson, al dar vida a Jack Torrance, hizo suya la imagen de un hombre perturbado y en constante descenso a la locura, una interpretación que el actor llevó a cabo buscando una conexión directa con el público, misma que logró, en parte a través de miradas directas a la cámara.

Este recurso actoral, infrecuente y arriesgado, es usado estratégicamente en momentos de clímax emocional, intensificando la sensación de que el personaje ve al espectador y lo envuelve en su psicosis, adentrándolo a su historia y envolviéndolo como parte de su trama.

Un descenso a la locura a través de la mirada

La mirada directa al espectador en 'El Resplandor' se transforma en un acto psicológico, invitando al público a participar en el descenso de Jack. Nicholson usa esta técnica de manera calculada para dislocar el espacio seguro del espectador, poniéndolo en la línea de fuego emocional y empujándolo al estado mental, cada vez más deteriorado, de su personaje.

Este juego actoral se convierte en una estrategia para que el personaje sienta que su poder se expande más allá de la pantalla, lo que genera una dinámica de poder y miedo que aumenta la sensación de terror emocional de la película.

Stanley Kubrick fue famoso por su control absoluto sobre cada detalle en sus películas, incluyendo el trabajo actoral. Sin embargo, se sabe que Nicholson fue capaz de imprimir su propia marca en el personaje, siendo su experiencia y habilidad como actor fundamental para darle vida a Jack Torrance de manera única.

Aunque Kubrick era un perfeccionista inflexible, dio espacio para que Nicholson experimentara con estas miradas directas y otros gestos de descontrol, que enriquecieron el personaje y lo convirtieron en una figura terrorífica y memorable.

Incluso años después de la proyección de la cina, la mirada de Jack Nicholson en 'El Resplandor' se ha convertido en uno de los momentos más icónicos y recordados de la historia del cine. Tanto así, que se ha convertido en un recurso para producciones posteriores como un especial de noche de Halloween de 'Los Simpson' y, recientemente, vino un guiño a ello en 'Smile 2', marcando así un legado que transforma la experiencia del espectador, sumergiéndolo en una narrativa que se siente viva, amenazante y desbordante.

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