La muerte de Matthew Perry ha sido un jarro de agua fría tremendo, especialmente para todos los que crecieron viendo 'Friends' y para quienes encontraron un ejemplo a seguir en su lucha contra las adicciones.
Yo la verdad es que llegué a 'Friends' bastante tarde en la vida. Nunca la vi de verdad en la tele mientras se emitía (solo capítulos sueltos) y tenía un conocimiento aproximado de la serie. Sabía quién terminaba con quién, que salía mengano, los memes del sofá... Y cosas así, pero me faltaba la chicha de en medio, la importante.
Al final fue durante la pandemia que decidí ponerme al día con muchas cuentas pendientes en forma de serie, y obviamente 'Friends' fue una de ellas. Me encontré con una serie fresquísima para los años que tiene, sorprendentemente moderna, con personajes que me enamoraron desde el primer momento. Y también con lecciones que no esperaba encontrarme.
El cambio más difícil (pero necesario)
Chandler se convirtió rápidamente en mi segundo personaje favorito (porque no me gusta a mi ni nada un idiota sarcástico que en realidad es un cacho de pan pero no lo muestra). Ver de cero todos los arcos por los que pasó el personaje de Matthew Perry fue precioso, pero cómo decidió cambiar por completo su carrera para ser más feliz fue posiblemente el que más me impactó.
El trabajo de Chandler es uno de los grandes misterios de 'Friends', porque ni sus amigos ni nadie se molestaba demasiado en entender qué hacía Chandler exactamente. Sabemos que era un analista, que hacía una pasta obscena, que seguía escalando puestos en su empresa... Y también que era muy infeliz.
Durante la novena temporada Chandler se muda a Tulsa para liderar una nueva rama de su empresa, y aquí es donde termina de petar y decide dejar su trabajo para poder estar en casa con Monica en Nueva York. En este punto Chandler ya pasaba de los 30, estaba casado y como que tenía la vida "hecha", pero decide dejar un trabajo que le hacía miserable para encontrar uno que de verdad le gustase.
Que sí, que te lo meten con toquecillos de comedia y nos tenemos unos cuantos capítulos de Chandler siendo un becario pringao. Pero ya este tramo de 'Friends', prácticamente con la serie dando sus últimos coletazos, me enseñó que nunca es tarde para volver a empezar y seguir tus sueños. O por lo menos encontrar un nuevo sueño (y un trabajo) que te haga feliz.
Por supuesto que Chandler lo pasa mal y que tiene que trabajar muy duro para poder encontrar su sitio. Pero también todo este esfuerzo es recompensado cuando por fin consigue un trabajo en publicidad gracias a su experiencia. Que quizás no paga tan bien como su anterior carrera, pero si es algo que disfruta y no le tiene amargado constantemente quizás merezca la pena arriesgarse sin importar lo tarde que pueda parecer.
Lo muchísimo que me gustan Chandler y Mónica, mi verdadero personaje favorito de 'Friends', juntos y por separados ya es otro tema. Porque de la burra de que son la verdadera pareja estrella de la serie con una química y un saberse querer y apoyarse como nadie tampoco me bajo.
Esa igual es la otra lección que me dejó Chandler: encontrar una pareja con la que poderte reír y ser tú mismo (y si encima sabe cocinar, mejor que mejor).
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