La sitcom de los Seaver hizo reír a una generación, pero una de sus estrellas tuvo que afrontar problemas muy serios
La ficción no solo es ficción, a menudo causa estragos en la vida real. Como 'Los problemas crecen', la sitcom ochentera que trajo muchas alegrías a los espectadores... pese a que una de sus protagonistas lo pasó verdaderamente mal. ¿Qué fue de Tracey Gold?
Problemas tras la cámara
Tracey Claire Fisher nació en 1969, en la ciudad de Nueva York. Comenzó su carrera como actriz con tan solo 4 años en un anuncio de Pepsi y a los 7 se inició en la pequeña pantalla con un minúsculo papel en la miniserie 'Capitanes y reyes'.
A partir de entonces, tuvo varios roles en series como 'Shirley' o 'Goodnight, Beantown', y en numerosas películas como 'Después del amor', donde interpretaba a la hija de Diane Keaton y Albert Finney, o 'La mejor jugada', junto a Kurt Russell y Robin Williams.
El año clave en su trayectoria fue 1985: a los 16 años se unió al reparto de 'Los problemas crecen' como Carol Seaver, la hija de la familia protagonista. Gold fue la segunda opción para el papel, ya que entró sustituyendo a Elizabeth Ward, que interpretó su papel en el piloto pero finalmente fue rechazada.
La sitcom se emitió hasta 1992 y sumó siete temporadas y 166 episodios, que convirtieron a Gold y al resto del elenco en iconos de la TV. Le dio muchas alegrías como actriz, no obstante, también acentuó algunos de los problemas que venía arrastrando desde pequeña.
Según relató en más de una entrevista y en su biografía ('Room to Grow: An Appetite for Life'), Gold sufrió desórdenes alimenticios desde los 7 años, etapa en la que comenzó a obsesionarse con las dietas para que su peso no afectara a su incipiente carrera.
A los 11 le diagnosticaron anorexia nerviosa, pero consiguió estabilizarse en su etapa adolescente. A los 19 cogió un poco de peso y los guionistas de la serie decidieron convertirlo en un gag recurrente, pese a que la actriz insistía en que esas bromas no le hacían gracia: "Hería mis sentimientos. Fue algo personal en una edad vulnerable. No sabía cómo procesarlo".
Gold comenzó a perder peso hasta que tuvo que ser ingresada de urgencia en el hospital. Los productores de la serie recomendaron que fuera enviada a una clínica especializada donde le dieron la ayuda que necesitaba. Tras esto, se convirtió en una de las primeras estrellas del momento en hablar abiertamente de la anorexia.
Esto sucedió en 1992, año en el que finalizó la serie y que marcó el declive en su filmografía. No porque dejara de trabajar, ya que Gold se ha mantenido activa en el sector hasta 2016, sino porque a partir de entonces se prodigó especialmente en producciones de sobremesa y de bajo presupuesto.
Dejando a un lado los telefilmes, lo más destacable desde entonces han sido breves apariciones en series como 'La zona muerta' o 'Melissa & Joey', además de realities como 'Worst Cooks in America' o 'Starving Secrets', un programa de 2011 presentado por ella misma sobre jóvenes enfrentando sus problemas de anorexia.
A decir verdad, más importante que el despegue de su carrera lo ha sido su lucha contra los trastornos alimenticios, con la que sigue comprometida a día de hoy pese a que ya superó su batalla personal en la treintena: "Considero que me he recuperado. Sé que no quiero volver ahí. Me ha costado demasiado llegar hasta aquí".
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