No es fácil ser hijo de famoso. No siempre, al menos. Aunque abre todas las puertas que puedan abrirse, también hace levantar las cejas de todos los que dudan sobre tu talento o capacidad para estar ahí. Dicho de otra manera: tienes el camino de entrada más sencillo, pero tienes que demostrar el doble lo que vales. No es el caso de María Esteve, una todoterreno hija de la mayor estrella del cine musical español que tuvo una década de explosión interpretativa antes de pisar los platós solo de forma ocasional. Seguro que alguna vez te lo has preguntado: ¿Qué fue de María Esteve?
De Marisol a Esteve
Se podrían escribir miles de páginas sobre Pepa Flores, Marisol, la niña prodigio del cine de nuestro país que debutó con 'Un rayo de luz' y a los 37 años decidió que ya tenía bastante y se retiró para siempre a su lugar de paz. Unos años antes dio a luz a María Esteve Flores en Mar del Plata, Argentina, el 30 de diciembre de 1974 (por traducir, tiene 48 años). Su padre, Antonio Gades, uno de los bailarines más famosos de la historia de España, estaba de gira en el país durante el parto, así que la pequeña nació ya metida de lleno en el show business.
Esteve vivió una infancia aprendiendo el oficio casi sin querer: era lo que veía en casa, y tenía muy claro que quería dedicarse a ello. Primero como bailarina y actriz de teatro, para lo que dio clases contando con la mayor discreción de sus padres. Y tiene sentido: hasta que ella decidió convertirse en actriz, ellos la protegían tanto como a sus dos hermanas, impidiendo que su vida pasara al papel couché. En 1996, lo de ser bailarina quedó de lado cuando descubrió los focos y los platós con 'Más que amor, frenesí', y decidió el rumbo del resto de su carrera: actriz.
¿Y quiénes fueron sus descubridores? Pues, como no podía ser de otra manera a mediados de los 90, Albacete y Menkes, otros a los que el tiempo también se comió. Con ellos repetiría en 'Atómica' y 'Sobreviviré' mientras se iba ganando un hueco en un panorama en el que entró con tanta fuerza que ya en su segunda película, 'Nada en la nevera', su nombre salía en el cartel como reclamo junto al de Coque Malla. Acabó siendo nominada al Goya de Mejor actriz revelación (se lo acabó llevando Ana Fernández por 'Solas'), conoció a la que fue su pareja durante un tiempo y supuso el espaldarazo definitivo que necesitaba en su carrera. Había nacido una estrella.
Esteve, se te ve
Quizá nos sorprenda ahora, pero entonces pocos cuestionaban que Esteve fuera hija de quien era (aunque ella afirmó a Hola un tiempo después que "era como un hándicap"). Es más, se la calificaba como "esmerada" y "genial" en las críticas de la época. Hay que tener en cuenta que ella tampoco desveló de qué familia venía, así que de pronto llegó al cine y el teatro como una cara totalmente nueva y fresca para los espectadores. Estábamos al borde del cambio de siglo y de repente la actriz se hizo grande como musa del cine indie: apareció en 'Mensaka', 'Cuarteto de la Habana' y la irregular 'El arte de morir' .
Y el cambio de siglo no hizo que se echara atrás: fue una de las protagonistas del fenómeno 'El otro lado de la cama' (por la que fue nominada al Goya de nuevo), apareció en 'Días de fútbol' y 'El juego de la verdad'... Y entonces, un 20 de julio de 2004, Antonio Gades falleció cambiando la vida de María Esteve para siempre. En honor a su padre, y para que su obra continuara post-mortem teniendo su espíritu siempre presente, fundó la Fundación Antonio Gades, que desde 2004 se dedica a fomentar el baile alrededor del mundo y de la que es presidenta.
Al final se vio obligada a dejar el cine para centrarse en la fundación, el teatro y la televisión. Tampoco era algo que le preocupara: en una entrevista con los lectores de El País confesaba en 2007 que su meta no era "ser famosa en todo el mundo, sino trabajar toda la vida y hacer trabajos que le gusten a la gente. Preferiría trabajar con un director europeo que salir en la portada del Vanity Fair en Estados Unidos y hacer una película comercial". Al final acabó colándose en la casa de la mitad de España con su papel en 'Doctor Mateo', que duró hasta 2011.
A mi manera
Desde hace algo menos de una década solo hemos oído de Esteve a cuentagotas, pero eso no significa que no esté trabajando, ni mucho menos: está más centrada en proyectos personales de danza y teatro, y solo se pasa por televisión de vez en cuando (en 2018 co-protagonizó la desgraciada 'Sabuesos' en TVE), más como famosa en 'Me resbala' o 'Pasapalabra' promocionando su organización que como actriz de pleno derecho.
En el tiempo que no ha estado formando parte de la vida cotidiana de los españoles, Esteve se ha casado, ha adoptado un perrete (Boquerón) y se ha convertido en CEO de Tamirú Producciones Artísticas, con la que hace trabajos para la propia fundación, como 'Bodas de Sangre' o 'Suite flamenca'. En 2020, ella y sus dos hermanas recogieron el Goya de Honor para Marisol en uno de los momentos más emocionantes de la gala en los últimos años ("Disfrútalo. Sé feliz porque, querida Pepita, este Goya de Honor es para ti").
Puede que nuestra protagonista nunca viva una resurrección en el cine español, pero no es porque tenga un muro delante o su talento se lo impida, sino porque ha decidido hacer algo que muy poca gente en la industria decide por sí misma: virar su carrera 180 grados y hacer honor a su padre metida siempre entre escenarios, focos, luces, guiones, bailes y despachos. Podemos preguntarnos qué fue de María Esteve, pero ella lo sabe perfectamente: está haciendo lo que necesita hacer para ser feliz.
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