"Nepobaby" es uno de esos términos que ha nacido en el Hollywood reciente y que en el fondo significa ser un enchufado de toda la vida. Hay familias que lo llevan con orgullo (los Hawke o los Coppola, por ejemplo) y otras que tratan de pasar más desapercibidas, pero hace años todo aquello no se veía mal, sino como la simple correlación lógica de la industria: si tu familia es famosa, lógicamente tú tienes todas las papeletas para serlo también, ¿no?
Y si tu padre es el cantante de Aerosmith, pues ya lo tienes todo hecho. Quizá por eso sorprende que Liv Tyler esté desaparecida del cine, más allá de retomar el papel en Marvel el año que viene. Y es que puede que alguna vez te lo hayas preguntado viendo 'El señor de los anillos': ¿Qué fue de la niña de papá que demostró lo que valía? ¿Qué fue de Liv Tyler?
Estoy liv-ing
Liv Rundgren nació el 1 de julio de 1977 (traducido, tiene ya 46), hija de Bebe Buell, que fue una Playmate de Playboy tan solo tres años antes, y Steven Tyler, el cantante de Aerosmith. El apellido Rundgren vino de que su madre intentó esconder que Tyler era el padre debido a que estaba pasando por un momento de adicción a la droga absurda, e insistió en que quien la había dejado embarazada era Todd Rundgren, el músico con el que vivió desde 1972 a 1979. Finalmente, en 1991 se descubrió la tostada y Liv se cambió el apellido para siempre. Ese nombre, por cierto, está inspirado por la actriz Liv Ullmann ('Persona', 'Secretos de un matrimonio'). Desde la cuna destinada a conquistar el mundo del cine.
Tyler empezó a modelar a los 14 años y terminó apareciendo en la revista 'Interview', pero se aburrió muy pronto del trabajo de modelo y decidió compaginarlo con el de actriz. Tras unos cuantos anuncios (Pantene, Bongo Jeans, etcétera) tuvo su primer papel importante junto a Alicia Silverstone de la mano de, claro, su padre, que la eligió para protagonizar el inolvidable videoclip de 'Crazy'. Su camino al cine ya estaba más que pavimentado.
En 1994 participó en un papel secundario en 'Un testigo en silencio' y 'Empire records' y escaló hasta el protagonismo en 'Belleza robada', de Bernardo Bertolucci, que le valió su primer premio. A partir de entonces, Hollywood fue suyo. Estuvo en 'The wonders', dirigida por Tom Hanks, antes de conocer el éxito internacional mainstream gracias a una película protagonizada por un meteorito, Bruce Willis y Ben Affleck: 'Armageddon'.
Un meteorito a su carrera
Con la música de Aerosmith de fondo (no podía ser de otra manera), Liv Tyler se convirtió en una de las actrices más cotizadas del medio, y la cosa solo estaba a punto de subir de nivel cuando se confirmó como una de las intérpretes que llevarían a la vida real 'El señor de los anillos' de manos de Peter Jackson. Arwen ampliaba (y mucho) su papel respecto a los libros basándose en los apéndices de los mismos, pero solo los más fans se quejaron amargamente.
Justo después de estrenar la saga, Tyler tuvo su primer hijo, Milo, y decidió cuidarle en lugar de aprovechar su bien ganada fama. Sus papeles fueron cayendo desde el final de 'El retorno del rey' hasta que en 2008 firmó su retorno al mainstream con un papel en 'El increíble Hulk', donde interpretaría a Betty Ross, la eterna novia del Gigante Esmeralda... absolutamente olvidada en 'Los Vengadores' y el resto de películas del Universo Marvel. A medida que envejecía, y como suele ser tristemente habitual en la industria, el cine se olvidó de su existencia. Hubo quien le dijo que debería perder peso para conseguir más trabajos, pero ella misma afirmó "rechazo arrodillarme ante los estándares de Hollywood. Para el resto del mundo estoy delgada, y me gusta cómo soy".
Y fue entonces cuando vimos una nueva cara de Liv Tyler, que acalló los rumores de que era difícil trabajar con ella con unas declaraciones manifiestas a favor del feminismo, como las que dio a la revista Porter: "Soy una feminista y estoy orgullosa de serlo. En mi vida ha habido personas que me han llamado controladora por ser detallista, atrevida por seguir mi corazón y tomar riesgos, incluso loca por decir lo que pienso y no comerme la mierda de otros". Por aquel entonces ya había dado el salto a televisión en la fabulosa 'The Leftovers'. Y desde entonces, el goteo.
Astra otra
Tras un papel secundario en la serie 'Harlots' y en la interesante 'Ad Astra', Liv Tyler consiguió la Meca de los actores: firmar un contrato por un número indefinido de temporadas asegurándose trabajo fijo en la serie '9-1-1: Lone Star', creada por la factoría de Ryan Murphy. La serie se estrenó en 2020, y ya sabéis lo que eso significó para el mundo.
Tyler, después de la primera temporada, decidió no renovar con el temor de que la pandemia de COVID le impediría viajar a ver a sus hijos en Londres. La excusa que dieron para que su personaje no volviera a aparecer fue que se había marchado para ayudar a gente con problemas de salud mental como su hermana. Y, desde entonces, la nada. Su Instagram, curiosamente, no es como el de la mayoría de famosos, repleto de alfombras rojas, pancartas de huelga y fiestas, sino fotos con sus hijos como los que podría tener cualquiera, manzanas y tartas. Un poco como si la canción 'White Woman Instagram', de Bo Burnham, se hubiera hecho realidad.
Desde hace un tiempo, buscando la felicidad, Tyler se ha ocultado voluntariamente, y a tenor por lo que se puede leer, lo ha conseguido: vive en Londres, tiene dinero ahorrado de su larga carrera, se dedica a sus tareas de activismo y ya prepara su nuevo salto a primera línea gracias a Marvel, que contará con ella en 'Capitán América: Brave New World', una década y media después de 'El increíble Hulk'. ¿Es el momento del retorno al estrellato que jamás debió dejar o ni siquiera está interesada? Lo sabremos próximamente.
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