De hacer anuncios de chicles sin azúcar a 'El Exorcista: Creyente' hay toda una carrera de éxitos, fracasos y acusaciones de posesión de droga digna de análisis
Hay actores a los que no les queda otra que vivir en un mismo papel el resto de su vida, por más que intenten mostrar que son algo más. Macaulay Culkin y Kevin McCallister, Adam West y Batman, Anthony Perkins y Norman Bates... Y, por supuesto, Linda Blair y Regan MacNeil. La actriz, que en más de una ocasión ha declarado que no ha pasado un solo día sin hablar de 'El Exorcista', vuelve a estar en boca de todos gracias a su cameo en 'El Exorcista: Creyente'. Pero, ¿qué ha pasado hasta entonces? ¿Se puede saber qué fue de Linda Blair?
De talento a demonio
Linda Denise Blair nació en St. Louis, Missouri, el 22 de enero de 1959 (lo que quiere decir que ya está en los 64 años). Su madre era una agente inmobiliaria y su padre un piloto del ejército reconvertido a técnico de recursos humanos. Desde el principio, la pareja tuvo claro que su hija podía valer para actriz, y movieron sus influencias en Nueva York para conseguirle pequeños trabajos de modelo de catálogo a los cinco años. Poco después haría anuncios como los de las olvidadas muñecas Kerry y Mía, que pretendían competir con Barbie con un pelo extensible, o los de chicles Carefree, uno de los primeros sin azúcar que aún se siguen comercializando.
En 1968, a los nueve años, Blair apareció por primera vez en la telenovela diaria 'Hidden Faces', de la que solo se conservan tres minutos y medio de sus 127 episodios. Después debutó con un par de apariciones muy menores en películas olvidadas como 'The way we live now' y 'The Sporting Club', pero lo que nadie esperaba es que fuera a convertirse en un icono internacional a sus 14 años tras pasar un casting de más de 600 aspirantes. William Friedkin la había escogido para protagonizar 'El Exorcista'.
Y fue fruto de la casualidad, porque la agencia que la representaba envió al casting a otras treinta niñas en lugar de a Blair. Su madre, sin darse por vencida, la llevó ella misma. En el primer encuentro con Friedkin, él le preguntó si sabía lo que significa la palabra "masturbación". Ella contestó riendo un poco "Es como hacerse pajas, ¿no?". "¿Lo has hecho alguna vez?", le volvió a consultar él, en algo que hoy en día se puede ver con otros ojos. "Claro, ¿tú no?", respondió. Y entonces sabía que había encontrado a su Regan, la única actriz infantil de todo Nueva York que no quedaría traumatizada por la experiencia.
El resto, ya lo sabemos: hasta el mismísimo Max Von Sydow tuvo miedo después de ver por primera vez a la actriz repitiendo su discurso malsonante. Y es que, al principio, la voz de la Regan endemoniada iba a ser la de la propia Blair pasada por varias modificaciones digitales, pero el resultado no convenció a Friedkin y acabó fichando a Mercedes McCambridge, ganadora del Óscar en 1950 por 'Todos los hombres del rey'. Y, como castigo, casi le cuesta la nominación.
De nominada a olvidada
Así es: Linda Blair fue nominada al Óscar como mejor actriz de reparto, aunque si se hubiera sabido a tiempo lo de su cambio de voz quizá nunca lo hubiese conseguido, dado que iba en contra de las reglas de la Academia. La niña perdió contra Tatum O'Neal (que entonces tenía diez años) por 'Luna de papel', pero en aquel entonces era la menor de sus desgracias. Entre la prensa amarilla esparciendo mentiras (se dijo incluso que después de la película acabó internada en una clínica de salud mental) y las amenazas de muerte recibidas por grupos ultrarreligiosos que creían que ella glorificaba a Satán, Blair trató de limitarse a seguir con su vida normal como si nada mientras tenía sus primeros escarceos amorosos (su novio del momento dijo que ambos compartían el amor por "el sexo y los perros, no juntos"). Bueno, toda la "vida normal" que puedes tener con un policía vigilando diariamente la puerta de tu casa por si a alguien le apetece hacer una locura.
Aunque, todo sea dicho, su filmografía posterior no fue demasiado espectacular. Sí que consiguió colarse en una de las películas más taquilleras del año siguiente, 'Aeropuerto 1975' (si, la que después fue parodiada en '¡Aterriza como puedas!') y encontró su lugar en polémicas TV movies, una de las cuales la juntó con Anthony Hopkins, Kirk Douglas y Burt Lancaster, 'Victoria en Entebbe'. Y después, cuatro años después de la primera parte, llegó la hora de la inevitable secuela.
'El Exorcista II: Hereje' fue una pesadilla para la actriz en el peor año de su vida: tenía que lidiar con el divorcio de sus padres, dos rupturas amorosas y una adicción al alcohol. Poco después del rodaje, además, sus amigos de Lynyrd Skynyrd murieron en un accidente de avión y, para colmo, justo después del funeral la acusaron de posesión (de metanfetaminas) y tráfico de drogas. Según Blair, ella no tenía ningún interés en la cocaína que compró un amigo suyo, sino en los cachorritos con pedigrí que vendían aparentemente los camellos. Ya véis: siempre orbitando en torno a los perretes.
Y al final, ¿qué? Pues la secuela de 'El Exorcista' fue considerada un horror, por mucho que diera beneficios pírricos. Al menos ella se salió con la suya y no tuvo que ponerse maquilla demoníaco, que fue su única exigencia para volver. A partir de aquí, entre los fracasos encadenados y su vida personal, su filmografía baja de calidad de manera abrumadora, con obras como 'Roller Boogie', 'Ruckus, el alborotador' o 'Rejas ardientes', por la que empezó a ser conocida como una sex symbol. De hecho, acabó apareciendo en la portada de 'Playboy' como dios (quizá este no sea el mejor ejemplo) la trajo al mundo. Por suerte, no os preocupéis: la historia tiene un final feliz.
Rescatadora de perretes
En los años consiguientes, Linda Blair hizo junto a Wes Craven la apreciable 'Las dos caras de Julia', ganó un Razzie por su actuación en 'Night Patrol (Patrulla de noche)', un Golden Raspberry a la peor actriz por 'Calles salvajes' (ahora cine de culto, todo sea dicho), interpretó junto a David Hasselhoff 'Encuentro con la maldad' (más conocida como 'Witchcraft') e incluso hizo sus pinitos como productora con la artística 'Grotesque'. Y, al final, tuvo que parodiarse a sí misma para expiar sus pecados en 'Reposeída', con Leslie Nielsen, que se lanzó solo un mes después de 'El Exorcista III' con pura mala leche.
Blair se ha convertido, en los últimos años, en presentadora ('Scariest places on Earth') y, por así decirlo, estrella. El año pasado, por ejemplo, apareció en 'Mask Singer' con una labor: promocionar su labor benefactora con las mascotas y su asociación, Linda Blair WorldHeart Fundation, a la que ha dedicado los últimos veinte años. Porque sí, ahora Blair, vegana convencida desde 2001, se dedica casi a tiempo completo a defender los derechos de los animales y utilizar su fama para concienciar a la población.
Hay que decir que el amor por los animales le viene de mucho tiempo atrás: de pequeña aprendió a andar a caballo y llegó a ser jinete casi profesional utilizando otro nombre para no ser reconocida en los circuitos. De hecho, quería ser veterinaria antes de que 'El Exorcista' le cambiara la vida para bien o para mal. Y, al final, la vida ha vuelto a unirla con la saga que no tiene más remedio que amar y odiar a la vez, aunque en esta secuela-reboot fuese contratada inicialmente solo como asesora, asegurándose de que a los niños no les afectaran sus papeles. Eh, ¿has visto lo que hace la bonachona de tu hija?
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