Si viviste en los 90, conociste a alguien que adoraba a Devon Sawa (si es que no eras tú): con solo un par de papeles, el actor canadiense consiguió meterse al público adolescente en el bolsillo y acaparar titulares de revistas adolescentes con titulares como "Devon habla de sus amores y sus besos" o "¿Es Devon el novio ideal? Lo investigamos". Sawa compartía portadas y carpetas con Leonardo DiCaprio, Brad Pitt o Jonathan Brandis, pero, de pronto, desapareció de la vida pública. ¿Qué ha sido de él? ¿Cómo vives tu vida cuando tocas techo a los 18 años?
¿Te quedas conmigo?
Devon Edward Sawa nació el 7 septiembre de 1978 en Vancouver, hijo de una ama de casa y un mecánico. Pero él estaba destinado a grandes cosas: debutó en televisión con once años y cuatro después ya estaba rodando en el set de una película destinada a marcar a los niños de los 90: 'Casper'. Según cuenta su director, Brad Silberling, necesitaba a alguien que suscitara una reacción genuina de Christina Ricci, y en cuanto ella le vio en plató, se sonrojó: había acertado por completo.
Fue el mismísimo Steven Spielberg el que le recomendó para 'Pequeños gigantes', la película basada en un anuncio de McDonald's (en serio) donde tenía que aparentar tener diez años en plena adolescencia. Salió sorprendentemente bien y se convirtió en el nuevo niño mimado de América en películas como 'Amigas para siempre', pero esa niñez duró poco: los rasgos de adolescente rompecorazones estaban a punto de ser explotados en películas como 'Jóvenes exploradores'.
Aunque todo el mundo seguía recordándole por "¿Te quedas conmigo?", la famosa frase de 'Casper', Sawa intentó desde hacer comedias de terror (la muy apreciable 'El diablo metió la mano') hasta protagonizar la primera parte de una saga a la que se le da menos importancia de la que tiene ('Destino final'). Pero no conseguía quitarse el sambenito de actor adolescente, así que hizo lo que haría cualquiera en su situación: convertirse en Eminem.
Rap y marihuana
Para cambiar de vida y ser considerado un actor adulto, Sawa pensó en dos formas de renovar su carrera: la primera, protagonizar 'Stan', el videoclip de Eminem con letras como "Un amigo se suicidó por culpa de alguna zorra que no lo quería". La segunda, empezar a aceptar papeles de personajes que fumaran marihuana para distanciarse de Casper. Poco a poco, al ver que su carrera no volvía a despegar, empezó a beber. Y eso nunca es bueno.
Entre 2004 y 2009, donde apareció en cuatro películas olvidables, el actor se refugió en el alcohol hasta que decidió tomar las riendas de su vida: volvió a Vancouver, dejó de beber y conoció a Dawni Sahanovitch, una productora de cine canadiense con la que se embarcó en un viaje por el sudeste asiático, donde pensó seriamente en dejar de actuar y dedicarse al negocio inmobiliario. De hecho, en Vancouver renovó su propia vivienda él mismo. Un plan B no hace daño a nadie.
La pareja se casó en 2013, justo coincidiendo con la última temporada de 'Nikita', donde era un personaje principal, y su aparición en 'A resurrection', una película que costó 5 millones y apenas recaudó 10.000 dólares. Entre 2016 y 2019 tan solo protagonizó la serie 'Somewhere between' y dos episodios de 'Hawai Five-0'. Pero si algo le gusta a Hollywood es una historia de redención.
Hackeando el sistema
Puede que Devon Sawa no vuelva a ser nunca la estrella que fue en los 90, pero a sus 44 años ha hecho algo casi imposible, y sin necesidad de fumar marihuana ni convertirse en Eminem: reinventarse. Su aparición en 'Hacks', donde interpreta a alguien más joven que se acuesta con Deborah Vance, le devolvió a los titulares y al recuerdo de todos los que se preguntaban, en un lugar recóndito de su cerebro, a dónde se había ido durante casi dos décadas.
Eso sí, para 'Hacks' hizo algo que no ha tenido que hacer durante años: una audición de la que solo quería irse cuanto antes y que califica como "una experiencia horrible". Es a lo que uno se enfrenta cuando deja de ser Casper. Pero 'Hacks' no es su única tabla salvavidas: Sawa aparece en 'Chucky' como secundario y, aunque sus hijos de 6 y 8 años no terminan de disfrutar con lo que hace y ha dejado de ser un personaje esencial en Hollywood, él lo tiene claro.
"Soy un tío feliz. De verdad, de verdad que lo soy". Al final, se quedó con nosotros.
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