Brendan Fraser se sienta en la Megacon, en una ronda de preguntas y respuestas con los fans. Hace muy poco que ha vuelto a la luz pública después de hablar abiertamente de su depresión y los abusos sexuales que sufrió siendo actor, y aún no sabe lo que va a encontrarse. Una chica se acerca al micrófono y dice "Antes de nada, solo quiero darte las gracias por compartir tus historias. Sé que muchas personas, yo incluida, somos supervivientes, y verte hablar de ello ha sido una de las cosas más inspiradoras que he visto en mi vida". Fraser empieza a llorar mientras sonríe.
La estrella más brillante del universo
Hace 53 años, en Indianapolis, Brendan James Fraser nace como fruto del matrimonio entre una consejera de ventas y un periodista. Nada parece presagiar que tres décadas después sería el héroe de aventuras más conocido del mundo. No fue fácil: tras estudiar actuación en Nueva York, paró en Hollywood para intentar abrirse paso en el mundo del cine con 23 años. Por intentarlo, que no quede.
Su primera película fue un bodriete directo a televisión: 'Child of darkness, child of light' trataba sobre dos nacimientos de mujeres vírgenes al mismo tiempo. Una daría a luz al hijo de dios y otra al hijo de Satán. Toma ya. Su segunda película sí que llegó a los cines, pero le llamaron "Brendon" Fraser en los créditos. No pintaba bien la cosa para este aspirante a actor: todas sus películas, incluso 'Cabezas huecas', donde compartía cartel con Steve Buscemi, Adam Sandler y Chris Farley, se hundieron en taquilla.
De alguna manera, Fraser cayó en la adaptación de una serie de animación muy tontuela, y se convirtió en el único y auténtico 'George de la Jungla', que se convirtió en un éxito más o menos inesperado y propulsó su carrera. Después de ganar prestigio crítico con su fabulosa 'Dioses y monstruos', llegó el momento de conocer a los verdaderos monstruos. En 1999, nace Rick O'Connell en 'La momia'.
Auge y caída
¡Todo el mundo quería a Brendan Fraser! Si viviste a finales de los 90 e inicios de los 00, sabes que era todo un icono. Estaba en todo: las dos secuelas de 'La momia', 'Al diablo con el diablo', 'Looney Tunes: de nuevo en acción' (la película de acción real buena de los personajes) y hasta tuvo tiempo de hacer de Ben, uno de los personajes episódicos más inolvidables de 'Scrubs'. Y si le recordáis, ahora mismo estáis llorando.
Pero mientras su vida profesional iba hacia arriba, su vida personal se estaba desmoronando. En 2003, durante una cena en la Asociación de Prensa Internacional de Hollywood, Philip Berk, el presidente, le metió mano. Quince años después afirmaría "¿Aún tengo miedo? Absolutamente. ¿Siento que debería decir algo? Absolutamente. ¿He querido hacerlo muchas, muchas veces? Absolutamente. ¿Me he parado a mí mismo? Absolutamente". Berk lo negó todo.
Al mismo tiempo, tantas escenas de acción empezaron a causarle daño al organismo. Sus heridas se convirtieron en operaciones, las operaciones en visitas al hospital continuas durante siete años. Su carrera se fue por el retrete, Hollywood se volvió un sueño cada vez más lejano (aunque él ha afirmado siempre que no tiene nada que ver con el abuso sexual de Berk) y, a la vez, en 2007, el matrimonio con Afton Smith se convirtió en un costoso divorcio: cada mes debía darle 75.000 dólares, algo que, sin trabajo, pronto se volvió imposible. Sin matrimonio, sin carrera y repleto de heridas. El último empujón para caer en la depresión fue la muerte de su madre, Carol Mary Fraser.
¡Brendan Fraser ha vuelto!
Las apariciones televisivas y cinematográficas de Fraser cada vez se redujeron más a productos muy poco influyentes mientras trabajaba para seguir adelante: "Me culpaba a mí mismo y me sentía miserable, porque estaba diciendo 'Esto no es nada: este tío se acercó y me manoseó'. Ese verano pasó, y no puedo recordar qué hice para trabajar después".
Antes de su entrevista en GQ el 22 de febrero de 2018 donde desveló el porqué de su desaparición pública durante casi una década, su carrera no pasaba de apariciones puntuales en series como 'The affair' y películas de bajísimo interés. Después, empezó a encadenar nuevos papeles: fue el protagonista de 'Condor', la serie basada en 'Los tres días del Cóndor', tuvo un papel en 'Doom patrol' y directores como Darren Aronofsky o Martin Scorsese se fijaron en él para sus próximas películas. Porque nada le gusta más a Hollywood que una historia feliz de regreso a casa.
Puede que Brendan Fraser nunca vuelva a ponerse en los zapatos de Rick O'Connell, ni falta que le hace. Ahora, años después de su depresión, está más agradecido que nunca y vuelve a ser lo que nunca debió dejar de ser: una estrella. El público que le quiere, los productores le adoran, la opinión pública está volcada. Después de los seis minutos de aplauso en Venecia tras el pase de 'The whale', queda claro que ha vuelto, en una época de cotilleos y actores de mala baba, como la imagen de la decencia y la gratitud, con la cara de alguien que ha sobrevivido y está dispuesto a seguir adelante.
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