Si pensáis en frases míticas recurrentes de la historia de la televisión española seguro que os salen algunas como "Un poquito de por favor", "Tarjetita por aquí", "Cruza la pasarela" o "No siento las piernas", pero pocas pueden igualar a 'Qué vida más triste', que prácticamente se inventó un lenguaje propio a ritmo de "Flipa, flipa", "Toma, toma" y "El Josebas, que no le da". Su protagonista, Borja, era un mentiroso, un liante y la peor persona que te podías encontrar en Basauri. Sin embargo, tenía un carisma extraño que conquistó a toda una generación. Por eso nos preguntamos, 13 años después del final... ¿Qué fue de Borja Pérez?
De aquí pepitas de oro
Borja Pérez Rueda nació el 28 de agosto de 1978 (si no te salen las cuentas, ya va por los 44 años) en, dónde si no, Basauri. De hecho se convirtió tiempo después en uno de los mayores embajadores de la ciudad gracias a un videoblog que acabaría convirtiéndose en serie de los inicios de La Sexta. Flipa, flipa, la liada. Pero antes del éxito tenemos que irnos hasta el instituto. No literalmente, no os preocupéis.
Y es que Borja, Joseba Caballero y Rubén Ontiveros (el creador de todo esto) se conocen desde los doce años y han hecho tantos cortos amateurs entre el gore y el humor como puedas imaginar. Pero el que consiguió llevarse el gato al agua fue Rubén, triunfando con cortos como 'Bea lo ve todo' o '¿Por qué no tiene novia Iñigo Martín?' en la época mucho más sencilla. Se hizo amigo de Nacho Vigalondo, Borja Crespo y la gente que plagaba un panorama de cortos baratos que a inicios de los 2000 estaba vivo y expandiéndose al mismo tiempo que algo relativamente nuevo llamado "Internet" y los blogs. Fue por ellos por los que Rubén tuvo la idea de contar la vida de su amigo de la infancia en formato vídeo, antes de que todo el mundo lo copiara en YouTube. Nada importante, una pequeña actualización semanal en una página web que fuera un repositorio de todo lo que había hecho en Internet.
Por aquel entonces, Borja Pérez, que vivía con sus padres, trabajaba en la grúa y tenía una colcha fea, recibía el guion una hora antes de grabarlo y no entendía muy bien el proyecto en sí mismo. Eso no quitaba para que se apuntara a un bombardeo. El 27 de marzo de 2005 se sentó delante de la cámara para decir sus primeras palabras como su alter ego ficticio: "Bueno, pues el Ruben me ha dicho que están de moda esos diarios de Internete". Vale, iría mejorando poco a poco. Tanto, que en 2008, la tercera temporada de 'Qué vida más triste' ya tenía dos millones de visitas semanales. Flipa, flipa. ¡A lo serie de verdad!
El típico listo viendo La Sexta
La temporada 3 solo tuvo 12 episodios (en comparación, la primera tuvo 54 y la segunda 40), pero había un motivo para ello: cuatro meses después se estrenaba en La Sexta la versión ampliada de 'Qué vida más triste', con más actores, más escenarios, más dinero y más posibilidades. Aunque pensaban que sería una tontería que apenas fuera a tener tirón, Borja y Joseba fueron tirando de excedencias para poder grabar sus cuatro temporadas antes de volver, o eso creían, a la grúa y al laboratorio químico, respectivamente.
Borja intentó seguir por el camino de la actuación con cameos en 'Pagafantas' y 'No controles', junto al propio Joseba. Sus running gags ("Que no le da", "La muy", "El que quiera entender", "Ya escucho al típico listo") se hicieron más que populares y se abría un mundo ante él gracias a su desparpajo y su extraño carisma. Y sin embargo, cuando la serie terminó en 2010, volvió a Internet y a Basauri con 'Descarga completa', 'Los videotutoriales de Borja Pérez' o 'Basauri Kind Rewind'.
En 2011 se intentó repetir el éxito con 'Basauri Vice', protagonizada por Borja y Joseba y que se emitió en TNT, pero no sonó la campanada (tristemente, la serie es una parodia divertidísima pero le faltaba preparación). A Borja no le importaba demasiado porque, después de todo, seguía trabajando en la grúa. Y no fue por no tener proyectos. Incluso le propusieron protagonizar 'Burundanga' y lo rechazó. Sí, sí. Lo rechazó: "Me dijeron que se actuaba todos los fines de semana durante tres meses en Madrid y luego por toda España. Y yo:'o sea, ¿que me pierdo todos los fines de semana? ¿Del año?’. Y no, yo prefería trabajar mis 8-9 horitas en la grúa y tener los findes para mí. Además, tampoco me quise ir a Madrid; yo quería mi Basauri, mi familia y mi trabajo normal", comentó a Bidebieta hace unos años.
Chupitos de Peché en el Chiripas
A Borja le basta con estar con su mujer, su hija, sus amigos y su Basauri. Y a veces, por qué no, eso es todo lo que se necesita para ser feliz. De vez en cuando hace episodios de series para ETB como 'Vecinos por obligación' o 'Nekane Amaya', aunque de esta dejó la temporada 2 porque le salió un curro de gruísta y tuvieron que despedirse del personaje grabando un sábado a toda prisa. "En Madrid, de fiesta con actores, yo he visto cosas, que si quieres te pierdes… Me desapunté de todo eso, no me gustó nada", reconocía en 2019.
Desde entonces hasta ahora realizó una sección en 'Ese programa del que usted me habla' dirigido por Rubén (que en un episodio trajo de vuelta a Joseba Caballero para hablar de feminismo, a pesar de que se le ve todavía menos el pelo), ha presentado galas de premios, cortos y alguna colaboración con amigos, como un episodio del fabuloso podcast 'La ruina'.
Puede que Borja Pérez buscara siempre los trucos para hacerse rico en 'Qué vida más triste' mangoneando a todos los que tuviera alrededor, pero a la hora de la verdad le ha valido con un trabajo en la grúa, buenos amigos y un hobby que hacer los fines de semana. No es poca cosa. ¡Flipa, flipa, el siroco del Borja! ¡A lo buena vida!
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