En 2003, Javier Fesser acometió una de las tareas más complejas posibles para un director de cine en España: adaptar correctamente a Mortadelo y Filemón. Hasta entonces tan solo lo habían intentado los estudios Vara, con sus festivales y el inmortal 'El armario del tiempo', y la terrible serie de animación de BRB de mediados de los 90.
Sin embargo, y pese a tomarse sus licencias, 'La gran aventura de Mortadelo y Filemón' fue un rotundo éxito que dio una secuela, reavivó el interés de la gente en la obra de Francisco Ibáñez y descubrió a una estrella... estrellada. Porque, ¿qué pasó con Mortadelo? ¿Qué fue de Benito Pocino?
¡No corra, no, que le voy a dar yo cartita!
Benito Pocino nació en Barcelona el 21 de marzo de 1958 (haciendo cuentas, está a punto de cumplir los 66 años). Durante su infancia, como él mismo explicaba en una entrevista de El País, sus compañeros le llamaban "Mortadelo" para fastidiarle, pero "lo toleraba porque eran amigos". Es como niño también cuando se cayó de una bici y se quedó sordo de un oído (algo que recalcaba en todas las entrevistas promocionales), pero nada que vaya fuera de lo normal.
En cuanto pudo, empezó a trabajar de todo lo que pudo: fue panadero, decorador, fotógrafo, camarero, celador e incluso hizo sus pinitos en la Diputación de Barcelona. Entre esta marabunta de trabajos variados se encontraba también el de actor: en 1987 fue a acompañar a una amiga al casting de 'Angustia', de Bigas Luna, y el director acabó fijándose en él. El papel no podía ser más corto: Michael Lerner le mataba y le arrancaba los ojos durante un par de planos. Suficiente para picarle el gusanillo.
Pero claro: de la actuación no vive uno (normalmente, al menos) y el año siguiente de su debut interpretativo llegó a Correos, donde consiguió un trabajo fijo. Uno que no ha dejado en ningún momento, ni tan siquiera cuando prometían que sería "el nuevo Luis Ciges".
Para llegar a las entrevistas y el glamour tuvo que pasar por papeles de figurante sin nombre propio o secundarios episódicos en 'Makinavaja' (tanto la película como la serie), '¡Semos peligrosos!' o 'Historias de la puta mili'. Y, efectivamente, entre cómics andaba el juego.
La gran aventura de Benito Pocino
Javier Fesser tenía claro que necesitaba a dos actores diferentes para encarnar a los dos cernícalos agentes de Ibáñez. Uno estaba más o menos claro: Pepe Viyuela era un Filemón ideal. El problema era Mortadelo: el director vio a más de 500 personas hasta que, desesperado, se encontró de casualidad con una foto de Pocino que le llevó su maquillador, casualmente el mismo que preparó su aparente cadáver en 'Angustia'. El primer avión que el actor cogió en su vida fue para ir a Madrid a hacer el casting.
Salió bien, y de qué manera. Correos le dio un tiempo para que rodara la película (aunque durante el periodo de entrevistas tuvo que seguir fichando con normalidad) y, aunque tuvo que aguar un poco la personalidad que quería dar al personaje, más pícaro de lo que Fesser tenía en mente, se convirtió en una estrella inesperada. Los niños le gritaban "¡Mortadelo!", los adultos le reconocían en la oficina de Correos... y eso que él no había ganado lo suficiente como para que supusiera una diferencia real en su vida. Y aquello le mosqueó siempre.
Como declaró tiempo después a El Periódico, "cuando un actor empieza es normal que haya pequeñas tomaduras de pelo". 'La gran aventura de Mortadelo y Filemón' acabaría recaudando 22,8 millones de euros y se convirtió en la película patria más taquillera de 2003. Lógicamente, una secuela tenía que llegar tarde o temprano. Por el camino, Pocino hizo pequeños papeles en películas como 'La máquina de bailar', 'Platillos volantes' y 'Déjate caer'. Y entonces, llegó el jarro de agua fría.
Esos tipos con bigote tienen cara de hotentote
Miguel Bardem llevaba un tiempo queriendo hacer una película basada en los agentes de la TIA, pero solo después del éxito de 'La gran aventura de Mortadelo y Filemón' decidió darle alas. Así nació 'Misión: salvar la Tierra', una secuela donde repetía todo el reparto de la primera parte, desde Pepe Viyuela hasta Janfri Topera, pero faltaba una cara clave. Bueno, LA cara clave, la de Benito Pocino, que fue sustituido por Edu Soto. El motivo no se ocultó nunca: quería más dinero.
"Me dio igual no estar en la película, pero no puede ser que ellos abastezcan sus bolsillos gracias al personaje y el propio personaje no pueda abastecer los suyos", confesaba hace un par de años.
Desde ese momento, y con la mala reputación ganada, las puertas del cine se cerraron para él. Bueno, no del todo, porque sí es cierto que volvió a hacer de Mortadelo... en una infame película porno titulada 'El sulfato anatómico' junto a El Dioni. No os preocupéis: ninguno de los dos tenía escenas subidas de tono. Bueno, El Dioni un poco sí. Mejor no hablar de eso.
Obviamente, 'El sulfato anatómico' no ayudó a recuperar su carrera perdida, pero, siendo justos, tampoco la echa de menos, o al menos eso es lo que afirma. Eso sí, volvería a ser Mortadelo si se llegara a un acuerdo económico. "Todo depende de las negociaciones", ha comentado en alguna ocasión.
De momento sigue trabajando de 2 de la tarde a 10 de la noche en Correos, se toma su café con leche, pasea acompañado por su mujer... Y quizá, de vez en cuando, un niño le grite "¡Mortadelo!" desde la distancia. Y entonces, quién sabe, se volverá a sentir ese burricalvo una vez más.
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