La industria del audiovisual es una fábrica de juguetes rotos. Unos simplemente se destruyen cuando les olvidan. Otros se lo buscan ellos mismos. Y en el caso de Angus T. Jones, el "medio" de 'Dos hombres y medio', definitivamente se quebró al tirarse a la piscina tratando de encontrarle sentido a su vida. Lo que encontró fue un descenso en picado del que aún no se ha recuperado del todo. Seguro que más de una vez te lo has preguntado: ¿Qué fue de Angus T. Jones?
Manly men, men, men
Angus T. Jones nació el 8 de octubre de 1993 (haciendo cuentas, tiene 29 años) en Austin, Texas. Sus padres, Kelly y Carey, eran bien conocidos por la policía porque no paraban de cometer delitos de todo tipo, desde arrancar un taxímetro hasta robo (que en realidad fue simple infidelidad) y posesión de arma sin licencia. En 1999, sorprendentemente, supo sobreponerse y, tras hacer algunos anuncios a los cuatro años, consiguió un papel en 'Simpatico', una película con Sharon Stone, Jeff Bridges y Nick Nolte. Solo tenía cinco años y un buen molde de actor.
Poco a poco empezó a hacerse un nombre como niño secundario de Hollywood: apareció en 'Urgencias', 'Spot' o 'Se montó la gorda' antes de conseguir el papel como la versión infantil de George de la jungla en su infame secuela. Y entonces llegó el momento de oro: hizo un casting en 2003 para el piloto de una nueva serie e iba a ser el primer niño que vieran para el papel protagonista. No le dio a tiempo a salir por la puerta: le dijeron, justo después de su actuación que, sin duda alguna, era el Jake que estaban buscando.
Desde entonces, el estrellato: Angus T. Jones tenía nueve años y ya protagonizaba una sitcom con Jon Cryer y Charlie Sheen, además de estrenar película junto a Dennis Quaid y Brian Cox, 'El novato'. Ese mismo año recogió el People's Choice Awards en nombre de todo el equipo: sin duda alguna, la vida pintaba bien. Todo el mundo le aseguraba que era un trabajo de ensueño, pero, siendo un adolescente, no tenía ni idea de lo que le estaban diciendo. Y, como suele pasar cuando eres adolescente, vinieron los problemas.
Hoy he sentido la llamada
'Dos hombres y medio' empezó a desmoronarse tras la temporada 8, cuando Charlie Sheen, tras firmar un contrato millonario por episodio, acabó teniendo problemas con Chuck Lorre que desembocaron en un parón que costó diez millones de dólares y dejó ocho episodios sin hacer. Obviamente, acabaron echándole de la serie. Ashton Kutcher acabó sustituyéndole (en un cambio que muchos intuyeron desastroso pero que funcionó) y Sheen pidió disculpas en 2021. Pero algo se rompió en Jones.
El actor había ganado ya dos premios Young Artist y a sus 17 años estaba empezando a explorar qué había más allá de la actuación. Fue entonces cuando dio el paso lógico cuando vives en Estados Unidos y empezó a meterse muy a fondo en la religión. Asistía a cuatro o cinco iglesias todos los domingos hasta que, al final, alguien le recomendó la de los adventistas del séptimo día, que hay quien ha calificado como secta. Y le influyó. De qué manera.
"Si ves 'Dos hombres y medio', no veas 'Dos hombres y medio'. Yo salgo en 'Dos hombres y medio' y no quiero estar ahí. Dejad de llenaros la cabeza con basura", comentó en una extensa entrevista en The Forerunner donde también dijo "No puedes ser una persona temerosa de Dios y estar en un programa de televisión como ese". Pidió perdón enseguida, claro, pero ya fue tarde: dos temporadas después, se marchó de la serie por sus creencias, sabiendo que esa entrevista marcaría el resto de su carrera.
Vete y pega la vuelta
Jake se marchó a Japón y dejó su familia atrás, dejando la puerta abierta para presentar a otro "medio": la hija secreta del personaje de Charlie Sheen. Mientras tanto, Angus T. Jones se marchó a crear historias basadas en la Biblia y tratar de expandir su fe. No hizo nada de esto y, en su lugar, tratando de disfrutar de su nueva vida como persona relativamente anónima, fue a la universidad, donde estudió un programa de estudios medioambientales y estudios judíos. Por lo que contaba en distintas revistas, disfrutaba de no ser el centro de atención. Vamos, lo que no había conseguido en una década.
Una vez hizo las paces con todo el equipo de 'Dos hombres y medio' se las apañó para hacer un cameo en el episodio final donde contaba cómo le había ido desde su marcha. Ya no le parecía basura. Poco después, anunció que lo de la religión había sido una fase pero volvía a estar dispuesto a actuar libre de fés: "Quiero ver a dónde puedo ir sin una organización que me ponga un sello de aprobación sobre si soy bueno o malo o lo que sea", le comentó a la revista People en 2016.
Para entonces, ya había dejado la universidad para encargarse de ser el presidente de entretenimiento (quién pudiera) en Tonite, una empresa creadora de eventos fundada por el hijo de Puff Daddy que empezó por todo lo alto y de la que nunca se volvió a oír hablar. Ese mismo año, Angus T. Jones hizo su último y breve papel hasta la fecha junto al malogrado Louis CK en la estupenda 'Horace and Pete', interpretando a un personaje moral en una serie amoral.
Y no es que se haya cerrado las puertas de la actuación: siguen más abiertas que nunca, pero su nombre quedó tan arrastrado por los suelos tras su viraje religioso que nadie quiere arriesgarse a tener en su serie o película a alguien que afirma que no hay que meter basura en tu cabeza. Siempre le quedará un Instagram más conceptual que otra cosa donde apenas le siguen 23700 personas. Lo único que sabemos es que vive en Los Angeles, tiene una barba frondosa y tantos años de bandazos al fin le han dado clarividencia, como le explicó a People: "Entiendo ahora perfectamente a lo que se refería la gente cuando me decía 'Dos hombres y medio' era uno de los mejores trabajos del mundo si no el mejor". Tarde, Angus.
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