"No eres gracioso": Will Ferrell recuerda que volvió loco a James Caan en el rodaje de 'Elf', pero acabó reconociendo su error

Caan se esperaba un absoluto desastre, pero al salir del cine tuvo que recoger cable

Elf
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De adolescente, Will Ferrell descubrió el poder de la risa. Puede que no fuera tan sofisticada como la que años después mostraría en el Saturday Night Live o películas como 'El reportero' ('Anchorman: The Legend of Ron Burgundy'), pero su sketch estrella le ayudaba a hacer amigos: se trataba de golpearse la cabeza contra la pared para provocar carcajadas. Eh, hay gente que ha hecho una carrera con menos.

Pocas personas habrá en el mundo con mayor confianza en su carisma y su comedia que Ferrell... Al menos, hasta que se encontró de bruces con un clásico: James Caan.

I Caan't do it

En el podcast Messy, Ferrell ha contado una anécdota que le ocurrió después de ver 'Elf' (que ahora sabemos que pasó a la historia como una de las mejores comedias navideñas de la historia del cine) por primera vez. En aquella película, James Caan hacía de su padre real, y, según parece, hicieron más o menos buenas migas: "Nos lo pasamos muy bien trabajando en la película", ha admitido. Sí, pero.

"Me provocaba. Me gusta hacer bromas pero no siempre estoy preparado para ello todo el rato. Entre tomas, Caan me decía: 'No lo entiendo. No eres gracioso'. Y yo le respondía: 'Lo sé, no soy Robin Williams'. Y él culminaba con: 'La gente me pregunta: ¿Es divertido? Y yo les digo: No, no es divertido'. Era todo con amor, pero al mismo tiempo..."

Sin embargo, todo cambió la noche del estreno, cuando James Caan se acercó a él y le dio "el mejor cumplido". Así recuerda Will Ferrell lo que le dijo Caan: "Tengo que contártelo: creí que todo lo que hacías mientras rodábamos era muy excesivo. Ahora que lo veo en la película, es brillante". Y es que imaginad el rodaje de 'Elf' por un momento desde el punto de vista de James Caan, tal y como lo describe Ferrell.

"Me encanta que todo el tiempo no esté actuando. Está realmente enfadado conmigo. En plan: '¿Puede callarse este tío de una puta vez? ¡Jesús!'. Le volví literalmente loco en la película actuando como un niño. Pero eso fue lo más divertido, verle salir del cine moviendo su cabeza y diciendo: Es brillante".

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