Siempre es duro hablar de la muerte de un actor que ha formado parte de tu vida, pero en el caso de Philip Baker Hall nos queda el consuelo de que será recordado eternamente de una u otra manera por alguno de sus ¡185! créditos. Empezó tarde a actuar, a los 39 años, pero desde los años 70 hasta hace muy poquito, su cara era una de esas que has visto en mil series películas. Y qué series y películas.
Siempre bien en todo
A Philip Baker Hall le has visto en 'Boogie nights', 'Magnolia' (el inolvidable Jimmy Gator), 'El show de Truman', 'Dogville' o 'Zodiac', pero también en diferentes episodios de 'Falcon crest', 'Corrupción en Miami', 'Se ha escrito un crimen', 'Seinfeld' o 'Modern Family'. Tenía 90 años, pero ojalá hubiera durado muchísimos más.
El hombre con la mirada de basset-hound, como lo calificó en su día John C. Reilly, ha dejado una huella imborrable en todos los que han trabajado con él. El propio Larry David, que trabajó con él tanto en 'Seinfeld' (una de las mejores estrellas invitadas de la serie) como en 'Curb your enthusiasm' ha dicho que le "hizo reír más alto que ningún otro actor con el que haya trabajado". Tiene mucho mérito.
Hollywood, en general, ha presentado sus respetos a uno de esos actores que siempre estaban bien en todo,pero es posible que sea Patton Oswalt el que mejor lo ha conseguido encapsular: "Espero que esté en el cielo comiendo un sandwich, bebiendo un vaso de leche, haciendo alguna puta cosa". Que descanse en paz.
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