La película que Jack Black se arrepiente de haber hecho (con razón): "No me siento orgulloso"

Ni Gwyneth Paltrow, ni Jason Alexander, ni los hermanos Farrelly: para Jack Black nada podía salvarse de esta película

Hal
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Es uno de los actores más queridos de Hollywood, y cada una de sus intervenciones recientes, ya sea cantando ‘Peaches’ disfrazado de Bowser en la promoción de ‘Super Mario Bros’ o marcándose una versión de ‘Baby one more time’ en ‘Kung fu panda 4’, se cuentan por éxitos virales. Todo el mundo quiere a Jack Black, incluso después de la polémica reciente con su compañero Kyle Gass que le ha hecho replantearse el futuro de su grupo cómico de heavy, Tenacious D. Black vive una vida, según él mismo, increíble. Pero hay una película en su carrera de la que se arrepiente profundamente… con cierta razón.

Bebé a bordo, este tío me cae gordo

En 2001, Black acababa de entrar por todo lo alto en la industria del espectáculo gracias a su papel en ‘Alta fidelidad’ (aunque aún le quedaban dos años para rodar la obra que definiría del todo a su personaje, ‘Escuela de rock’) y, por supuesto, no pudo negarse a protagonizar su primera película mainstream. Nadie en los 90 se habría negado a ser dirigido por los hermanos Farrelly, autores de las exitosas ‘Algo pasa con Mary’ y ‘Dos tontos muy tontos’. ‘Amor ciego’ le juntaba con los directores de comedia más potentes del momento, Gwyneth Paltrow y Jason Alexander. ¿Qué podía salir mal? Bueno… todo.

En la película en cuestión, Hal, el personaje de Black, es un mujeriego constante que es hipnotizado para ver solo la belleza interior de las personas. Y por eso empieza a salir con Rosemary, a la que ve como una mujer físicamente increíble aunque -¡oh!- realmente es una obesa mórbida. Por el camino hubo muchos “fatsuits” (o sea, trajes de gordo), chistes que ya estaban anticuados entonces y una doble de cuerpo de Paltrow que acabó con tremendas lesiones psicológicas tras el rodaje.

En su momento, los Farrelly se vieron obligados a defender su película en entrevistas afirmando vehementemente que no era solo una película de chistes de gordos, sino que hablaba de la importancia de la belleza interior. Utilizando para ello, claro, muchos, muchísimos chistes de gordos. Solo pasaron cinco años antes de que Black dijera lo que realmente pensaba sobre la película, afirmando que “tuve la oportunidad de trabajar con unos tíos que creía que eran realmente divertidos, pero no salió como esperaba, no me siento orgulloso de ella y me pagaron mucho dinero, así que, en retrospectiva, sentí que me había vendido.

Gwyneth Paltrow no habla mejor de ‘Amor ciego’, calificándola como una de sus “decisiones de mierda”. De hecho, así es como describe el primer día que se probó el traje de gorda: “Era tan triste. Era tan desgarrador. Nadie me hacía contacto visual porque estaba obesa. Me sentí humillada”. Está claro que hoy por hoy nadie querría hacer una película como ‘Amor ciego’. No solo por el cambio de sensibilidades culturales sino porque, simplemente, no tiene ninguna gracia. Y Black se dio cuenta cuando ya era demasiado tarde. Al menos puede quedarse con el sabor dulce de que el resto de su carrera ha compensado con creces este tropiezo inicial.

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