Año 1907, universidad de Chicago: un profesor dice que los americanos más jóvenes están perdiendo su sentido del humor. Año 2022, Buzzfeed: Marlon Wayans, guionista de 'Dos rubias de pelo en pecho', dice que los americanos más jóvenes ya no tienen sentido del humor. Han pasado más de cien años, pero una cosa no cambia: la creencia de que la comedia terminó contigo, el pináculo de la risa, y ya no te puedes reír de nada. En un tiempo en el que probablemente hay más contenido humorístico que nunca es una afirmación, como poco, arriesgada.
Una película necesaria
Como si fuera un mártir, Wayans ha dicho que películas como 'Dos rubias de pelo en pecho' le parecen "necesarias" porque la gente necesita reírse. En un mundo en el que tenemos 'El show de Eric Andre', 'Key & Peele', 'I think you should leave', 'How to with John Wilson', The Lonely Island o 'On cinema at the cinema', poner como ejemplo de comedia de verdad sus películas, como 'Dance movie: despatarre en la pista', parece un ejercicio desesperado de intentar ganar notoriedad.
No sé en qué planeta estamos, donde crees que la gente no necesita reír y que la gente necesita ser censurada y cancelada. Si una broma me va a cancelar, gracias por hacerme ese favor. Es triste que la sociedad esté en este punto en el que no podemos reírnos más. No voy a escuchar a esta maldita generación.
Podéis estar más o menos de acuerdo (aunque si estáis de acuerdo de verdad que os aconsejaría echar un vistazo al estado real de la comedia actual más que a vuestros prejuicios), pero lo que está claro es que Wayans, a sus cincuenta años, ya suena como un abuelo cascarrabias. Y no es el único: el discurso "la generación que viene después de la mía no sabe reírse" lleva con nosotros un buen periodo de tiempo, ¡desde mucho antes de que la palabra "woke" se hiciera popular!
Un siglo de reírse mal
"Las personas ya no sonríen como hacía la generación anterior. Encuentro la misma condición en todos los sitios: en los cafés, en el teatro, en los libros y en casa". Puede parecer que esto lo ha dicho un cómico actual quejumbroso contra la Gen Z, pero es una frase de Louis Latzarus, un autor de 1930 que no soportaba ver cómo su generación había sido la última buena de verdad. La única que se reía de todo. No sé si os suena de algo.
Todo esto ha pasado y volverá a pasar. Marlon Wayans puede quejarse todo lo que quiera, igual que los millennials y -cuando toque- la generación Z nos quejaremos de que los que vienen después no saben reírse de todo como hacíamos nosotros. Wayans, en esta línea, continúa con su discurso mártir entrando en una paradoja: me siento censurado, pero lleno allá donde voy. Un poco como el personaje de Lisa Kudrow en 'A la mierda el 2020'.
Voy a seguir contando mis bromas de la manera en que las cuento. Y si quieres hacer dinero, súbete. Y si no, encontraré una manera de hacerlo yo mismo. Conozco a mi público. Mi público viene a mis shows todos los fines de semana y se van sintiéndose bien y riéndose.
Nunca había escuchado a nadie defender 'Dos rubias de pelo en pecho' con tanta pasión, la verdad.
Viejo gritando a una nube
"Los lectores me acusaron de tendencioso porque incluí en las viñetas esclavos de Nubia, un mercader judío y un irlandés. Ahora solo puedes dibujar protestantes blancos y ricos". Hal Foster, el creador de 'El príncipe valiente', también se dio cuenta de que las generaciones posteriores a la suya se habían vuelto demasiado sensibles. En 1962.
Podemos poner addendums: "Ahora es peor que nunca", dirán algunos. "Antes no había dictadura woke", comentarán otros. Lo único cierto es que, al mismo tiempo que las comedias están arrinconadas por Hollywood como cáncer para la taquilla, el humor está más presente que nunca en la vida de todos. Los cómicos de stand-up de toda la vida dicen lo que quieren, pero se ha dado voz a otras personas que antaño no la tenían: personas como Hannah Gadsby, Ali Wong, Billy Eichner o Margaret Cho hacen reír encima del escenario mientras Internet abre las puertas a un humor mucho más salvaje que el que Marlon Wayans jamás soñó hacer.
Eric Andre, Tim y Eric, Tig Notaro o Nathan Fielder son solo algunos de los nombres que están estirando la comedia hasta límites insospechados. Quedarse en la superficie del "Ay, ya nadie se ríe" no solo es absurdo: denota una falta de humildad y de desconexión con la realidad preocupante. El público está partiéndose de risa con el vídeo de un pingüino al que van a empeñar porque siempre hay sitio para el humor. Porque, como la sociedad (y con la sociedad), cambia. El mantra/pataleta que hace creer que ya la risa se ha extinguido es negarse a aceptar ese cambio que, te guste o no, ha llegado.
Ah, sí: 'Dos rubias de pelo en pecho' no fue graciosa nunca. No por lo que representa o porque sea ofensiva, sino porque ni en su momento fue el éxito que Marlon parece recordar.
Los ejemplos de la falta de humor a lo largo de un siglo los he sacado de este hilo fabuloso.
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