La vieja guardia de la edad de oro de Hollywood sigue dejándonos cada vez más huérfanos. Hoy toca despedirse de Ned Beatty, una de esas leyendas que engrandeció con su presencia algunos de los títulos más memorables de nuestros inicios en la cinefilia.
El chico de oro
Es normal sentir un aprecio inmediato por un actor como él, que debutó en la brutal 'Defensa' (Deliverance) de John Boorman y nos dejó a todos tocados. De ahí en adelante pasó a trabajar a las órdenes de John Huston, Joseph Sargent, Robert Altman, Alan J. Pakula o Sidney Lumet en títulos tan imponentes como 'El juez de la horca', 'Nashville' o 'Network, un mundo implacable'.
Con la llegada del 'Superman' de Richard Donner, donde encarnó al odioso y entrañable esbirro de Lex Luthor, Otis, Beatty pasó definitivamente a ocupar un puesto de honor en el corazón y la memoria del espectador. En el obituario de The Hollywood Reporter se recuerda cuando el actor escribió un artículo de opinión para The New York Times a finales de los 80 sobre un tema complicado: "Supongamos que los hombres temen la violación".
Beatty contaba en su ensayo cómo la gente le gritaba por la calle "grita como un cerdo", tal y como obligaban a su personaje en 'Deliverance'. A través estas reacciones, Beatty mostraba cómo estos hombres se identificaban más con el violador que con la víctima: "En algún lugar entre esos gritos y amenazas hay una pizca de verdad de lo que piensan los hombres sobre la violación", escribía. "Supongo que queremos alejarnos de eso. Nuestra última opción sería identificarnos con la víctima. Si sentimos que realmente nos pueden violar, ese miedo sería un mejor elemento disuasorio que la pena de muerte".
Durante su carrera, Beatty fue conocido como actor de reparto, pero también consiguió una nominación al Óscar en 1976 por su papel de Arthur Jensen en la película de Lumet. Beatty fue nominado a Mejor Actor de Reparto por la película, en la que pronunció un discurso de cinco minutos sobre el poder.
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