Multinominada en los Premios Oscar y absolutamente asombrosa
El caso Rubiales ha puesto de manifiesto cómo de frecuentes son los abusos de poder en estructuras laborales consolidadas. La disparidad en las posiciones entre jefe y trabajador hace que las relaciones no sean de iguales, provocando que determinadas acciones no sean permisibles dado el empleo que se hace de la autoridad. Es algo que aborda una de las mejores películas estrenadas este año.
Porque el poder se obstante, se sea consciente o no. Y el poder ciega bastante, afectando en ocasiones de manera sustancial el trabajo, sea más funcionarial o más creativo. A todos los niveles, incluyendo la misma dirección. Todos esos mecanismos, tan complejos, marcan las estructuras en todas las industrias profesionales, y 'TÁR' opta por explorar todas sus consecuencias.
Perdiendo el tempo
La desafiante y sensacional película de Todd Field, protagonizada por una Cate Blanchett descomunal e hipnotizante, llega al streaming a través de Movistar+, que la emite hoy en su canal principal a partir de las 22 de la noche. Una ocasión perfecta para recordar sus virtudes, sus incómodas ideas y su disección tanto de los abusos de poder como de la genialidad en la creatividad.
Blanchett da vida a la famosa Lydia Tár, una de las mejores directoras de orquesta y compositoras de todos los tiempos, tal y como se comenta en un acto de homenaje en la primera secuencia. En la esfera pública, su figura está marcada por la genialidad. En la filarmónica de Berlín, está marcada por su dominio y sus permitidas prácticas abusivas. Unas que se volverán en su contra, haciéndole lidiar con las consecuencias.
Todo lo que necesitas saber de este personaje y como opera en su particular universo está en una asombrosa secuencia ininterrumpida donde da clase a un grupo de jóvenes aspirantes a músicos, arrollando sin temor a un estudiante perteneciente a colectivos minoritarios reacio al pasado controvertido de los genios musicales del pasado. Que tenga razón o no en sus aseveraciones es lo de menos, la escena es un tour de force de Blanchett en cuanto a dominio de la gesticulación, la colocación del cuerpo y la deglución del texto del guion, complementado por una puesta en escena analítica de Field.
'TÁR': creatividad truncada
A lo largo de la película, Field disecciona con increíble maestría cómo desligar lo personal del trabajo creativo es imposible. Lydia Tár quiere tener todos los huevos en su cesta a toda costa, una obsesión con el control que afecta notablemente a su labor como directora. Su genialidad, comentada al comienzo, queda cuestionada mientras no deja de procrastinar en la composición de su próxima obra y se trunca continuamente dando instrucciones a su orquesta. Todo por estar constantemente obsesionada con el control de la institución, de sus subordinados y de su imagen.
Lejos de lo que pueda parecer, el abordaje de este complejo personaje no está pensado para destrozarlo en mil pedazos. Field tiene claro el sentimiento de repulsa, pero decide cuestionar cómo el sistema permite que alguien como ella obstante el poder. Lo hace con suma inteligencia, empezando por la decisión de hacerla una mujer lesbiana, y también con grandes dosis de humor retorcido que van desvelándose cada vez más con los visionados y al repensar momentos de la película. Su final es un punzante instante que redondea el increíble órdago de un director ambicioso.
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