El caso de la neoyorkina Marisa Tomei resulta cuanto menos curioso. Una actriz joven que está abriéndose paso en su carrera y que tras recibir una sorprendente nominación al Oscar, finalmente se hace con el premio aunque tiene que sobrevivir al rumor de que fue un error del ínclito Jack Palance al leer la ganadora en la ceremonia de entrega. Aquello supuso un duro varapalo. La convierte en una actriz con Oscar y eso pesa.
Sin embargo, una vez cruza la complicada barrera de los cuarenta (para una actriz de Hollywood), se reivindica con papeles dramáticos dignos de mención, y de nueva nominación al Oscar. Marisa Tomei ha luchado para demostrar que valía y lo ha conseguido a base de esfuerzo, insistencia y ganarse un hueco, a pesar de no ser una estrella al uso.
Siempre quiso ser actriz y desde pronto se puso manos a la obra. Crece en Brooklyn y estudia arte dramático en Boston. Su salto al mundo de la interpretación vino de mano de la pequeña pantalla, gracias a comedias de situación como 'Un mundo diferente' o 'El show de Bill Cosby'. Aunque también el teatro supuso un importante entrenamiento, para forjarse como completa actriz.
Su salto a Hollywood, dato curioso, vino de la mano de Sylvester Stallone que la descubrió cuando formaba parte de un grupo de teatro vanguardista y le ofreció un papel en 'Oscar' (1991), que supuso su primer encuentro con el cine y con el gran público (antes apareció brevemente en 'The Flamingo Kid').
Poco después trabaja en la también cómica 'Mi primo Vinny' junto a Joe Pesci y Ralph Macchio, que le supuso una sorprendente nominación al Oscar como mejor actriz de reparto, por su papel de Mona Lisa Vito, la novia inteligente (y algo macarra) del protagonista. La película no es gran cosa, aunque entretenida, pero quizás fuese demasiado premio la nominación. Lo que vino después marcaría su futuro. Jack Palance le nombró, sorprendiendo a todos (y a ella), como ganadora. A partir de ahí, el bulo de que fue un error de Palance la acompañaría como una sombra oscura.
Aquello fue motivo de muchas especulaciones durante largo tiempo. Que si Palance estaba algo ebrio, que si fue una broma, que si todo fue error que hubo que tapar,... el caso es que, se han emitido comunicados oficiales desmintiendo todo esto. Quizás surgió con virulencia por tratarse de una desconocida (la favorita era la veterana Vanessa Redgrave) y de una película poco relevante, pero parece que el procedimiento que lleva a cabo la Academia no da lugar a este tipo de errores.
El caso es que Marisa Tomei se enfrentaba a un lanzamiento acelerado de su carrera gracias a la dorada estatuilla, lo cual quizás, era una gran ventaja, pero también disparaba una carrera que necesita de unos pasos marcados por el tiempo y la experiencia para que una actriz logre ganar reputación y cualidades.
Por supuesto, le llegaron muchas ofertas para importantes producciones ('Chaplin'), pero no tuvo suerte. La mayoría fueron fracasos y parece que hundían poco a poco a Tomei, para quedar en una actriz sin estrella y sin un futuro demasiado alentador.
Encontró en la comedia, papeles secundarios por los que discurrió sin pena ni gloria, pero que le fueron madurando: 'Sólo tú', 'Siempre a tu lado' o 'En qué piensan las mujeres'. Y también, tuvo sus tropiezos con algunos trabajos olvidables ('El gurú del sexo', 'Juego asesino') junto con pequeños papeles en televisión.
Pero tuvo que lograr papeles dramáticos para encontrar su horma. Películas con mayor calado donde su experiencia, valía y esfuerzo empezaron a brillar por sí solas, obviando su pasado y el Oscar ganado. Así, hace un extraordinario trabajo como actriz de reparto en la rescatable 'En la habitación', el debut en la realización de Todd Field. Un drama cargado de grandes interpretaciones, de pocas pretensiones y con un marcado carácter intimista, y que le valió, esta vez parece que con suficientemente merecimiento, una nueva nominación al Oscar.
Marisa Tomei había encontrado en el drama independiente su mejor terreno donde brillar ('Danika', 'Factotum', 'La vida sin Grace'). A partir de este momento fue ganando enteros entre algunos productores y directores y siendo valorada como una buena y sólida actriz. ¿Quién lo diría? Acercándose a los cuarenta años y empezando un camino prometedor. Aún así, no renuncia a papeles en comedias comerciales ('Ejecutivo agresivo', 'Un toque de distinción', 'Cerdos salvajes'), parece que buena elección para mantener su notoriedad en Hollywood.
Y el pasado alcanzó el prestigio definitivo. Gracias a su estupendo papel en la magistral 'Antes que el diablo sepa que has muerto'. Donde, por cierto, lucía un físico espectacular, recurso quizás infravalorado hasta ahora. Y también, en la brillante 'El luchador' que además le ha supuesto una nueva nominación al Oscar, por su desgarrador papel de una madura stripper amiga del protagonista.
Sin embargo, Marisa Tomei no se ha apresurado aprovechar su gran momento. Continua sus pasos barajando papeles que le llenen y que sigan sacándole partido a su talento. ¿Ganará un nuevo Oscar? Es posible, pero al menos es un gran ejemplo de superación y de reivindicación con esfuerzo.
Por cierto, hoy cumple 45 añazos. Y no los lleva nada mal.