No he visto el trabajo de todas las candidatas a la mejor actriz, me faltan Laura Linney, por The Savages y Julie Christie, por Lejos de Ella, pero la noche de los Oscars casi se nos viene encima, así que sin total conocimiento de causa, me voy a decidir por una de ellas.
Me quedo con Marion Cotillard y su impresionante transformación en la cantante más emblemática de Francia, Edith Piaf, para La vie en Rose.
Desde sus etapas de juventud, hasta sus últimos días donde la actriz está prácticamente irreconocible, consigue en un film que no pasa de correcto, transmitirnos la sensación de estar viviendo junto a la singular artista, algunos de sus momentos más significativos.
Sus expresiones, su peculiar pronunciación, su genio, su locura, su dolor, su arrollador carácter... Un trabajo titánico y muy arriesgado (con todo lo que la Piaf representa para los franceses), que según las propias declaraciones de Marion Cotillard, le ha supuesto un gran esfuerzo. Estaría bien que obtuviera su recompensa.
A continuación os dejo con dos de las escenas más emotivas de la película, como buen ejemplo de su brillante interpretación. Contienen spoilers, avisados estáis.
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