Acaba de ganar un merecidísimo premio Goya por su excepcional interpretación de Malamadre en ‘Celda 211’. Todos auguraban que era el favorito, y a pesar de ello Luis Tosar siempre se mostró cauteloso, y nada eufórico a pesar de que estaba cantado (y eso que ya contaba con dos premios). El suyo era un papel goloso, un papel con el que sueñan todo el que quiere ser actor, pero sin embargo, hay que tener el talento para convertirlo en una interpretación de la talla que ha logrado el actor gallego.
Luis Tosar, a pesar de que ahora vive en las portadas de periódicos y revistas, no es un actor que haya buscado la relevancia a toda costa. Ni a pesar de haber cruzado el charco para aventurarse en producciones de Hollywood, se ha mostrado estar por encima del resto. Es un actor cuyo compromiso con la profesión es tan alta como la talla de persona que aparenta.
Un actor que ha crecido, pero que no ha perdido un ápice en su capacidad de entrega, de mimetismo con sus personajes y su gran capacidad para extraer lo más difícil de ellos, su personalidad, su interior, más allá de lo más obvio y superficial. Luis Tosar ha evolucionado, y con trabajo, esfuerzo y sin grandes fastos glamourosos se ha colocado como uno de los actores esenciales de nuestra cinematografía en la última década. Y eso lo sabían todos antes de verle actuar en ‘Celda 211’, y quizás por eso nadie dudaba que se merecía el premio, aunque a él, no le vaya a cambiar.
Malamadre, un papel que marca un antes y un después
Lo suyo con Malamadre es el instinto de un actor que reconocer haber recibido un gran regalo. Un personaje agradecido, pero que también había que personalizar y llevar con tino en la historia carcelaria de la que es protagonista. Es un villano diferente, pero con enorme personalidad, algo que siempre defiendo como esencial para que un film funcione. Y su galería de villanos es extensa, parece que su físico o su poderosa capacidad de sugerir miedo, misterio y fuerza lo han convertido en un actor muy capacitado para ello.
En Hollywood lo saben y por eso le han llamado para trabajar, aunque, lamentablemente con papeles tan estereotipados como planos y en los que tenga el talento que tenga el actor que los interpreta, poco bueno se les puede sacar (olvidable como toda la película ‘Corrupción en Miami’, por mucho que estuviera detrás Michael Mann). Eso también sirve para elogiarlo, no se ha venido abajo, no ha querido encasillarse, tiene mucho futuro, y en el cine español se encuentra cómodo. Y cada vez más valorado. No nació para superestrella, pero se ha convertido en un actorazo de primera.
Baste recordarlo en ‘Los lunes al sol’, en ‘Te doy mis ojos’, en ‘Flores de otro mundo’ o en ‘La flaqueza del bolchevique’. Grandes películas del cine español, pero también ha estado en éxitos de taquilla que le han colocado en la órbita de productores conocedores de su fuerza y calidad.
Lo que sí parece claro es que tras el hipnótico Malamadre Luis Tosar ha subido varios peldaños, que se ha ganado un prestigio que ya antes merecía y que seguro, le servirá para que nos fijemos más (si cabe) en él. Por cierto, acaba de confirmarse que protagonizará lo próximo de Jaume Balagueró.
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