Cuando antes de ayer me enteré de la muerte de Richard Widmark, me cogió tan de sorpresa que simplemente apuramos a dar la noticia sin más. Llevamos un mes de muertes de gente famosa, y querida por muchos, que apenas hay tiempo para asimilarlo. Muchas veces creo que ni se necesitaría hablar de ello, bastaría con ver, o revisar alguna de sus películas y punto. Una especie de homenaje en la misma sintonía en la que se hacía antaño en las televisiones: moría alguien conocido, y zas, película al canto. Ahora ya no se lleva eso. Y en este caso, ¿para qué? ¿quién era Richard Widmark? dirán sobre todo los más jóvenes, algunos cinéfilos, que sin haber llegado a los 30 años, creen saberlo todo de este difícil y maravilloso mundo del séptimo arte.
Para todo esos que tengan ganas de saber algo más que el cine de los últimos 20 años, y que éste no nació con Tarantino ni Lynch, o ni siquiera con los geniales James Cameron o David Fincher (por poner dos ejemplos de reciente supremacía cinematográfica admirada por muchos), les invito a un breve viaje por algunas de las películas que protagonizó un actor que supo hacer de malvado como nadie. Sus detalles personales no nos interesan. Era de Minessota, y vivió 33 años hasta hacer su debut en el Cine, un debut como pocos se recuerdan.
Sólo alguien como Widmark, con esa cara de loco y esa risa nerviosa y amenazante, podría tirar a una anciana desvalida en su silla de ruedas escaleras abajo. Dirigida por el casi siempre excelente Henry Hathaway, supone uno de los clásicos del cine negro, en el que Widmark le ganó por goleada a su partenaire masculino, Victor Mature, sin duda uno de los peores actores de todos los tiempos. A principios de los 90, el inútil de Nicolas Cage tuvo la osadía de querer revivir este papel en un remake que no estaba tan mal como prometía, pero lo de Cage resultó insufrible.
Después de hacer diversos papeles de malvado, para los que demostró una capacidad inusitada, Widmark sorprendió al otro extremo con uno de los personajes de perdedor más memorables que se recuerdan: Harry Fabian, en la magistral película de Jules Dassin, quien filmó la película en Inglaterra huido de la temible caza de brujas del senador McCarthy. Widmark resultó ser perfecto para tan patético personaje. Le acompañaba además, la mujer más guapa de la historia, Gene Tierney. Robert De Niro osó revivir el personaje en un remake de Irwin Winkler, que quedó bastante bien, pero no fue capaz de hacer olvidar a Widmark.
El mismo año que 'Noche en la Ciudad', en la que Widmark acaparaba toda la atención, éste fue capaz de quedar en un segundo plano, en beneficio de otro de los míticos malvados del celuloide, Jack Palance, que precisamente debutó en la pantalla con esta película de Elia Kazan. A pesar de que la película está al servicio de Palance y su excelente personaje, Widmark llama la atención dando vida a alguien totalmente decente. Y es que también podía bordar personajes enmarcados dentro de la justicia y el orden, aunque el público prefería ver su lado más oscuro.
Salto al mejor género de la historia, el western. En esta maravilla del gran Delmer Daves, Widmark hizo del indio menos indio de todos, tal y como decía un lector en un post pasado. Un personaje de nuevo atormentado, en una historia con claras ramificaciones racistas, en la que se hacía un conciso y bien claro estudio sobre la venganza en su forma más simplificada: "a quien hierro mata, a hierro muere". Sería imperdonable no mencionar sus intervenciones en clásicos del género como 'El Hombre de las Pistolas de Oro' o 'Desafío en la Ciudad Muerta', y por supuesto en...
La película de John Ford que hizo que Jean-Luc Godard se tragase sus palabras y le pidiese perdón por unas acusaciones sin fundamento (la famosa anécdota del plano secuencia que hizo quedar al francés como un tonto de mucho cuidado). También es la única película en la que James Stewart hacía de "malo" y casi nadie se dio cuenta de ello. Por supuesto, el "bueno" era Richard Widmark, quien volvería a trabajar con el maestro en la impresionante 'El Gran Combate'.
El gran Don Siegel dirigió a Widmark en una especie de precedente de 'Harry el Sucio', dando vida a un detective de policía con métodos de lo más curiosos. Un Widmark al lado bueno de la ley con las armas típicas del otro lado. Generó una serie de televisión en la que por supuesto Widmark repitió personaje en tal solo 6 episodios.
En los años 70 el veterano actor realizó lo que muchos otros: superproducciones, generalmente de catástrofes, y llenas de estrellas del pasado, por eso de la taquilla. Destacan sobremanera 'Alerta: Misiles', de un Robert Aldrich en plena forma, a pesar de la masacre que la censura española hizo con la película quitándole más de una hora de metraje, y también 'Coma', una de las películas más aceptables de Michael Crichton como director, en la que Widmark con su sola presencia ya era capaz de atemorizar al personal.
Sinceramente, cojáis la película que cojáis de este genial actor (muchos pensaréis que me olvido de 'Manos Peligrosas' de Fuller pero debo ser de los pocos que piensan que es un título algo sobrevalorado), su interpretación nunca os va a decepcionar, independientemente de la calidad de la película en cuestión. A mí sólo me defraudó una vez: 'El Jardín del Diablo', de Henry Hathaway, de lo más risible del director, una película casi en su totalidad ridícula. Más cine con Richard Widmark en Blogdecine:
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