Se está ganando a pulso, y a base de grandes interpretaciones, la vitola de actor imprescindible. Pareciese como si John Brolin hubiese recibido la bendición de un hada madrina, puesto que desde hace unos meses ha aparecido en títulos de gran calidad, con papeles memorables que lo están forjando como el actor con mayor proyección del panorama actual.
Y sin embargo, Brolin no acaba de aterrizar en esto del cine. A sus cuarenta años, ha invertido gran parte de ellos en dedicarse esforzadamente a abrirse un hueco. Desde su paso por la mítica 'Los Goonies' ya ha llovido, y el transcurso hasta llegar a la actualidad, no ha sido precisamente un camino de rosas. Josh Brolin ha participado en cintas olvidables, con papeles secundarios insignificantes, pero también ha hecho televisión, que le sirvió para aumentar su popularidad y alcanzar la llamada de algunos prestigiosos directores, para finalmente, moldear un empaque de actor de primera categoría que huele a éxito seguro.
Y como digo, parece como si hubiese encontrado la clave para llegar a la cumbre, pero, como es lógico, detrás de sus meritorios trabajos interpretativos se esconde una obstinada e inteligente actitud. Josh Brolin está a punto de estrenar en nuestro país el título que quizás lo termine de lanzar al estrellato popular, y es que lo que hemos podido ver de 'W.' (de Oliver Stone) demuestra su enorme capacidad de transformación y enorme valor para aguantar el chaparrón que le ha caído en Estados Unidos por su papel como George W. Bush.
Pero a Brolin le debe resbalar cualquier comentario, por muy duro que sea, puesto que se ha forjado como actor sólido a base de esperar sabiamente su momento. También lo podremos ver como secundario de lujo en otro título alabado (y que suena muy sólido para los Oscars) como es 'Mi nombre es Milk' del irregular Gus Van Sant. Y hace unos meses lo hemos visto encadenando brillantes papeles en importantes producciones: 'No es país para viejos' (de los Coen), 'En el valle de Elah' (de Paul Haggis) y 'American Gangster' (de Ridley Scott).
En todos ellos ha dejado patente su imponente físico, su camaleónica fisionomía y ha salido más que airoso de todo ellos. Tanto es así, que es uno de los actores más reclamados por los mejores directores actuales, a los que se ha ganado un merecido respeto. Buena prueba son sus títulos más recientes, otros anteriores (con Woody Allen en 'Melinda & Melinda', con Paul Verhoeven en 'El hombre sin sombra', con Guillermo del Toro en en 'Mimic' y con Robert Rodríguez en 'Planet Terror') y en los que tienen que llegar. De momento, tan sólo la anunciada 'Jonah Hex'. Mientras, ha tenido tiempo de debutar escribiendo, produciendo y dirigiendo su primer cortometraje ('X').
Resulta meritorio el caso de Josh Brolin si nos atenemos a sus antecedentes. Hijo de un actor popular (James Brolin, de la serie 'Hotel') que debuta siendo un adolescente en una exitosa cinta (la citada 'The Goonies') y que después deambula en producciones menores que no le llenan, pero en una decisión acertada, se busca un modo alternativo de ganarse la vida. Así, vende la masión familiar e invierte en propiedades inmobiliarias, además de en valores bursátiles. Todo ello le permite vivir desahogadamente mientras busca con paciencia algún papel que le merezca la pena olvidar su, hasta entonces, mediocre filmografía.
A partir de entonces, de no tener que sucumbir por obligación en papeles que lo acabaran de hundir, es cuando le comienzan a llegar buenas oportunidades (como la de Woody Allen). Y no supo desaprovecharlas para forjarse como actor sólido. Sin dudar en participar en series de televisión ('Into the west') y en producciones independientes que le llenaran plenamente como intérprete (y a su proclive tendencia a lucir bigote).
Apuesto que su brillante actuación en 'W.' (destacado por la crítica, por encima incluso del resultado de la cinta) le catapultará definitivamente y veremos si la conservadora Academia de Hollywood le otorga un hueco entre las nominaciones al mejor actor del año, aunque la productora trabaja duro para ello, como se puede apreciar en la imagen.
En cualquier caso, Brolin demuestra que está en racha y su futuro parece cuanto menos esperanzador entre tanto actor en declive y otros que no terminan de alcanzar méritos suficientes, aunque sí notoria popularidad. De momento se ha marcado un detalle curioso: acaba de confesar que rechazó trabajar en 'Terminator Salvation' (cuando el guión era más oscuro y diferente del finalmente rodado). Un punto más a su favor.
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