A pesar de que, injustamente, siempre será recordado por haber dado vida a Ron Weasley en la saga 'Harry Potter', el bueno de Rupert Grint ha demostrado poseer un notable talento interpretativo en unas cuantas ocasiones; y ahí están sus trabajos en 'El gabinete de curiosidades de Guillermo del Toro', 'Servant' —probablemente mi favorito— y, más recientemente, 'Llaman a la puerta' de M. Night Shyamalan para demostrarlo.
¡Mangantum!
Pero además de buen actor, Grint es un ladrón de primera, y lo demostró en el set de 'Harry Potter y las reliquias de la muerte: Parte 2'. Tras diez años sumergido en el Wizarding World, el de Harlow sintió la necesidad de dar carpetazo a su idilio con la magia llevándose un recuerdo del set de rodaje. El problema fueron las medidas de seguridad del estudio para prevenir sustracciones indeseadas.
Según ha contado él mismo a la revista People, Grint se las apañó para burlar los controles y llevarse a casa un prop un tanto peculiar. La maniobra implicó tirar de destornillador y de coraje —no, no usó el hechizo "Mangantum"—.
"Eran muy estrictos. Los últimos días había literalmente seguridad en la entrada buscando en los coches. Pero me escabullí con el número de la puerta de la casa de Harry. Tuve que desatornillarlo. Fue muy sospechoso".
Es probable que después de una década entregando su vida a la franquicia, tal vez le hubiesen dado un recuerdo con sólo pedirlo. Otra cosa es que la emoción del crimen haya dado al souvenir un valor añadido.
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