El mundo de la interpretación suele ser bastante delicado —por no decir peliagudo— cuando hablamos de estrellas infantiles, y no hace falta recordar los primeros pasos de actrices como Natalie Portman o Jodie Foster para darnos cuenta de ello. Cualquier paso en falso puede suponer un peligroso punto de inflexión en sus vidas, y en el caso de Millie Bobby Brown fue un comentario sobre su incipiente madurez.
Exceso de madurez
Según ha contado la estrella de 'Stranger Things' en una entrevista con el medio Allure, un conocido director de casting hizo que rompiese a llorar después de que asegurase que jamás tendría un hueco en Hollywood porque era "demasiado madura" para su edad. Brown tenía 10 años.
"Siempre supe que era madura y no podía hacer nada por evitarlo. Nadie era tan maduro como yo, y [escuchar eso] fue muy duro, porque pensé que [la madurez] era algo positivo. Y que después te digan que no lo era, que no podría lograrlo en esta industria, fue muy doloroso. Me desanimó muchísimo".
Pero, cuando todo estaba perdido, los padres de la actriz, que ahora tiene 18 años, la animaron a participar en el casting para la serie que terminaría lanzándola al estrellato: el fenómeno de Netflix de los hermanos Duffer titulado 'Stranger Things'.
"Mis padres me dijeron, 'Haz esta última prueba en vídeo y luego puedes salir a jugar con tus amigos otra vez'. Dije, 'Ok, sí, debería hacer esta porque parece guay'".
Brown admite haberse volcado en la interpretación tras "haber batallado con su identidad y con conocerse a sí misma" desde pequeña, prefiriendo "ser personas diferentes" frente a la cámara. Así explica cómo, para ella, encajar nunca fue algo sencillo.
"Siempre sentí que no encajaba en la habitación en la que estaba. También lucho un poco con la soledad. Siempre me he sentido bastante sola en una habitación llena de gente, como si fuese diferente, como si nadie me entendiese realmente. Así que me gustaba interpretar a personajes que la gente comprendiese y con los que se pudiesen identificar, porque sentía que nadie podía hacerlo con Millie".
Por suerte, el rol como Eleven en 'Stranger Things' le ayudó a plantearse su papel en el mundo.
"Al principio fue muy divertido. Luego fue como, 'Dios, podría hacer hacer cosas con esto. Podría cambiar el mundo con esto'. Había algo en actuar que me hacía sentir poderosa y que me hacía pensar que podía inspirar a la gente".
Pero esto no quiere decir que las dudas y los problemas identitarios hayan terminado para Millie Bobby Brown, ahora alimentados por la exposición constante a través de unas redes sociales cuyos usuarios, generalmente, no titubean a la hora de lanzar críticas y opiniones a aspectos tan delicados como la imagen o apariencia de las figuras públicas.
"Es muy duro que te odien cuando aún no sabes quién eres. Es como, '¿Qué odian sobre mí? Porque aún no sé quién soy'. Es casi como 'OK, voy a intentar ser esto hoy', [y después decir], ''¡Oh, no, lo odio! Olvídalo, voy a intentar ser esto otro'. Después sólo empiezas a preguntarte, '¿Quién debería ser? ¿Quién necesitan que sea?'
Después empecé a crecer más, y mi familia y amigos me ayudaron mucho. Me ayudaron a ser capaz de entender que no necesito ser nada de lo que me dijesen que tenía que ser, que sólo tenía que desarrollarme desde dentro. Eso es lo que hice".
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