Hace apenas unos días saltaba la noticia de que Frank Langella había sido despedido de la serie de 'La caída de la casa Usher' que prepara Netflix por comportamiento inaceptable en el rodaje de lo nuevo de Mike Flanagan ('Misa de medianoche'). Poco después se anunciaba el fichaje de Bruce Greenwood para ocupar su lugar y parecía que todo iba a quedarse ahí, pero Langella ha contraatacado publicando un artículo en Deadline defendiéndose.
Su versión de los hechos
El actor ha desvelado que "el 25 de marzo, estaba rodando una escena romántica con la actriz que interpretaba a mi joven esposa. Los dos estábamos completamente vestidos. Yo estaba sentado en el sofá y ella estaba de pie delante de mí. El director dio la orden de cortar. "Me ha tocado la pierna", dijo la actriz. "Eso no estaba previsto". Entonces se dio la vuelta y se fue del set".
Langella quiso hablar con ella, pero le pidieron que no lo hiciera. Poco después se supo que no iba a volver y el rodaje se dio por acabado. No tardaron mucho en iniciar una investigación:
Aproximadamente una semana después, Recursos Humanos pidió hablar conmigo por teléfono. "Antes de que comenzara la escena amorosa del 25 de marzo", dijo el interlocutor, "nuestro coordinador de intimidad sugirió dónde debían poner las manos ambos. Nos ha llamado la atención que usted dijera: "¡Esto es absurdo!". "Sí", dije, "lo hice. Y sigo pensando lo mismo". Era una escena de amor ante la cámara. Legislar la colocación de las manos, en mi opinión, es absurdo. Socava el instinto y la espontaneidad. Hacia el final de nuestra conversación, me sugirió que no me pusiera en contacto con la joven, con el coordinador de la intimidad ni con nadie de la empresa. "No queremos arriesgarnos a que haya represalias", dijo. Cuando mencioné que ciertamente no era mi intención... me cortó amablemente y dijo: "La intención no es nuestra preocupación. Netflix sólo se ocupa del impacto".
El actor también apunta que hubo otras quejas como contar una broma inapropiada, llamar a veces bebé o cariño a alguien o que daba un abrazo o tocaba el hombro de alguien. Langella no ha tenido problemas en desvelar qué le dijo el productor ante esa actitud: "No puedes hacer eso, Frank. No puedes bromear, no puedes hacer cumplidos. No puedes tocar. Es el nuevo orden".
Además, Langella ha confesado que Netflix todavía no le ha pagado nada por sus servicios, pues llevaban tres meses rodando y apenas quedaban tres semanas hasta su finalización. Pero lo más grave es que "mi reputación ha quedado dañada".
Por lo visto, a Langella le negaron la posibilidad de hablar con actriz y "los directores y el productor dejaron de responder mis mails y llamadas". Ni media hora pasó desde que le comunicaron su despido hasta que se hizo público: "No nos dieron ninguna oportunidad a mis representantes o a mí de comentar o colaborar en la narrativa", dejando además bien clara su opinión sobre el clima cultural actual:
La cultura de la cancelación es la antítesis de la democracia. Inhibe la conversación y el debate. Limita nuestra capacidad de escuchar, mediar e intercambiar opiniones opuestas. Y lo que es más trágico, aniquila el juicio moral. Esto no es justo. No es justo. Esto no es americano.
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