Richard Linklater nos lleva por unos 80s divertidos, pero también complejos
La acumulación de proyectos potentes y no todos ligados a franquicias ha elevado la siguiente cuestión para muchos: ¿Es Glen Powell una estrella de cine? El éxito de ‘Cualquiera menos tú’ es una señal positiva, el potencial culto de ‘Hit Man. Asesino por casualidad’ ayuda, y queda pendiente ver si tiene efecto en la inminente ‘Twisters’.
Es difícil de determinar, aunque es posible que termine siendo un actor destacado aunque no uno de los que el público quiera ver sí o sí en un cine. Mientras tanto, ‘Hit Man. Asesino por casualidad’ nos muestra que es divertido verle intentar serlo, con un carisma palpable e interesante que ya estaba presente en otra película sensacional como ‘Todos queremos algo’.
Fiesta continua y muchas pelotas
No es casualidad que esta comedia universitaria le aproveche tan bien como su último estreno, ya que ambos están dirigidos por un sensacional director como es Richard Linklater. Uno de los cineastas independientes americanos por excelencia hace aquí un nostálgico y divertido paseo por las juergas de finales de los setenta y primeros ochenta que puedes ver en streaming a través de Filmin y de MUBI.
En ella vemos a Jake, una estrella del beisbol de instituto, incorporarse al equipo de la Universidad de Texas, instalándose en un alojamiento habilitado para el resto de jugadores. Allí convivirá con otros novatos y los veteranos, que les llevarán por las convenciones de la vida universitaria en tres días de fiesta continuada antes de que empiecen las clases y los entrenamientos.
Powell es uno más en un elenco bastante plagado de rostros todavía emergentes entonces, como Blake Jenner (quizá el protagonista más marcado) o Wyatt Russell, aunque claramente destaca porque entiende mejor lo que Linklater busca aquí. Más que una mágica cápsula del tiempo como era ‘Movida del 76’, en ‘Todos queremos algo’ vemos un ejercicio de género ligeramente subvertido.
‘Todos queremos algo’: más que desmadre
No es casualidad que la película tenga lugar en ese momento bisagra entre los setenta y los ochenta, momento donde la comedia de universitarios desatados estaba en auge con películas como ‘Desmadre a la americana’. Linklater nos lleva por las rondas de bebida y drogas, las novatadas innecesariamente crueles, los escarceos sexuales o las dinámicas de grupo hipermasculinas con cierta distancia para observarlo con algo de crítica. O al menos un poco de amargura.
Hay bastante diversión en esta historia sin un argumento que seguir, y reflexión en conversaciones aparentemente triviales pero que revelan cómo algunos veteranos están preparados para que este sea el punto culminante en sus vidas adultas (Powell tiene un momento de estos que es de lo mejor de la película). Hay frescura, hay una fascinante relajación en cómo nos deja meternos en este rato de quedada con estos personajes, pero también hay bastantes ideas flotando que vale la pena recoger. Es, definitivamente, una película estupenda.
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