Resulta impresionante como un jovenzuelo, con los devaneos adolescentes propios de su edad, ha logrado llegar a la cúspide gracias a su empeño, su hambre de cine y algo de suerte. Desde que Shia LaBeouf fuera elegido para protagonizar 'Transformers' el pasado año no se ha dejado de especular con su brillante irrupción en Hollywood.
Calificado como una de las promesas más firmes de la nueva generación de jóvenes actores, ha logrado hacerse un hueco a lo grande. Participar en 'Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal' le ha supuesto un espaldarazo, que lo consagra ya no como una estrella en ciernes, sino como una realidad. Hoy cumple 22 años y atesora una legión de fans.
Lo que está por ver es, si las cualidades que apunta, junto a su meteórica trayectoria, le van a servir para seguir creciendo y alcanzar el estatus que ocupan hoy los más grandes actores contemporáneos.
Vayamos por partes. Cumple muchos requisitos personales y profesionales para serlo. Shia creció en el seno de una familia desestructurada, con sangre de artistas, lo que facilitó, que siendo muy joven apuntara su rebeldía, no sólo en cometer fechorías y gamberradas propias de la edad, sino también a fijarse como objetivo, más que como mero sueño, aparecer en alguna serie de televisión y, por qué no, en alguna película. Desprovisto de cualquier duda o atisbo de timidez, pronto se lanzó a buscar representante artístico.
Y cierto es que la suerte lo llevó de la mano a aparecer en una serie de Disney 'Even Stevens' (aquí conocida como 'Mano a mano'), siendo el protagonista principal y alcanzando un éxito abrumador. Logró algún premio y que su perdida figura paterna saliera del ostracismo, y su proceso de rehabilitación a ciertas adicciones, demostrándole su, hasta ahora, inexistente cariño.
Shia LaBeouf se muestra dicharachero, charlatán, buen imitador y simpático. Con estas cualidades se fue haciendo notar, logrando que su nombre fuera sonando y pronto debutó en la gran pantalla, de la mano de Disney en 'El misterio de los excavadores', junto a Sigourney Weaver y Jon Voigh. Le supuso un curso acelerado de interpretación, que supo afrontar con desparpajo y enorme capacidad de improvisación. Encadenaría títulos notables, hasta llegar a 'Disturbia' donde fue aplaudido en su papel de adolescente inquieto con dotes de investigador. Ya fue acumulando elogios que lo calificaban como el "mejor actor joven de Hollywood".
Seguidamente, con 'Transformers' encadenó un nuevo éxito y su nombre ya era bien conocido. La puerta para que Spielberg y Lucas se fijaran en él para el destacado papel en la nueva entrega de Indiana Jones.
Es posible que como actor le quede todavía un enorme camino por recorrer, pero veo en él un joven hambriento de aprendizaje, de crecer con cada película y seguramente, trabajar junto a grandes intérpretes, le vaya acumulando el saco de sabios consejos, que espero sepa aprovechar.
Mucho se ha especulado (y aún se hace) sobre la posibilidad de que Shia sea el próximo paso en la saga de Indy. Unos lo califican de verdadero sacrilegio, le acusan de falto de carisma, y otros ven en él un buen relevo para Harrison Ford (si la supuesta maldición de éste no se cumple). Pero, no sería descabellado intuir que Lucas se apoye en él para retomar nuevas aventuras arqueológicas.
Al margen de esta incierta posibilidad, Shia LaBeouf en cuanto a estrella, también posee actitudes y cualidades que le confieren en ese joven rebelde y espabilado que aparenta, y seguro seguirá acumulando escándalos y escenas propias de la vida más sonada, oscura y turbulenta de las grandes estrellas. Es fumador empedernido y sus excesos con el alcohol ya le han reportado algunos turbios capítulos en su vida privada. Incluso, le relacionan con otra de las estrellas femeninas más emergentes, como es Megan Fox, con la que se reencuentra en el rodaje de 'Transformers 2'.
A Shia le ha sonreído la suerte y no parece que vaya a renunciar a esa privilegiada oportunidad de triunfar en el cine. Por cierto, felicidades chaval.
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