Aunque cabe la posibilidad, nada remota, de que el lector de las futuras líneas de este texto piense lo contrario, lo cierto es que Mel Gibson es un hombre de cine (no sólo famoso intérprete, también director, productor, guionista…) que me interesa, y siempre me ha interesado, mucho. Sin embargo no por ello voy a caer en el simplismo de considerar intocable a este actor de 53 años, oriundo de Nueva York, pero que creció y se educó en Australia, hasta que tuvo la grandísima suerte de participar en la que quizá es la saga de Sci-Fi más importante de su país, la que tiene por protagonista a un tal Max, policía y mártir.
Demos un repaso a la irregular pero intensa y muy jugosa carrera de este hombre de extrema derecha (confeso), que comenzó de manera fulgurante una carrera, justo ahora hace treinta años, que le ha deparado gran fama, muchísimo dinero, odios irreconciliables, polémicas infantiloides, cierto prestigio inmerecido y cierta insidia a la hora de valorar su trabajo como actor, con toda seguridad la disciplina artística en la que mejor y de forma más solvente ha sabido desempeñar una profesión. Y es que aunque nunca hubiera dirigido una sola película, este hombre habría dejado su impronta en las realizaciones por él protagonizadas. Para bien o para mal…
Porque este actor tiene sus obsesiones, sus constantes. Eso no hay quien lo dude. Y de todas ellas la más importante, con toda probabilidad, sea su fervor religioso, que no tiene reparo en dejar bien claro en cuanto puede. Quizá por ello suele elegir personajes mártires, dolientes, sufrientes, que llevan una especie de cruz en su ánimo, la cual les impide continuar con su vida de forma normal, y les arroja a una existencia trágica. Tal sucede, ni más ni menos, con su primer protagonista, el ínclito Max, abnegado policía reconvertido en brutal vengador, que incluso sabrá prolongar su dolor más allá del apocalipsis mundial. Es decir, el colmo del sufrimiento. Y durante tres entregas, a las que supo aportar una gran ficisidad.
Y es que Gibson es pequeño, bastante bajito (1,75), pero sabe cómo hacerse un gran aliado de la cámara. Sabe seducirla y apropiarse del plano. Con sus ojos azules y su voz grave, pronto se convirtió en un actor carismático. Tanto como para convencer a otro gran director australiano, Peter Weir, y protagonizar una de sus mejores películas, la bélica ‘Gallipoli’, una densa y compleja historia de amistad, y uno de los primeros trabajos como actor de Gibson en los que, sin jugar a ser gran estrella, se adueñaba del ánimo del espectador casi sin proponérselo. Tanto iba creciendo este actor, una fiera de puro instinto, que aún bordó mejor su papel en la excelente ‘El año que vivimos peligrosamente’, de nuevo con Weir. Muchos veían en él, quizá en justicia, a un prometedor actor que comenzaba a dar muestras de un talento importante.
Quizá por eso enseguida le ofrecieron repetir el papel que Marlon Brando clavara en veintidós años antes en ‘The Bounty’, que resultó un rotundo fracaso comercial, a pesar de resultar un drama más que interesante, pero impersonal, teniendo en cuenta que el director era el siempre mediocre Roger Donaldson, otro australiano ansioso por hacerse un lugar en la industria estadounidense. Pero el final de la saga de Max también marcaba el final de la primera etapa del actor, y el arranque de la siguiente, que tendría lugar de manera inmejorable (al menos, desde un punto de vista popular), con la pimera parte de la interminable saga ‘Arma letal’.

Su Martin Riggs era una especie de Max (también había perdido a su mujer, también era un solitario guerrero) pero contemporáneo, urbano, menos tenebroso y más cool, más simpático. Antiguo miembro de los marines, veterano de la guerra de Vietnam, especie de poli indestructible, karateka y atormentado, esta fue su consagración rotunda como estrella del cine norteamericano, al que se amoldaba de manera arrolladora en los compulsivos últimos años ochenta y primeros noventa, cimentando un estrellato que tanto poder le dio para acometer la aventura de la dirección. Su complicidad total con Richard Donner (dicen que Gibson es capaz de hacerse amigo de cualquiera, por muy diferentes que sean sus ideas) le llevaría a protagonizar seis de sus películas, influenciando, a mi juicio negativamente, en la prometedora carrera de un director que apuntaba alto.
Negativa porque su alianza creativa, sobre todo en la progresivamente espantosa saga de ‘Arma letal’, condicionó la trayectoria de Donner, y lo hizo empujando sus decisiones hacia proyectos muy poco interesantes. La primera era bastante buena, dinámica y sorprendente, pero el resto son comedias malas, con una concepción absurda del cine de acción, y con un humor chabacano, estúpido, que, eso sí, les aseguraba una taquilla y una popularidad durante los años 90. Tanto es así que fracasos, merecidos, como los de la incomprensible ‘Tequila Sunrise’, o la imbécil ‘Air America’, apenas parecieron afectar a su imagen. Eso sí, el prometedor actor se había desvanecido, más centrado en su inmenso carisma, en su sonrisa y sus ojos azules.
Pero claro, el actor tenía ambición, y se propuso un valiente, aunque fallido, intento de ‘Hamlet’, encontrando a Franco Zeffirelli como cómplice del error. Su príncipe danés fue insípido y epidérmico, pero mejoró en dicción y comenzó a conocer sus límites. Comenzó también a emerger su afilado olfato comercial. Y con su Hamlet reincidía en esos mártires sufrientes, que también serían los protagonistas de sus dos primeras películas como director. Tanto el Justin McLeod de ‘El hombre sin rostro’ como el William Wallace de ‘Braveheart’ tienen mucho de su gran héroe, el mártir Jesucristo. Tanto en su sufrimiento físico (a Gibson le encanta aparecer desfigurado o maltratado en sus películas), como en su tragedia interior. No es una casualidad ver a William Wallace, antes de ser ajusticiado, amarrado a una cruz, y humillado por los ingleses.
Sin embargo no es esa la única obsesión que nubla su carrera (coronada por su deleznable, espantosa Pasión…), también la que da nombre (de manera tan maliciosa) a este post, pues los perros, los que acompañan a sus personajes, son constantes y con gran presencia en sus películas. Basta pensar en ese perro que le acompaña para empezar en ‘Mad Max II’, al que protege siempre por encima de otras personas, y el cual no duda en sacrificarse para brindarle un respiro al borde de la muerte. Pero también hay un perro al que salva en la irregular ‘Payback’ (en la que hizo de émulo, esta vez, de Lee Marvin, y no lo hizo nada mal). Aunque la cima la alcanzó en la escena de ‘Arma letal 3’ en la que, imitando a una perra, seducía a un temible perro guardián.
Porque no hay duda de que Mel Gibson tiene más simpatía a los animales (véase su relación con su montura en la flojísima ‘Maverick’) que a los homosexuales, por ejemplo. Y es que en sus creencias homófobas (recuerdo aquella entrevista en la que dijo que el culo sólo servía para sentarse) y reaccionarias (recuerdo también aquella vergonzosa escena bélica de la infumable ‘El patriota’, peleando mientras sujeta una enorme bandera norteamericana), Gibson termina por resultar hasta cómico, de lo cuadriculado y absurdo que puede llegar a ser. Paradójico, también, con esa obsesión por enseñar su culo, solo o en compañía, como en la famosa escena de la tosca ‘Braveheart’, película en la que sin duda sorprendió por su competente sentido del espectáculo, pero en la que fracasó por la recreación histórica, por el dibujo de los personajes y por la dispersión de un guión ajeno por completo a la coherencia y sometido a sus ínfulas de estrella.

En la presente década su carrera como actor ha declinado (irremisiblemente, así como su físico, y es que el tiempo no perdona para los guaperas), pero también ha conocido éxitos de público, como en la magnífca ‘Signs’, del esencial (para el cine norteamericano contemporáneo) M. Night Shyamalan, y como director, en la paupérrima pero morbosa ‘La pasión del Cristo’, con la que cristalizó todas sus ideas religiosas y su talante anti-judío (del que no se averguenza, y del que incluso presume mientras la policía le detiene ebrio en la autopista, un año después). En ‘Signs’ de nuevo su intensa religiosidad y la presencia de los perros se fundían en el que quizá sea su mejor trabajo interpretativo, el más maduro y contenido, el más creíble y con menos ínfulas de superestrella.
Ahora está espaciando mucho más sus trabajos como actor, y quién sabe cuándo volverá a dirigir. Sus dos mejores películas, ‘El hombre sin rostro’ (una sensible historia de amistad), y ‘Apocalypto’ (una más que digna película de aventuras) ahí han quedado como muestra del talento de un director que conoce el medio y sabe expresarse con imágenes, y que cuando se olvida de querer lucirse en un vehículo de autopromoción, como en ‘Braveheart’, o de imponer sus propias ideas sobre el misticismo, como en ‘La pasión del Cristo’, logra imágenes razonablemente interesantes. Y ahí ha quedado la carrera como actor de un intérprete instintivo, limitado pero inteligente, que cuando no pretende reescribir heridas patrióticas (como en la deleznable ‘Cuando éramos soldados’) o machistas (como en la insoportable ‘Lo que piensan las mujeres’) tiene un innegable magnetismo en la pantalla.
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Adrián Massanet
pedrokan, eso es mucho decir. No os importará a algunos. A otros créeme que sí nos importa. Ahora bien, estoy de acuerdo en que en un melodrama romántico como 'Braveheart', pues no es lo más importante.
hemp
Ferreiro, coño, ¿no crees que, como los escritores pretenciosos, abusas de los adjetivos?
eluyeni
De todo el catálogo de obviedades y opiniones que ha vertido el autor del post, me quedo con una evidencia que siempre me había llamado la atención: que a Gibson le va la marcha y en multitud de películas suyas su personaje o es torturado, o padece gran dolor físico. No lo había relacionado con su fervor religioso, y me pregunto si es coincidencia o es que esos "toques" al personaje se los escriben o los exige él.
eluyeni
'Payback' es la caña (por cierto, otra tortura tremenda para el bueno de Mel), pero comparada con el original pierde un poco. Lo que sí que tiene es una banda sonora estupenda de Chris Boardman, como el cañero tema central con el que se abre el film, con el que te da ganas de coger el coche, el 45 e ir a buscar gresca.
Salu2 ;)
(P.D: Por cierto, THE ROCK, saludos. Ya veo que vuelves en tu línea XD).
agege
1,75 no es "bastante bajito"; como mucho "algo inferior a la media".
Sobre el artículo... vas a recibir por todos lados (sobre todo por "Braveheart"), señor Ferreiro.
Adrián Massanet
agege, no me llames señor, hombre...tengo canas, pero me quedan bien.
En cuanto a 'Braveheart', me parece bien que cada cual diga lo que piensa. En mi opinión es una película con cosas buenas, pero ni mucho menos el peliculón que muchos quieren que sea.
Saludos!
Adrián Massanet
meloko, no te entiendo... Primero dices que no deberíamos hablar nada más que de cine. Y luego das información sobre la vida privada de Gibson. ¿?¿?
340494
Muy bien Gabriel, aunque hablando de cine debemos dejar a un lado lo referente a sus ideas personales sobre religión, homosexualidad y tal.
Para mí sigue siendo un actor algo mejor que mediocre, que podría haber sido mucho mejor actor si no se hubiera dejado engatusar por los cantos de sirena...
PD: Y por cierto, gracias por animarme el día, yo mido 1,63 lo cual me deja al borde de enanismo según tu artículo... :P
Adrián Massanet
Drasius, yo no odio a Gibson, no sé de dónde lo sacas. Ahora bien, me parece que no se pueden obviar sus creencias, pues impregnan toda su labor creativa.
Moutache, cuando me quedo corto porque me quedo corto, cuando me paso porque me paso...
340494
Bueno, en mi ignorancia os pregunto a esos que decís lo de que a los de izquierdas no se les dice nada... Decidme una película en la que se refleje claramente una ideología de izquierdas, no sé, es que repasando la filmo de Sarandon o Robbins no se me vienen muchas a la cabeza...
A mi entender, por ejemplo, "Pena de muerte" (en la que salen dos "rojazos", Penn y Sarandon) no es una película izquierdista para nada. Como mucho es una película que llega a plantear como debate de fondo la idoneidad o no de la pena de muerte en una sociedad moderna... pero no se podría decir que esta es una postura izquierdista a mi entender.
Bueno, nombrad pelis, por favor.
Y por otra parte, Gabriel Ferreiro, los bajitos de este foro exigimos una disculpa pública YA... :P
Salud!
340494
Y otra cosa que olvidaba, la Pasión de Gibson a mi me parece una película pornográfica y como el 99,9% de ellas una puta mierda, si me permitís la expresión.
¡Salud!
340494
Bueno KENT, es tu manera de verlo, pero te recuerdo que en la prensa escrita es justamente al contrario.
Y aparte de esos canales que nombras hay miles más y muchos, la mayoría, de derechas.
Todo esto es una tontería, ya que los medios de comunicación deberían hacer su función, comunicar, y olvidarse de esa prostitución actual hacia unas u otras corrientes políticas. Dan asco todos, la verdad.
PD: Y ya que la cosa está derivando hacía temas políticos, sería bueno que el moderador interviniera y llamara al orden...
340494
Jejeje, bueno danielices, a estas alturas ya deberías saber que el término "pornografía" no se refiere única y exclusivamente al sexo explícito.
Además, yo no he afirmado que las de Gibson sean de derechas, lo han insinuado otros, pero no yo.
Y respiro por la nariz, XD
Sin acritud!!!
340494
Bueno danielices, mi país es España y creo que interesadamente te olvidas de: El Mundo, La Razón, ABC... y más.
Pero mirad, dejémonos ya de izquierdas y derechas, el cine es cine, es una fuerza que debe unirnos en lugar de separarnos. Dejemos a un lado la política que todo lo corrompe, hasta el buen rollo de este blog.
340494
Muy elegante danielices, gracias. Espero que coincidamos en otros comentarios de este nuestro querido blogdecine.
¡Salud!
340494
¿Seguro pedrokan?
A ver si entre todos vamos dejando ya el tema político que aquí no pinta nada y seguimos charlando sobre cine como siempre hacemos.
¡Salud!
Adrián Massanet
No lo sé, Roland, pero creo que eres de los pocos...
Alastair
#24. No estoy de acuerdo, no creo que a Sean Penn y a otros como el tándem Sarandon-Robbins se les tenga tan en cuenta su afinidad al otro extremo. Parece ser que ser afín a la derecha (Willis-Schwarzenegger-Heston-Gibson) da muchísimo más que hablar que los actores que son demócratas (que son la gran mayoría). Dejando a un lado sus capacidades como actor y su vida personal, Gibson me parece un más que buen director.
wymelev
Y conspiracion no la nombra nadie¿? ahi tambien le dan una buena a Mel, y si no fuera por el petardo de Julia Roberts la veria mas a menudo. A mi Maverick no me gustó porque no era fiel a la historia...WTF? Ahora hablando en serio, maverick es divertida. Si no fuera por la puta prensa rosa, nadie sabria practicamente de que pie cojea el bueno de Mel, ese es el cancer de esta sociedad.Dejemos que cada uno sea libre en sus pensamientos mientras no hagan daño a nadie ( cosa que Mel por muy asi que sea no ha matado a nadie aun ), porque como dijo "aquel", no juzgueis si no quereis ser juzgados. Saludos!
Entrambosmares
Pido q Ferreiro haga una entrada sobre Spike Lee sin menciones a su color de piel ni a sus opiniones como persona!. A ver si así contenta de una vez a sus detractores. Q a Gibson sí le condiciona en su profesión sus opiniones lo dice hasta el propio Gibson, y actúa en consecuencia (literal). Si toda la pubilicidad de La pasión de Cristo giró en torno a ello. No hay q ir contra el crítico. Pero... eso sí, Ferreiro, eso no te lo perdono. Los q medimos 1,69 estamos en la media, de bajitos nada. Ah, y Gibson... Mediocre tirando a malo. Es una pena lo q ocurrió con muchas estrellas del cine en los 80/90, q como su sola presencia llenaba taquillas elegían guiones fáciles, películas poco comprometidas (entendido como riesgo en la interpretación) y evitando duelos con secundiarios de peso. Ahora tienen mucho dinero, y pasarán a la historia como grandes actores, pero dando un repaso a su carrera te das cuenta de q lo fueron es afortunados por estar ahí en el momento oportuno.
Saludos,
Jon Nieve
Gabriel tu siempre has defendido la libertad de opinión, no en vano tu crítica de Watchmen y demás artículos han estado siempre rodeados de polémica, sin embargo aquí te metes con el pobre Mel por defender sus ideas (machista, ultracatólico, antisemita, homófobo... no son valores que yo defendería por supuesto) en el cine, donde quien las quiera escuchar y dejarse convencer puede ir a ver la película y quien no quiera, tan sólo tiene que dejar de verla. Por lo menos es un tío honesto que no engaña a nadie, quien quiera seguirlo bien y quien no... pues eso, no pagan la entrada y punto. No es que lo defienda por sus ideas que para nada comparto, simplemente veo bien que se muestre tal como es. Como bien dices, siempre deja su impronta en sus producciones para bien o para mal, y a mi juicio es un valor positivo. Por cierto Braveheart es un peliculón, ¿por qué? pues porque hace disfrutar al público como enanos y claro, yo, con 10 añitos que tenía cuando la vi por primera vez, pues llorando a moco tendido cuando cuando el tío va y grita "libertaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaad" y le cortan la cabeza al pobret. Las películas con las que creces siempre son inolvidables, por eso se me hace imposible hablar objetivamente sobre ella. Un peliculón :-)
danielices
¿Podría algún otro redactor de blogdecine escribir un artículo sobre Mel Gibson que no esté basado en los episodios de South Park que hicieron sobre él?. ¿Alguien en esa redacción sabe escribir de cine sin prejuicios ideológicos? Que asquito de país...
danielices
Hitchcok padecía un terrible complejo de Edipo y todas sus biografías relatan su obsesión sexual por las jovencitas rubias. ¿Es "Encadenados" (por poner un ejemplo) la obra de un obseso sexual o de un genio del cine?. Cinematográficamente es una película perfecta, maravillosa... para valorarla no procede hablar de los defectos de su director como persona, son dos cosas diferentes. No pretendo comparar al maestro Hitchcok con el flojo Gibson como cineastas, pero... bueno, ya sabeis lo que quiero decir. ¿Porque no abrís una nueva página que se llame "blogdetrapicheos.com" para este tipo de artículos?. Solo es una idea...
golo
A mí me gusta casi todo lo que ha hecho este hombre. No he visto todas sus películas pero las que he visto me gustan incluso me gustan bastante aunque desde que sé que es todo lo que es mis prejuicios en su contra me alejan de su cine. A ver si cuando yo sea algo más mayor y maduro me puedo enfrentar a esos prejuicios y ver alguna más de sus películas.
danielices
Logas, gracias por tu respuesta, y yo te respondo que claro, todas las películas van "cargadas" de la ideología de su creador, faltaría más. Lo que os molesta (a los que os molesta) es que a veces no sea vuestra ideología. A mí me da igual que el trasfondo ideológico de una película sea de izquierdas o de derechas mientras me cuente una historia interesante (a ser posible apasionante) , bien contada, bien dirigida, y el trasfondo ideológico lo compartiré o no, pero la única obligación de la película es entretenerme o al menos interesarme, nada más.
John Ford era un misógino republicano de derecha extrema alcohólico y nosecuantas cosas más, y eso se refleja en toda su obra... ¿Y a quien cojones le importa? Es uno de los mejores directores que ha dado el cine, todas sus películas exudan pasión, inteligencia y poesía. Estoy seguro de que, aunque no compartas su ideología, tú también eres capaz de apreciar su trabajo. Te repito (porque en mi anterior mensaje no me has entendido): hay que separar las dos cosas.
drymartini
A mí, la verdad que la ideología o la altura de un actor o de un director me importa bien poco. Gibson ha sido bastante mediocre en casi todo lo que ha hecho a ambos lados de la cámara. ¿Rostro enigmático? No creo. Rostro famoso que asegura (a priori) entretenimiento. Nada más.
'Señales' me encantó, hacen una pareja perfecta él y Joaquin Phoenix. Y como director 'Braveheart' y 'Apocalypto', son entretenidísimas. Cine de acción del que hace falta y no el de Michael Bay (le tengo cruzado al tío).
Moutache
Yo soy un apasionado de la historia pero aparco mis filias cuando voy a ver una película historica. Sobretodo porque en casi ningún caso ha habido un rigor profundo sobre el contexto y también porque es lo que menos me importa, sinceramente. Personalmente me encantan películas como gladiator que, utilizan un contexto real en beneficio a una historia ficticia (¿acaso no se hace con todas las películas? ¿por qué deberia ser diferente con las "Historicas"?) pero que traducen en imágenes todos esos valores tan profundos como el honor, el sacrificio y demás. Braveheart es una analogía más de la historia del martir... el martir presente en todas las creencias humanas, no solo en la judeocristiana y en casi toda la literatura clásica.
Eso de que Mel Gibson sea antisemita creo que es polemizar gratuitamente, ¿lo ha declarado con estas palabras? (pregunto eh, que no lo se) a mi me da la sensación de que, como muchos estudiosos esotéricos (al fin y al cabo los masones dedican gran parte a ello y él es uno declarado) veneran el conocimiento que han abarcado los judíos en sus escrituras como la kabala pero igualmente les tienen cierta desaprensión por su naturaleza desconfiada y totalmente cerrada (aparte de que culpe directamente a los judios de la muerte de Jesús, cosa que no esta para nada esclarecida).
En fin, me ha parecido un articulo algo descafeinado... esperaba más contundencia y argumentos viniendo de ti.
PD: Signs me parece abominable y medir 1,75 no es ser bajito no jodamos!! es una estatura apolínea como yo.
Drasius
Veo que Gabriel y yo no tenemos la misma definición de lo que es buen cine y lo peor es su odio hacia Gibson, ya que cualquiera que lea el articulo se dará cuenta que Gabriel no es capaz de separar la faceta artística de Mel con la personal(su manera de pensar, su religión,etc).Con esto ya me demuestra su falta de objetividad.Yo lo único que analizo son sus películas y me llama la atención que a mi parecer Gibson es mejor director que actor,pero esa es mi humilde opinión. Tengo que decir que yo no soy ni creyente,ni ateo,ni religioso ni todo lo que podáis asociar a ese concepto.Supongo que por ello tengo las miras mas abiertas y debo ser el único en la faz de la tierra al que le gusta la realización de "la pasión de cristo", otra cosa es que sirva para algo haber hecho esa película. un saludo
Moutache
jajajajajaja es el dilema del comunicador... aunque no debería preocuparte demasiado. A mi personalmente me gusta que seas contundente y tajante con tu opinión y que algunas veces te pases el "protocolo" por donde acaba la espalda. Ningún problema, solo que a este post le ha faltado la profundidad que otros, parece como si hubieras querido acabar pronto. Mel Gibson da para algo más que para un par de cachetadas.
danielices
Que razón tienes Alastair, cuando Susan Sarandon y compañía hacen sus películas en las que reflejan su ideología de izquierdas, solo se valora la calidad de la película, pero si es un actor o director de derechas el que hace la película, se critica el que refleje su ideología. Distintas varas de medir, como siempre.