Me han llamado profundamente la atención las palabras del actor Dustin Hoffman, a raíz de su paso por nuestro país como parte de la promoción de 'Kung Fu Panda', en la que presta su voz. Resulta que el septuagenario actor proclama que ya no existen verdaderos maestros de interpretación, que los actores de antes (los de su generación, la de los 70) tenían un oficio, procedían del teatro, y aprendían de profesores tan reputados como Lee Strasberg, fundador del mítico Actor's Studio. Y afirma que ya no hay actores capaces de hacer un repertorio de Shakespeare.
Sin querer ahondar en este supuesto alegato crítico contra las nuevas generaciones de actores jóvenes que ha soltado Dustin Hoffman, que considera (negativo) que los intérpretes de hoy se forjan en el mundo de la televisión en vez de en buenas escuelas de actores, me da la impresión que el veterano actor se encuentra algo desubicado.
Al menos en cuanto a su nostálgica percepción de la contemporaneidad cinematográfica. Quizás sea cierto, como premisa lo acepto, pero en el fondo se equivoca, porque no asume que los tiempos cambian, y aunque pueda compartir esa visión clasicista de que tiempos pasados fueron mejores, sobre todo en lo concerniente a las estrellas de su generación (Al Pacino, Robert De Niro,...), es fácil caer en el demagógica afirmación de que los actores jóvenes actuales no valen (él puntualiza que los hay muy buenos), no están hechos de la misma materia y no poseen la formación adecuada (y sólo porque no tengan la misma que él obtuvo). Sin duda las tablas del escenario teatral y los textos dramáticos son un buen campo de aprendizaje y maduración para un actor, pero no el único. Quizás en los años 60 y 70 no había suficiente impulso para que un intérprete llegase al estrellato partiendo de la televisión, y las escuelas dramáticas estaban atestadas, pero hoy en día (y desde los 80 viene sucediendo) las series de televisión hacen la labor de ojeadoras de buenos actores y futuras estrellas (y las academias de actores siguen repletas). Esta labor de reclutación le viene bien a Hollywood, más preocupado de amortizar cada dólar invertido en superproducciones. Pero, no se puede negar que hoy día la televisión es una plataforma fundamental para las nuevas generaciones de actores.
Y, paradójicamente, la televisión está salvando del olvido a muchos actores para los que no hay hueco en el cine actual, y que encuentran un bálsamo donde recuperar el prestigio labrado con anterioridad.
Dustin está de vuelta, es un veterano actor con una notable filmografía y una buena acumulación de importantes premios, pero creo que su punto de vista viene más provocado por encontrarse, precisamente, en una situación complicada. Una situación de actor desfasado (más por la edad que por su valía), para el que no abundan los buenos papeles de antaño. Él, lo reconoce abiertamente, en otra de sus jugosas declaraciones:
En general, ya solo se escriben papeles importantes para actores de 20, 30 y 40 años, salvo que uno sea Sean Connery o Harrison Ford.
Quizás, por ello, acaba prestando su voz (en España nos la perderemos, ya que será sustituida por la de Florentino Fernández), en una cinta de animación, a un mapache canoso (Shifu, mezcla del maestro Yoda y del profesor Miyagi, según cuentan, pronto lo descubriremos), que da sabias lecciones a su pupilo. ¿Le estará pasando lo mismo que a De Niro y a Pacino?
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