Steven Seagal ha liquidado a multitud de personajes a lo largo de sus casi 40 años como actor, pero hubo un momento en el que sufrió una crisis espiritual y decidió que no quería volver a matar a nadie en pantalla. Una situación compleja, que lo fue aún más porque pasó a punto de empezar a rodar 'Glimmer Man'.
Todos sabéis ya que Seagal acabó cargándose muchos personajes en esa película, pero lo que quizá desconozcáis es que fue el actor Stephen Tobolowsky quien logró que el protagonista de 'En tierra peligrosa' cambiase de idea el primer día de rodaje. Si os acordáis de 'Glimmer Man', Tobolowsky da vida a un asesino en serie, algo que decidió usar a su favor para convencer a Seagal.
La charla con Seagal
Según recuerda el propio Tobolowsky, el director John Gray le dijo que no hablase con Seagal para evitar que la situación se complicase todavía más. Sin embargo, Tobolowsky dio un giro inesperado a la situación cuando respondió lo siguiente a Seagal:
"Este caso es una excepción. Pienso en mi vida como asesino en serie y siento que estoy atrapado en este alma rota que habito. Me ayudaría de verdad en lo referente al desarrollo de mi reencarnación, si pudieras matarme. Entonces podría dejar este cuerpo y trascender a una vida, en un cuerpo mejor. En realidad me estarías ayudando."
Esa respuesta pilló por sorpresa al protagonista de 'Por encima de la ley', quien planteó entonces a Tobolowsky si así le "estaría echando una mano", lo que el segundo no dudó en aprovechar para comentarle que "estarías ayudando a todo el mundo. Estarías eliminando el mal del mundo. A mí me darías una nueva oportunidad en la vida, en algún momento de un futuro cercano".
Tobolowsky recuerda que Seagal le dijo entonces que "nunca lo había pensado de esa forma. Vale, te mataré en esta escena". Eso sí, el "final feliz" estuvo a punto de estropearse en el último momento, ya que Seagal empezó a improvisar momentos en los que señalaba lo contento que estaba de no haberse cargado a ese personaje cuando la escena ya estaba rodada y era evidente que el personaje moría.
Eso obligó a que Tobolowsky volviese dos meses después al set para grabar una línea en la que decía "Remátame, hijo de puta. No me dejes así, mátame" para dar la sensación de que cuando se caía muerto por el disparo que recibe en el pecho, en realidad sigue vivo. Al verlo, Keenen Ivory Wayans, coprotagonista de 'Glimmer Man', afirmó que así la película pasaba a ser una comedia. Por suerte, tan lamentable debió parecerle a sus responsables que esa solución de última hora acabó descartándose del montaje final.
Pese a que es una de sus películas más populares, 'Glimmer Man' acabó siendo un sonado fracaso comercial -tuvo unos ingresos mundiales de 39 millones de dólares cuando había costado 45 millones- y la carrera de Seagal en la primera línea de Hollywood pronto llegó a su fin.
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