De alguien que rogó a Francis Ford Coppola que le metiera en una película suya, aunque fuera de extra, hay que creerle el amor por el cine
Uno de los mayores males del cinéfilo más novato (o menos lógico) es creer que nadie más es capaz de entender el cine como él. Sentirse como un ente superior por haber visto 'Avaricia' o jactarse de entender el cine de David Lynch ante cualquiera que quiera escuchar las bravuconadas menos interesantes del mundo. Por eso, cuando una estrella como Tom Cruise dice que ama el cine, debe ser el primero en saltar a la yugular y decir, dentro del ataque al ego más absurdo y fútil posible, que Tom Cruise no tiene ni idea y solo es un postureta del cine. Si el actor tuviera una cuenta de Twitter llamada arroba muchocineatope e hiciera hilos sobre 'Los Goonies' pues otro gallo nos cantaría, claro.
Tom Cruise, cinéfilo de profesión
"Así he vivido mi vida: nunca he llegado tarde a un rodaje. Hago películas en las que creo. Me siento privilegiado de poder trabajar en lo que amo", decía Tom Cruise en 2012, después de haber pasado la peor etapa de su carrera. Y no son palabras vacías: según ha contado más de una vez, para él volver a ver escenas de películas es como para otros escuchar su música favorita. Simplemente las ve y analiza cómo se hicieron para coger ideas.
Cuando se lo explicaba a Jimmy Kimmel puso un ejemplo convencional ('El padrino') y otro no tanto (el monólogo inicial de 'El precio del triunfo'). Por mucho que suela negarse a enumerar sus películas favoritas, hay algo en la pureza de sus palabras que deja claro que dista mucho de ser el fraude que algunos están deseando que sea ("Es duro porque no sé cuál elegir, hay tantas... Iría hasta los tiempos de Buster Keaton y Charlie Chaplin. Simplemente amo las películas", le decía al presentador).
No en vano basó el inicio de su carrera en trabajar con sus ídolos, aunque eso significara aceptar papeles pequeños. Cuando después de su interesante papel en 'Taps' sus agentes trataron de convertirle en una estrella adolescente más con bodrios como 'Ir a perderlo... y perderse' o 'La clave del éxito', fue él quien cortó el grifo, tanto de este cine como de la oleada de papeles de psicópatas que le llegaban: quería hacer guiones que tuvieran algo que decir, trabajar con personas como Francis Ford Coppola, Ridley Scott, Martin Scorsese, Barry Levinson u Oliver Stone. Para finales de los 80, ya lo había conseguido. Y no es solo casualidad ni ambición desmedida: es cinefilia pura y dura.
El sueño de un cinéfilo
Tom Cruise podría haber escogido el camino fácil: ganar un buen dinero convirtiéndose en la estrella adolescente de turno, hacer solo películas como 'Cocktail' y llevarse un dinero bien ganado. Sin embargo, jamás quiso renunciar a trabajar con todos sus ídolos, aunque dañara su imagen pública. ¿Quién en su sano juicio aceptaría los papeles desagradables y complejos de 'Magnolia' o 'Eyes wide shut' en la cima de su carrera pudiendo centrarse en hacer blockbuster tras blockbuster? Yo os lo digo: alguien que ama el cine hasta sus últimas consecuencias y no puede resistirse a trabajar con Stanley Kubrick y Paul Thomas Anderson aunque para ello tenga que atrasar otra nueva 'Misión Imposible'.
Y entiendo, de verdad, que siempre parece muy vago al hablar de cine, nunca concreta. "Es difícil decidir mi película favorita porque básicamente puedo mirar toda mi vida en referencia a las películas que he visto. ¿Nombrar solo una?", se prefuntaba en 2018, "Drama. Comedia. Eso es lo que amo. Amo la experiencia de ir al cine. Prefiero verlas rodeado de público". Parece como si no hubiera visto una película en toda su vida, y vídeos grabados con la intensidad del "Back to the movies!" o el famoso "I love my popcorn. Movies, popcorn" no ayudan.
Incluso no fue capaz de mojarse con Barbenheimer, diciendo que prefería ver una y luego otra, por supuesto, rodeado de público. "Solía planear esos días donde empiezas muy pronto por la mañana y vas al cine todo el día, y me encanta hacerlo, ir de una sala a otra". Su falta de concreción es alarmante, pero, si su carrera no es suficientemente significativa de su amor por el cine ("Estudié sus películas, esa fue mi educación, sabía de cine antes de empezar a trabajar en él"), sí sabemos algunas películas concretas que ama, como por ejemplo todo el cine de Stanley Kubrick. Pero claro. No es suficiente.
Más cine, por favor
Tom Cruise tiene un problema: quiere ser tan encantador y tan sonriente, agradando a todo el mundo, que tiene miedo de que poner como favorita una película por encima de otra pueda causar malestar en Hollywood. Al fin y al cabo nunca se sabe con quién puede llegar a trabajar. Vamos, que su pecado es la inconcreción. Pero una persona tan apasionada por lo que hace (al nivel en el que está, por mucho que Christopher McQuarrie o quien toque esté tras las cámaras, todos sabemos cómo es es una película del productor y actor) no llega donde está por pura suerte o casualidad. Con todas las cartas marcadas, era difícil solidificar lo que hace. Y lo ha hecho por puro amor al cine.
¿Creéis de verdad que la insistencia de hacer sus propias escenas de acción, por arriesgadas que sean, existirían sin Buster Keaton o Harold Lloyd? En 'Misión Imposible: Sentencia Mortal, parte 1' hay más de 'El hombre mosca' o 'El héroe del río' que de cualquier película de acción contemporánea, y se nota. Hay un fondo, una composición de planos y una comedia que se aleja de la narrativa del videojuego y se acerca al cine que vio en su infancia y le sigue apasionando a día de hoy.
Por supuesto, podéis creer lo que queráis. Nadie os impide creer que no ha visto ni una película a pesar de que después de 'Taps' rechazara todos los papeles de cine de terror que le ofrecieron para acercarse en su lugar al director de 'El padrino' y 'Apocalypse now' para rogarle una frase, contra todos los consejos de los agentes de la época ("Mira, no me importa qué papel me des, solo quiero trabajar contigo", le dijo).
¿Prefieres pensar que no sabe nada de cine alguien que trataba con tanto respeto a sus ídolos que durante varias semanas de rodaje llamaba "Mister Newman" y "Mister Scorsese" a sus compañeros de viaje en 'El color del dinero' hasta que le llamaron la atención? ¿O el que llamó por teléfono a Paul Thomas Anderson justo después de ver 'Boogie nights' solo para conocerle? Puedes, por supuesto, pero si su cinefilia es una cortina de humo, la verdad es que lleva décadas haciéndolo estupendamente.
Es cierto que de un tiempo a esta parte se ha escudado en las películas de acción, lo que le funcionó después de su crisis de identidad con el sofá de Oprah y el amor por Katie Holmes que desencadenó el odio de Hollywood, pero no cabe duda de que tarde o temprano volverá a ser dirigido por uno de los grandes. Y entonces, por fin, cumplirá el sueño de su vida: alzarse con el Óscar y que todo el mundo pueda ver, de una vez por todas, que no solo es la figura más importante de la historia moderna de Hollywood, sino que ha hecho del cine toda su vida. Y no hay mayor cinefilia que eso.
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