Soy de los que defienden la idea de que el mundo hiperconectado en el que vivimos no difiere tanto del de hace unas tres décadas, cuando internet empezaba a dar sus primeros coletazos y los modems de 56k hacían un ruido horripilante cada vez que intentábamos conectarnos. Las bases que lo mueven siguen siendo las mismas, pero sus habitantes tienen una herramienta idónea para hacer más ruido que nunca.
La problemática del antifaz
Un buen ejemplo de ello, si nos ceñimos al mundo de las adaptaciones cinematográficas y a las grandes franquicias, es el tema de las elecciones de intérpretes para dar vida en la gran pantalla a personajes icónicos del mundo del cómic. Estamos acostumbrados a campañas absurdas en Change.org pidiendo a una productora que rectifique un fichaje, pero lo del fandom enfurecido por un "mal casting" se remonta a mucho antes del Joker de Heath Ledger y la protesta a golpe de click.
Si retrocedemos a finales de los 80, el elefante superheróico en la habitación no fue otro que el 'Batman' de Tim Burton. Cuando la gente de Warner comenzó a buscar a su nuevo Cruzado enmascarado, la lista de nombres que optaron a vestir el manto del murciélago incluyó a celebridades de la talla de Mel Gibson, Pierce Brosnan o un Bill Murray que acababa de poner patas arriba Hollywood con su trabajo en 'Los Cazafantasmas'.
Finalmente, fue el productor Jon Peters el que puso punto y final a la búsqueda cuando sugirió a Burton el nombre de Michael Keaton, quien se convirtió en la opción principal para el director y que, tras su respuesta afirmativa, terminó convirtiéndose en el Hombre murciélago de Gotham. Una decisión que cabreó sobremanera a los "fans" del personaje de DC, que no tardaron en hacérselo saber al estudio.
Los buzones de Warner Bros. fueron desbordados por más de 50.000 cartas de personas ofendidas, el fandom protestaba en convenciones rompiendo material promocional de la película... ¿Quién era Keaton, un actor de comedia con pocos créditos memorables más allá de 'Bitelchús', para medirse a Jack Nicholson en pantalla y encarnar al mismísimo Bruce Wayne en un largometraje?
La situación, que hizo incluso que las acciones de la compañía bajasen, hizo que Tim Burton se abriese a probar a más actores, pero una idea continuaba rondando su cabeza. Así lo cuenta en su libro 'Burton on Burton'.
"En mi mente continuaba leyendo críticas que decían, 'Jack es genial, pero el desconocido como Batman no tiene nada de especial'. Ví a un millón de personajes y lo único que se me seguía pasando por la cabeza cuando veía a esos héroes de acción y aventuras llegar a mi oficina era, 'No puedo verles poniéndose un bat-traje. No puedo'. Veía a esos machotes enormes, y después pensaba en ellos con orejas puntiagudas, y pensaba, '¿Por qué este macho al estilo Schwarzenegger se disfrazaría de murciélago, por el amor de Dios?'".
"Un murciélago es algo salvaje. Había trabajado antes con Michael así que creía que sería perfecto, porque tiene esa mirada en sus ojos. Está en 'Bitelchús'. Es ese tío al que podrías verle poniéndose el bat-traje; lo hace porque lo necesita, porque no es este macho-man gigantesco. Todo gira en torno a la transformación. Después, todo empezó a cobrar sentido. De repente, todo hizo click. Podía ver las orejas puntiagudas, la imagen yt la psicología cobraron sentido. Hablar con Michael y convertirle en Batman sólo subrayó todo el asunto de la doble personalidad, que es realmente de lo que trata la película".
Finalmente, Keaton terminó haciendo una auténtica exhibición de carisma y buen hacer vistiendo la capucha del justiciero de Gotham, convirtiendo a su versión de Batman en un icono pop que, además de cerrar unas cuantas bocas que se calentaron antes de tiempo, ha trascendido hasta nuestros días; ya que en 2022 y 2023 podremos volver a disfrutar de su talento como superhéroe en 'Batgirl' y 'The Flash'. El tiempo pone todo en su sitio, o eso dicen.
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