Extasiado. Así vengo de una sala que, a pesar de proyectar la película a las cuatro de la tarde con cuarenta grados en la calle, estaba abarrotada por ver, no digo ya una de las películas del año, sino uno de los fenómenos de este 2008. Tantos meses con pósters, trailers, nuevos pósters, nuevos tráilers, nuevos pósters, nuevos tráilers, los primeros minutos de la película filtrados, para crear una expectación sin límites en la campaña de promoción de mayor envergadura que jamás he visto para un film. En España hemos sido los últimos. Se estrenó en EEUU el 18 de julio, y nosotros sólo hemos podido ver cómo en IMDB se ha alzado en el puesto #1 el ránking de las 250 mejores películas, y las dos páginas web de crítica de cine más tenidas en cuenta en el mundo, Metacritic y Rotten Tomatoes, le han endosado una calificación de 82/100 y 94/100, respectivamente. En Filmaffinity, mientras tanto, se mantiene con un 8,5/10.
'El Caballero Oscuro' es la continuación de 'Batman Begins', la elegante e inspirada reinvención de Batman, un personaje de DC Comics que desde siempre ha tenido la simpatía general porque es como un superhéroe sin superpoderes. Bruce Wayne es un multimillonario huérfano que decide poner su potentísimo acceso a la última tecnología y su impecable instrucción en artes marciales al servicio de la ciudad de Gotham, donde la mafia anda como Pedro por su casa, y el caos se adueña entre una ciudadanía determinada por el miedo y la incertidumbre.
Christopher Nolan, director y guionista (junto a su hermano Jonathan y David S. Goyer) de la película, ha puesto toda la carne en el asador, y ha ido mucho más allá de lo que cualquiera podría pensar. Todo en 'El Caballero Oscuro' es acierto, y mejora con creces a 'Batman Begins'. Porque es fiel en su espíritu, pero todo está matizado, porque se han contemplado con minuciosidad todas las vueltas de tuerca que se podían dar. Lo más importante de todo: 'El Caballero Oscuro' no es una película de superhéroes. Repito: NO ES una película de superhéroes. Si lo fuera, este film se limitaría a describir una hagiografía del hombre murciélago. Sería protagonista absoluto, claramente superior en cuanto a inteligencia, fuerza y moral respecto a todos los demás personajes que pueblan por la decadente Gotham. Y claramente no lo es. Es un individuo claramente bipolar, un espectador más en los engranajes que mueven la sociedad. Y en este contexto aparece el Joker, un psicópata anónimo que no tiene miedo, y que con su actitud trangresora piensa convertir en terror la recatada decadencia de Gotham.
Además, Nolan ha demostrado que es totalmente consciente de que el guión es absolutamente fundamental para sacar adelante una película que, hay que decirlo, dura dos horas y media y no aburre jamás. El guión es sencillamente perfecto, y se nota la presencia de un argumento esmerado incluso en las escenas de acción, que son abundantes, y en todo momento abruman a un espectador que no encuentra nunca un respiro entre tanta calidad y espectáculo visual.
Con la duración que tiene la película, es lógico pensar que hay una trama llena de contenido y un gran número de personajes suficientemente definidos. Efectivamente. Porque 'El Caballero Oscuro' no sólo habla del papel que tiene Batman en el mundo, sino de la corrupción policial, la moral humana, la trascendencia de nuestros actos, la marginación social, y de cómo el bien y el mal necesitan estar complementados para que la Tierra siga girando. La moralidad que se muestra en la película es de una complejidad que es imposible olvidar. Es un enfrentamiento del hombre consigo mismo, una revisión de lo que nos hace bondadosos, o por lo contrario, lo que nos señala como malvados y psicóticos.
Y en esta revolución de combinar la acción, que deja boquiabierto, y este sólido desarrollo argumental que supera todas las expectativas posibles, hay un reparto entregadísimo. Christian Bale repite como Bruce Wayne/Batman, y creánme si les digo que, a pesar de estar muy bien, es de las interpretaciones que menos me convencen. Heath Ledger es el Joker, el villano de turno, y aquí lo dejo para hablar luego más detenidamente de él. Aaron Eckhart es Harvey Dent, el fiscal de Gotham que piensa acabar con la red criminal de la ciudad; Maggie Gyllenhaal es Rachel Dowes, pareja de Dent y antigua novia de Wayne (qué gran triángulo amoroso, por cierto); Michael Caine es Alfred, mayordomo/confidente/mentor de Wayne; Morgan Freeman es Lucius Fox, el proveedor de todos los gadgets del superhéroe; y Gary Oldman es el teniente Gordon, seguramente el único policía honrado de Gotham, un buenazo eficiente y honorable. ¿Me creerían si les digo que todos están perfectos? Esto es, aparte de gracias a una excelente dirección de actores, porque el guión es capaz de ofrecer escenas a todos, de construir caminos argumentales por los que todos tienen su protagonismo eventual, y son capaces de proporcionar creíbles actuaciones que aporten más consistencia a una historia ya de por sí formidable. Acompañan además Eric Roberts, Nestor Carbonell, Cillian Murphy, Anthony Michael Hall o William Fichtner, entre muchos otros.
Pero al que hay que destacar es a Heath Ledger, del que se ha hablado muchísimo por su triste fallecimiento el pasado enero. Ledger es el Joker, un villano que ya había interpretado el gran Jack Nicholson en 'Batman', de Tim Burton. La inevitable comparación entre Nicholson o Ledger, sobre quién desempeña mejor su papel, es inocua. Nicholson se entregó a un Joker cínico, hilarante, histriónico. Heath Ledger ha encarnado al Joker de una manera totalmente distinta. Es ya, con toda seguridad, uno de los mejores villanos de la historia del cine, y una nominación póstuma al Óscar. Su carácter demencial, desquiciado y repleto de locura, es deslumbrante, él solito pone la carne la gallina al espectador cada vez que sale y roba absolutamente todas las escenas en las que aparece. Representa la figura de la amoralidad, el caos, la confusión. Los monólogos en los que habla del "patético control al que se someten los humanos" eriza la piel. A la pregunta de si son exageradas las inacabables alabanzas hacia Ledger por su personaje de Joker, debo afirmar que de ningún modo. El Joker es, en muchos momentos, la película. Él es el eje de la tensión, de las adversidades y de la acción que se produce en la película.
Hay algo que se le puede achacar a 'El Caballero Oscuro', y quizás lo único entre un mar de virtudes que incluyen, como ya he explicado, su estilo visual imponente, su fotografía impecable, su esforzadísimo guión y la insuperable labor actoral. Y es la falta de humor o la ausencia de escenas de transición. Un mínimo paréntesis al espectador, que no encuentra instante para distraerse, mirar la hora, llevarse a la boca una palomita, o en definitiva, relajarse. 'El Caballero Oscuro' es una inundación de continuas reflexiones morales, de análisis de personajes, y es ante todo, una película plenamente introspectiva.
Este film no ignora, pero sí trasciende sus orígenes. No se conforma con venir de un cómic. Calla la boca a todos los que pudieran decir que es una película de acción, porque su contenido es muchísimo más amplio, a base de buen guión. Si lo que se busca es entretenimiento, sólo ciertas escenas ya producen una excitación infinitamente mayor que la media de las películas de acción recientes. La música de Hans Zimmer y James Newton Howard, que no puede presumir de originalidad pero tiene un gancho indudable, también ayuda.
Y sería inútil hablar mucho más. 'El Caballero Oscuro' es una maravilla casi sin precedentes, la película del año (y probablemente de la década), no hay lugar a que defraude a todos aquellos rebosantes de expectativas. Es el Joker, pero también Aaron Eckhart como Harvey Dent, y Gordon, y Rachel... y el propio Batman, claro, con un protagonismo sorprendentemente menor a lo que podíamos esperar. Incluso el más escéptico saldrá impactado de la experiencia, aplaudirá y se sentirá ebrio de estímulo, y con el convencimiento de que Christopher Nolan es un auténtico genio. ¿Cómo olvidar esta película después de verla?
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