El pasado viernes 13 de junio llegó a nuestras pantallas 'El Incidente', la nueva y esperada película de M. Night Shyamalan. Shyamalan podría necesitar presentación hace unos años, pero no ahora. No al menos entre los que van al cine para algo más que convertirse en un mero consumidor de palomitas y refresco. Tampoco entre los que entienden que el cine no se acaba en el blanco y negro, ni en el cine europeo, ni en el asiático. Y menos aún entre los que van a una sala de cine para que les sorprendan. Especialmente este grupo era el que, creo, más ganas tenía de ver 'El Incidente'. Al menos, yo me incluyo ahí y estaba deseando ver este film.
Tan discutidas como admiradas, las obras de Shyamalan (dos de ellas, magistrales) acostumbran a venir precedidas de trailers impactantes que luego provocan la ira en un grupo de espectadores, que se sienten timados (como si alguien les hubiese obligado a ir al cine). Precisamente, el trailer de su último film me había parecido tan bueno que, acto seguido, me preocupó; me dio la impresión de que tantas expectativas difícilmente iban a poder ser satisfechas. Shyamalan nos había sorprendido, inquietado y emocionado, hasta ahora; nos había hecho reflexionar y reír. Esperábamos un soplo de aire fresco (algo de soplo hay, efectivamente), en un año donde los estrenos no nos están entusiasmando demasiado (más bien al revés). Y, sin embargo, la vuelta de unos de los realizadores más facinantes de la última década es, en general, decepcionante. Sí, inquieta, sí, entretiene; pero uno espera más de un cineasta de su calibre. Nada, que 2008 no es el año de los aficionados al séptimo arte. ¿Será para los del fútbol?
Según parece, el argumento de 'El Incidente' ('The Happening', 2008) se le ocurrió al director mientras viajaba a Nueva York, contemplando la carretera (no digo más, que suelto un spoiler). La película trata sobre un suceso inexplicable que comienza en Nueva York y pronto se extiende por toda la zona este de los Estados Unidos; las personas se están suicidando, en masa. Los protagonistas, cuatro personas de Filadelfia, intentarán escapar contra lo que parece ser un desastre provocado por la propia naturaleza, y que podría acabar con la especie humana. ¿Qué está atacando?
Con semejante premisa y con Shyamalan tras las cámaras, uno podía esperar de 'El Incidente' muchas cosas. Para mí es una película decepcionante porque no ofrece casi nada de lo que esperaba. No me aburrí, desde luego, y hay escenas realmente inquietantes, pero hubo fases de la película donde me encontraba totalmente alejado de la pantalla, desconectado; nunca me había ocurrido con Shyamalan. Es la peor de las películas de su director (quitando 'Los Primeros Amigos' de la ecuación), con diferencia. Comparándolas, cabe destacar que tiene similitudes con 'Señales', puesto que ambas parten de una situación de peligro que afecta a muchas personas (el mundo, podría decirse, en la primera y la zona este de Estados Unidos, en principio, en la segunda), pero que se nos muestran a través de un pequeño grupo de personas; también en esas escenas que tanto recuerdan a 'Los Pájaros'. También pasaba esto en 'El Bosque', donde el cineasta lograba que al mirar los árboles, nos recorriese una sensación de inquietud. En 'El Incidente' no sabemos ni dónde mirar ni qué buscar, provocando que cuando las personas huyen, no estemos implicados.
Es inevitable, quizá por la alusión a un posible ataque terrorista, acordarnos del 11-S y ese miedo que aún parece poseer a gran parte de la población norteamericana; creo que sólo es otra pista falsa, otra cosa puesta ahí para despistar y que no pensemos en lo que realmente ocurre en la película. En este sentido, este film de Shyamalan me ha recordado a otro de estreno reciente, 'La Niebla' (por cierto, lo mejor que se ha estrenado a día de hoy en nuestro país). Y Shyamalan es mucho mejor director que Darabont (al menos, eso ha demostrado hasta ahora), pero no aprovecha como éste una idea que da mucho juego. Especialmente, se echa en falta en 'El Incidente' un mayor conflicto humano. O, mejor dicho, mayores conflictos entre personajes. Exceptuando unas personas (oscuras y no sólo porque no se las ve) que no salen de su casa y cierta viejecilla de auténtica película de miedo (homenaje claro, creo yo, de Shyamalan a uno de los directores con el que más se le compara), los protagonistas apenas tienen que enfrentarse a sus semejantes, cuando precisamente es ésta la mayor pelea que uno espera encontrarse en una película de estas características. Porque funciona y porque es lógico.
Me parece que el principal error del film es que no hay un enemigo claro. Ese "enemigo" es "algo" que no se nos presenta adecuadamente, no se nos muestra de forma que podamos identificarlo en las secuencias de tensión o suspense, porque es, básicamente, indeterminado. Ni los propios personajes saben exactamente qué es, así que huyen de algo que intentan explicar todo el tiempo, lo que va restando tensión conforme la película avanza. No quiero desvelar nada, pero hay un momento cómico donde el protagonista se pone a hablar con cierta "cosa" y creo que esto representa perfectamente lo que digo, el mayor problema de la película, que no hay algo contra lo que luchar o por lo que tener miedo. Si a esto sumamos lo dicho antes sobre las demás personas y los típicos personajes que se convierten en lobos, pues nos queda que todo se resume en que los personajes tienen que huir casi sin sentido. Huir de nada.
A esto hay que sumar que los sucesos más impactantes y llamativos de la historia ocurren, prácticamente, al principio y al final, quedando todo el largo y segundo acto un poco falto de acción y de acontecimientos dramáticos. Una vez que se "cargan" a cierto personaje, del que se esperaba mucho más (digo en presencia en pantalla), la cosa queda en ver cómo acabarán los protagonistas al final de todo. Y para eso falta mucha película, rellenada a veces, como digo, con bromas poco acertadas (tanto visuales como habladas, que cortan de nuevo la tensión) y con ataques de ese "algo" hacia personajes anónimos que no nos importan lo más mínimo. Personajes que parecen, conforme avanza el metraje, meros "dummies" digitales que deben suicidarse de todas las formas posibles. Un espectáculo sangriento más propio de un videojuego, que pronto pierde todo su dramatismo.
Especialmente fallido me resultó todo ese recurso a lo "real", dentro de la trama. Y no era algo que, ni mucho menos, Shyamalan probase por primera vez, o se hubiese mostrado torpe en ello; ya había acudido a todo esto en sus films anteriores, logrando, entre otros momentos, una intensa escena en 'Señales' sobre una grabación casera en un cumpleaños. Pero 'El Incidente' tenemos su versión más desganada o menos acertada, y se nota constantemente. Los noticiarios, las entrevistas televisadas, los supuestos vídeos captados por la gente (lamentable la escenita de los leones) y esa conversación telefónica entre madre e hija tan poco emotiva, tan obvia. Por no hablar de las conclusiones a las que llega cierto sujeto hacia el final de la película (lo que da lugar a un epílogo tan soso como gratuito), clave para que esta obra pueda ser tomada por lo que no es. Y me refiero a "eso" que comparte con la inolvidable 'Ultimátum a la Tierra'.
Shyamalan se había caracterizado, entre otras cosas, por ofrecer visiones dolorosas de seres humanos que no encajan en el mundo, por su forma de ser, por su visión del mundo o por cicatrices vitales demasiado profundas. Este contenido, que tanto enriquecía sus películas, apenas está presente en su nueva película. Las consecuencias del ataque masivo y las explicaciones al mismo tienen demasiado protagonismo, mientras que los conflictos personales se reducen. El protagonista de este film, interpretado (de forma intachable) por un sorprendente Mark Wahlberg, tiene un problema con su mujer que desde el principio se nos muestra como intrascendente, y que además se resuelve con facilidad. No hay más. Casi todo es huir de algo invisible.
Otro de los problemas de la película es que dos de los tres personajes principales no están bien interpretados, contribuyendo a esa sensación de que la narración no está todo lo cuidada que debería. Me refiero, claro, a Zooey Deschanel y Ashlyn Sanchez. La primera no puede quitar esa expresión de "no me puedo creer que esté en esta película" en casi todo el metraje; sólo en determinados momentos puntuales logra ofrecer algo más. La segunda es el elemento infantil típico en la filmografía de Shyamalan, pero en esta ocasión, el director no logra exprimir apenas nada; la niña resulta inexpresiva, no está. Por el contrario, destacar a John Leguizamo, que protagoniza una de las mejores secuencias de 'El Incidente' (no creo que deba dar pistas sobre cuál es).
Me he referido bastante a todo lo que hay de erróneo en 'El Incidente', pero hay puntos magníficos a favor de la película menos inspirada de Shyamalan. En el terreno interpretativo, ya lo he comentado, Wahlberg está inmenso (en la línea de Bruce Willis o Mel Gibson en manos de Shyamalan) y Leguizamo borda su rol secundario. Igualmente, la banda sonora de James Newton Howard vuelve a poner la piel de gallina, como también lo logran el rompedor inicio del film (no tanto lo del parque, como lo que acontece en unas obras) y el (casi) final, que si bien puede resultar un pelín flojo, por todo lo que se ha ido "cargando" (dramáticamente), no deja de tener mucha fuerza y emotividad, logrando que el espectador se quede sin respiración, con el corazón a mil, temiendo lo peor. En medio, algunas escenas muy buenas, como la del acertijo matemático, la de los prismáticos, o dos sustos con cierta viejecilla (con divertido homenaje a cierta película del maestro del suspense). Escasos pero contundentes y memorables detalles de lo que puede ofrecernos el mejor Shyamalan.
Entretenida e inquietante por momentos, 'El Incidente' es una película menor dentro de la filmografía de uno de los mejores directores de la actualidad. Por lo primero, debe ser defendida, por lo segundo, resulta decepcionante. Supongo que son cosas que pasan, siendo Shyamalan un cineasta tan poco reconocido en general, a contracorriente; que las fuerzas disminuyan y la frescura se desvanezca un poco, pensando quizá que no merece la pena el esfuerzo extra y poner toda la carne en el asador. Es la impresión que me da a mí después de ver su última película. Espero que en su siguiente obra, Shyamalan recupere la ilusión, la energía y el espíritu que le acompañaron mientras fabricaba las casi perfectas 'El Protegido' y 'El Sexto Sentido', o las imperfectas maravillas que son 'Señales', 'El Bosque' y 'La Joven del Agua'.
- Otra crítica de la película en Blogdecine:
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